Let's Preted ~ |Bakugou x Denki|

Capítulo 8: Deja de torturarme

Una semana desde que dejó de hablar con Kaminari. Y siente que todo se fue a la mierda.

Ya no lo acompañaba a su salón ni se sentaban juntos para almorzar. No le contaba chistes que te hacían reír de lo malos que eran ni divagaba con él mientras dibujaba en su cuaderno.

Nunca se consideró una persona que depende de otros, él es perfectamente capaz de hacer todo por su cuenta. Por eso siempre la frase de "no necesito pareja", pero ahí fue donde cometió el error.

Él no necesitaba a Denki. Él quería a Denki.

Quería que ese torpe chico francés estuviera con él igual que antes. Se descubría a si mismo escuchando las canciones que le gustaban al rubio y escribiendo su nombre en lugar de la fecha en sus tareas.

Ninguno de sus modelos parecía alcanzar la belleza que era fotografiar a Kaminari. Ninguno tenía esa aura brillante ni esa alegre sonrisa, ninguno lograba atraer la luz como él ni representar esa relajada y natural perfección.

Lo odiaba. No sabía si culpar a Kaminari, a si mismo, a todo el mundo o a la persona que decidió mostrarle al rubio la opción de ir a Japón.

A Denki no parecía afectarle. Sonreía y bromeaba con sus otros compañeros como si no hubiera pasado nada.

¿Tan fácil había sido para él superarlo? ¿De verdad no sintió absolutamente nada?

***

-Luces desanimado- comentó Kirishima.

-No es verdad.

-Si lo es, ni siquiera pareces tener ganas de gritarme ¿Qué ocurre?

-Ya te dije que nada, déjame en paz.

-Tiene que ver con Kaminari ¿No es así?

Bakugou suspiró y levantó la viste de su libro para mirar al pelirrojo, que estaba sonriendo.

-¿Fueron con tu madre?

-Si.

-¿Y salió todo como querías?

-Si.

-¿Entonces que pasa?

-¡No lo sé, mierda!- explotó- ¡¿Porqué carajo te interesa?!

-Porque ambos son mis amigos y ambos llevan varios días actuando raro.

-Yo estoy bien, ve a preocuparte de alguien más.

-Bien, supongamos por un segundo que te creo. Aun así quiero saber que le hiciste a Kaminari, es mi bro y no me gusta verlo así.

-¡¿Así como?! ¡Si el mal parido sonríe con la misma puta sonrisa de siempre!

-No, no es cierto.

-¡¿Y tu como carajo sabes?!

Kirishima apartó la vista y se rascó la nuca. No admitiría que sabía reconocer sonrisas falsas porque él también solía llevar una todo el tiempo cuando estaba en preparatoria.

-Eso da igual, el punto es que no se siente bien y quiero saber porque.

-No tengo idea- mintió.

El pelirrojo suspiró y se puso de pie, ya no tenía ganas de pelear con el terco de su amigo.

-¿Sabes que? Si no quieres decírmelo da igual, solo arregla lo que hayas hecho. El te ayudó y soportó los insultos de todos para hacerlo, podrías ser un poco más agradecido.