×02×

71 8 0
                                    

×ᴠɪsɪᴏ́ɴ ʏ ᴄᴏʟᴍɪʟʟᴏs×

Sudaba mares, las gotas frías se deslizaban por su frente, acompañadas de un alterado Frank recién despierto de su pesadilla. O eso creía. No sabía qué hora era, pero podía asumir que muy temprano por la escasa luz entrante por la ventana. Se levantó, viéndose a sí mismo en un pijama improvisado que consistía en unos pantalones a cuadros azul. No llevaba nada más en la parte superior de su cuerpo, sólo sus innumerables tatuajes.
Se dirigió al baño y encendió la luz, quejándose al instante de lo repentino que fue para sus ojos mal descansados. Luego abrió el grifo y se refrescó la cara. Después de secarse volvió a la cama, pero esta vez sentándose en la orilla. No distinguía si realmente había ido a tomar fotos a un sitio como ese o no, o si había visto a ese misterioso hombre.

El retorcer de las sábanas se hizo escuchar cuando Jamia se despertó y gimoteó al desperezarse.

― ... ¿Frankie? ―lo miró confusa y con sus cabellos arremolinados― Es muy temprano, ¿qué te sucede?

―Tuve una pesadilla ―respondió, aún sin dirigirle la mirada.

―¿Necesitas hablarlo? ―se sentó en su lugar, posando su mano en la espalda del tatuado.

―Estaba yendo a la Mansión Way a tomar fotos; era hermosa por dentro, pero cuando tomé las primeras fotos, algo me jaló hasta el suelo, era invisible. Luego un hombre me comenzó a gritar diciendo que era su casa y... no sé, es todo muy borroso ―llevó su mano a su cabeza, con cierto dolor y frunciendo el ceño.

―¿No recuerdas cómo era aquél hombre? ―inquirió la mujer, arrastrándose hasta estar al lado de Frank.

―No, absolutamente nada. ¿Pero por qué lo preguntas?

―Oh, bueno, a veces los detalles ayudan a resolver cosas; como el porqué de tu sueño, bueno, pesadilla ―se corrigió al instante.

―Si tan sólo pudiera recordar algo ―suspiró agotado, llevaba días sin dormir bien gracias al trabajo y esa pesadilla no estaba colaborando.

―Está bien, no te preocupes ―la pelinegra guió al cuerpo contrario a recostarse nuevamente, tapándose a sí mismos con las mantas― Aún es muy temprano y no has dormido nada, debes descansar.

Frank sólo suspiraba, mirando el techo como si en él encontrara una respuesta. Jamia al notarlo, trató de distraerlo abrazándolo y besando su mejilla repetidas veces con cariño. Luego de un rato de juegos y que el castaño moldeara una sonrisa, besó sus labios una última vez antes de dormir sobre su pecho.

𝔫 𝔧

―Amor, ya me voy ―exclamó cuando amagó a abrir la puerta.

―¡Espera! ―Jamia corrió donde su novio― Debo decirte que, ayer, tu pesadilla en parte fue real...

―¿Qué? ―atónito, soltó una risilla nerviosa.

―Fuiste a la Mansión Way y sacaste algunas fotos, pero no quise recordártelo anoche porque te veía muy agobiado y... simplemente no quise empeorarlo. Espero no estés mareado ahora.

―Es una broma, ¿verdad?

―No, amor, te prometo que no ―alarmó la chica― Entiende que no quería que tuvieras un colapso anoche.

―Está bien ―bufó pesado.

Era demasiada información para recién haber empezado el día, y no sabía por qué todo esto le resultaba extraño; había piezas que no encajaban.

―Oh y, Frankie ―recordó.

―¿Sí?

―El hombre al que viste, fue tu imaginación, ayer no me contaste nada sobre una persona más en ese lugar cuando volviste ―sonrió en un fruncimiento de labios.

𝕭𝖆𝖇𝖞 𝖎𝖙'𝖘 𝖒𝖞 𝖍𝖆𝖚𝖓𝖙𝖊𝖉 𝖍𝖔𝖚𝖘𝖊 ➙ my chemical romanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora