×06×

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×ʟᴀ ɴᴏᴄʜᴇ×

La paranoia ahora lo carcomía por dentro, como un cáncer terminal. Podía imaginarse de todo, incluso llegar a creer que había vampiros que lo querían matar... bueno, en realidad no; pero caníbales, eso sí que lo tomó por sorpresa.
De todas maneras, Jamia hacía lo posible por calmarlo mientras se curaba las heridas de sus brazos en el baño.

―Pero es... increíble, aterrador, no entiendo por qué aquí, a ti y a mí ―caminaba de un lado a otro, cruzando la puerta de su habitación al pasillo, y del pasillo a su habitación.

―¿Porqué qué?

―¿Por qué caníbales?, ¿por qué justo aquí, en New Jersey?; ¿y porqué a nosotros? ¡Simplemente no lo entiendo! ―se rindió, yaciendo en su cama desplomado.

―Quizás no debas tomártelo tan a pecho, Frankie... ―la chica salió del baño, y miró a su novio desde el marco de la puerta― No es para tanto.

―¿Qué dices, Jamia Nestor? ―exclamó indignado.

―Oh, mencionaste mi nombre completo, esto se va a poner feo ―rodó sus ojos y se cruzó de brazos.

―No estoy jugando, Jamia, y espero que tú tampoco, porque si llega a ser una broma de mal gusto entre tú y Ray, los mato ―se sentó en la orilla de la cama.

―Ya estás paranoiqueando, ¿acaso te escuchas? ni Ray ni yo te haríamos una broma de esa índole y lo sabes.

El de ojos avellana sólo la observaba confundido y desorientado, lo cual ella pudo notar, así que se acercó a calmar las aguas.

―Escucha... ―se sentó justo a su lado― Agradezco que te preocupes por mí, por ti, por nosotros; pero no lo hagas demás. Yo estoy y estaré bien, no te voy a abandonar y menos de una manera tan cruel. Estamos juntos en esto, no solo tú.

Tomó su mano, lo cual lo hizo mirar hacia el rostro de su amada, quien le sonrió genuinamente brindándole confianza.

―Está bien ―susurró, pues ya estaban demasiado cerca― Tienes razón, lo siento.

―No lo sientas, bobo ―rió nasalmente y le dedicó un pequeño beso.

Pero el castaño siguió con el beso, tomándola por la nuca, atrayéndola hacia él. La pelinegra en poco tiempo se sentó en la falda de su novio, con una pierna a cada lado, tomando las mejillas de su novio con sus manos.
Los besos y caricias eran cada vez más intensos, sus respiraciones eran parte del ambiente de la oscura habitación; Jamia podía sentir cosquillas invadiendo todo su cuerpo y corrientes eléctricas que sentía al ser tocada por su novio. Tan fuertes eran sus sensaciones que una ventana hizo un fuerte crujido, suficiente para que pararan y mirasen al objeto.
El castaño se tiró sobre su espalda con su novia encima suyo para poder ver la ventana detrás de él.

―¿Eso fue la ventana? ―preguntó con suma confusión en su timbre.

―Eso... parece ―carcajeó con incertidumbre al terminar su frase.

―Creo que será mejor que vaya a revisar ―volvió la mirada a su novia sobre él.

Pero entonces Jamia sintió una pequeña punzada en su estómago, señal de que algo saldría mal.

―N-No... tranquilo, deben ser las hojas de los arbustos con el viento. Un gato quizás ―acomodó un cabello de Frank detrás de su oreja― No te preocupes tanto ―y volvió a besarlo.

Esta vez con más delicadeza, pero más profundo y satisfactorio para ellos. Jugando con sus lenguas y deshaciéndose de sus prendas. Jamia sabía el riesgo que esta situación podía traerles, pero se dejó llevar y disfrutar después de tanto tiempo.

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⏰ Última actualización: Apr 19, 2023 ⏰

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𝕭𝖆𝖇𝖞 𝖎𝖙'𝖘 𝖒𝖞 𝖍𝖆𝖚𝖓𝖙𝖊𝖉 𝖍𝖔𝖚𝖘𝖊 ➙ my chemical romanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora