-Capitulo 5-

311 25 33
                                    

Neko-Argen

Tres días, diría que son, si no me equivoco

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tres días, diría que son, si no me equivoco...
Tres días desde que llegué... Tres días y tres noches, ahora tocaba mi cuarto día.

Por ahora había conocido a México, Venezuela, Perú, Uruguay, Paraguay, entre otros latinoamericanos.

Excepto Brasil... No, nunca Brasil...

No debería compararlo con él... Se que nekos y humans somos muy distintos entre nosotros, no estamos ni cerca de ser iguales.
Quiero decir, pobres de los humans si mi hermano fuera en lo más mínimo como yo.

Pero no puedo... Cuando lo veo, el vivo recuerdo de Neko-Brasil quema en mi mente con una intensidad insoportable.

Asquerosa.

Horrible.

Casi dolorosa, podría decir.

Ni siquiera sé cómo puedo ver a la cara a México con todo lo que me hace recordar...
Pero Brasil... No, Brasil es demasiado...

Ese forro... Ojalá esté sufriendo.

- Che, ¿Estás bien? - Escuché la voz de mi "Hermano" hablándome con cuidado

Con mi trance roto y mi atención nuevamente en el mundo real, separé mi vista de mis manos para poder mirarlo.

- Todo bien - Le dije, sonriendo lo más tranquilo que podía - Solo me quedé tildado, no es nada -

Ay, mis sonrisas tranquilas, fáciles y convincentes... Tengo tanta práctica con ellas que nunca hubo alguien que no me las creyera.
Supongo que soy un maestro de la mentira.
Ah.

"Humarge" sin embargo, no pareció muy contento, pero no dijo nada respecto a eso. En su lugar, tan solo me miró y preguntó

- ¿Que pensabas? - En tono curioso

No estaba sabía que decir, más allá de NO la verdad. Mi verdad es secreto, mi pasado es tan solo de mi incumbencia, Argentina no necesita saber que en quien pensaba ni porqué pensaba en él.

- Nada de lo que te tengas que preocupar - Le respondí, deseando que tan solo dejara el tema pasar, sin pensar mucho en eso - No le des importancia - Agregué

No lo puedo negar, me puse algo nervioso cuando noté ese brillo irritado en sus ojos, como si yo lo estuviera sacando de quicio.

Pero solo se dió la vuelta y empezó a acomodar las sábanas de su cama, sonriendo extrañamente.

- Bueno, vamos a dormir, dale - Dijo, después agarró una remera y pantalón míos que estaban sobre la cama y me los lanzó a la cara

Entré en el baño y, con rapidez, me cambié lo que llevaba puesto a algo para dormir para después volver a salir, Argentina ya se había metido en su cama, abriendo los ojos por un momento solo para verme.

El Neko - ArgChiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora