-Capitulo 6-

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Chile

No encontraba la manera de sentirme cómodo en mi propia cama

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No encontraba la manera de sentirme cómodo en mi propia cama.
Por más que me removiera y reacomodara, algo siempre se sentía fuera de lugar.
Hacía calor, y a la vez frío.
Tenía sueño, pero al mismo tiempo demasiada energía como para poder dormir.

Con un suspiro irritado, salté fuera de la cama con suma brusquedad, desordenado las sábanas más de lo que ya estaban.

Últimamente había algo que me inquietaba, algo que volaba por mi mente de manera constante pero solo a veces lograba notar.

Era un rumor.

Un pequeño rumor que se había estado esparciendo entre latinoamericanos y americanos en general, algunos lo decían susurrantes en secreto, otros a carcajadas incrédulas a manera de broma.

Y la verdad, no los culpo por reírse, realmente suena como una imagen falsa.
Fantaseosa.
El resultado de alguien que estuvo tomando cosas no muy legales.

Quiero decir
¿Quien creería que había una especie de "clon" de Argentina, pero medio gato paseándose por la casa como si siempre hubiera estado allí?

Sí, sonaba estúpido.

Incluso yo no lo creería.
Y eso que soy de creer cosas estúpidas.

Quiero decir, creí que Argentina era mi amigo.

WOW, OK, no entremos en ese tema.

Pero, está vez, tenía una razón para creer en esos rumores.
Yo sabía que eran reales, lo sabía con exactitud.

Yo lo había visto con mis propios ojos.

Tan solo estaba paseando, como solía hacer de vez en cuando, cuando me crucé con un curioso grupo de países.
Entre ellos destacó Argentina.
México.
Perú.
Venezuela.

Y, entre ellos, mirando tranquilo y sin hacer mucho escándalo, la estrella de los rumores.
Un Argentina más bajo, orejas y cola de gato.
Mi sorpresa fue tal que eso fue todo lo que pude distinguir en el vistazo superficial que le di.
Después de eso, me escondí detrás de una pared y no volví a salir hasta estar seguro de que se habían ido.

Un movimiento estúpido, teniendo en cuenta que... literalmente podía irme por el mismo lugar por el que había llegado...

...

La cosa es que eso no era bueno para mí.
Ya tenía suficiente con Argentina, siempre mirándome con aquel odio venenoso, como si le hubiese asesinado a un hijo, no podíamos estar en un mismo lugar sin lanzarnos uno que otro insulto.

Hubieron peleas físicas dos o tres veces, no lo voy a negar.

Lo que menos quería era un pequeño clon del país que me odiaba probablemente más que cualquier otro.

El Neko - ArgChiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora