Capítulo 7

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Erika

Me alisto con un top manga larga delgado blanco, un pantalón de cuero que se adapta muy bien a mis curvas, aún que fue un poco difícil de subir, y mi abrigo favorito de pelos.

Me siento en mi tocador y me pongo solo un poco de base, lo más mínimo, un poco de corrector, mis pestañas les hecho solo máscara porque ya las tengo levantadas, rubor, contorno para marcar más mis rasgos, sin exagerar, brillo labial, delineador con sombra café y negro. Me maquillo yo porque cada persona tiene sus vibras y si tienen malas intenciones pasan a mi rostro provocando que le salgan granos, arrugas, marcas, manchas, etc.

Mi cabello me lo arregla mi estilista personal con unas ondas, cuando termina me levanto, coloco mis últimos accesorios simples pero elegante y salgo de mi habitación.

- Veamos como nos va a ir – me dice Hedwig cuando sale de la habitación.

- La pásate bien anoche.

- Claro que sí, pero hoy en la noche va ser mejor – me guiña el ojo y bajamos en silencio.

- Los líderes ya están en el lugar dictado – me avisa el consejero – El líder de la Yakuza la espera en su oficina – asiento y me retiro.

Golpeo la puerta y sorprendo al líder sentado en mi silla del escritorio, río por la escena, él es un ser muy temido al igual que yo pero cada uno tiene cierto nivel de locura que es fascinante para nosotros, ya que si no, nos volveríamos locos.

- La reina ha llegado – me hace una reverencia y lo miró para abajo sin moverme cuando se inclina, le hago un gesto de grandeza con los hombros y coloco mis manos en posición de que tengo una corona provocando la carcajada de los dos.

- Que bueno verte de nuevo, mi gran amigo – lo abrazo rápido y nos sentamos en mi sillón que lo utilizo para juntas informales como estas.

- Bien, que querías hablar conmigo – lo miro de reojo, agarro el alcohol que tengo a mi lado y sirvo un poco para los dos.

- Para hacer corto todo el tema, en conclusión – lo miro dejándolo atento hasta que se desespera.

- Mujer dime ya – se acerca más a mi lugar.

- Calma que no es un chisme para hablar mucho, es sobre mi familia – entiende y se pone más serio, lo observo, es un asiático mayor que yo pero no demasiado, su cuerpo bien definido lleno de tatuajes y dos aros de las orejas, elegante, poderoso, desafiante y muy chismoso, creo que en su vida pasada fue mujer. Me rio y el no lo entiende pero luego me tranquilizo y le empiezo a contar.

- Alguien me está saboteando, mis trabajos están desordenándose, mis pandillas están enojadas donde han dado mi ubicación, me han encontrado más veces y eso no debería ser así, me enteré que Nicolás estuvo en mi contra – se ríe, de seguro vio el video – si eso pasó, me confesó que Luciano esta detrás de mi desde antes que ocurriera lo de mi familia y ahora está juntando amistades para destruirme, él no sabe que yo se por lo que quiero discreción.

- Que menuda mierda – deletrea cada palabra y se ríe tan fuerte que lo miro enojada y se toma su trago de una – Lo siento querida pero ese hombre no puede estar más podrido, está enfermo de poder – me mira – Bueno nosotros y tu igual pero lo hacemos de forma limpia – levanto las cejas – Bueno no tan de forma limpia pero honrada – le vuelvo a levantar las cejas – Tu entiendes, en este ambiente nosotros somos los más justos y limpios que nos ganamos todo por nuestro esfuerzo.

- Tienes razón – le vuelvo a servir – Por eso te llame para reunirnos antes, necesito contar con tu apoyo y tu silencio – lo miro detenidamente – En serio necesito discreción con todo esto.

Incontrolables Deseos ( En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora