Capítulo 3: Presentaciones

16.9K 1.9K 880
                                    

– ¿Y qué poción de amor se caracteriza por el fuerte olor que cambia de persona a persona, según sus gustos? –preguntó Hermione, sosteniendo un libro frente a su cara mientras ayudaba a Ron a estudiar para su examen teórico de pociones.

Se había convertido en una rutina despertarse más temprano de lo habitual para desayunar sin todo el alboroto habitual en el Gran Comedor, por lo que los tres estaban sentados en una esquina de la mesa mientras otros estudiantes, tanto de Gryffindor como de otras casas, ocupaban el resto del espacio en silencio.

– ¡Esa es fácil, Felix Felicis! –dijo con convicción y una sonrisa de suficiencia en su rostro. Hermione puso los ojos en blanco y suspiró.

– En realidad, es Amortentia –dijo con calma, tratando de hacerle entender al chico, sin embargo, el pelirrojo parecía más confundido que nunca–. Felix Felicis es la poción que hace que quien la bebe sea absurdamente afortunado.

– Ah, ¿de verdad? –dijo decepcionado–. Vaya, estaba tan seguro... –suspiró y apoyó la barbilla en la mano, pensando en cuánto fallaría en la prueba.

Mientras los dos continuaban estudiando, Harry se mantuvo alejado de la conversación, a pesar de estar sentado frente a sus amigos. Potter no quería preocuparse demasiado, ni sabía por qué lo hacía, es cierto, pero no podía pensar en nada más que en Malfoy. ¿Estaría bien? ¿Ya lo había recordado todo? Sería bueno visitarlo antes de que comiencen las clases para asegurarse de que la poción haya funcionado y que todo haya vuelto a la normalidad.

– Chicos, voy a pasar por la enfermería para ver si Malfoy está bien, quiero quitarme pronto este peso de mi consciencia –Harry dijo ya de pie, llamando la atención de sus dos amigos.

– ¿No crees que estás exagerando, Harry? Estará bien... –dijo Ron despreocupado, queriendo que su amigo se quitara la culpa de encima, a pesar de que pensaba que Malfoy se merecía esa caída.

– Solo quiero terminar con esto, me aseguraré de que esté bien y luego cada uno por su lado –dijo simplemente, haciendo que Ron asintiera en acuerdo y Mione le diera una pequeña sonrisa reconfortante.

Sin esperar despedidas, Potter simplemente se alejó de la mesa y salió del Gran Comedor, siguiendo por los pasillos el mismo camino que había tomado el día anterior. Llegó más rápido de lo esperado a la enfermería, que curiosamente tenía la puerta abierta. Harry entró lentamente y miró a su alrededor, viendo la cama donde estaba sentado Malfoy, rodeado de estudiantes de Slytherin, incluidos los fieles amigos del rubio, Crabbe, Goyle y Parkinson. Potter suspiró audiblemente antes de acercarse con cautela.

– ¡Mira quién ha llegado, San Potter! –escuchó la voz de Pansy llamándolo por el apodo clásico que Malfoy le había dado hace un tiempo. Parecía molesta y tenía los brazos cruzados mientras se colocaba frente al chico rubio, como si lo protegiera de Potter–. ¿No crees que ya has hecho suficiente? –preguntó con rudeza.

– ¿Qué quieres decir? –no sabía si estaba enojada porque Malfoy había perdido la memoria, ya que eso era algo que solo Harry y los maestros involucrados sabían, aparte de los padres del chico, por supuesto, o si era por el brazo de Malfoy que todavía estaba en un cabestrillo, completamente inmovilizado.

– ¡No te hagas el tonto, Potter, todo esto es tu culpa! –volvió a hablar Pansy, como si fuera lo más obvio del mundo. Debería haber sabido que Harry no se sentía responsable, después de todo, era un chico demasiado dulce y puro para sentir que era culpa suya, ¿verdad? Parkinson lo odiaba con todas sus fuerzas, incluso más después de eso.

– ¡No quería derribarlo! –se defendió a pesar de sentir que era por él que Malfoy estaba en ese estado–. ¡No tenía forma de saber que se caería y se rompería el brazo!

Memory Loss | Drarry (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora