Capítulo 11: Pedido

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El día siguiente, para Draco, estuvo lleno de dudas y preguntas, no vio a Harry ni una vez durante las clases, y eso solo lo puso más nervioso. Había pasado toda la noche antes de reflexionar sobre si pedirle a Potter salir o no, algo que había querido hacer desde su primer beso, pero no quería apresurar las cosas. El problema es no saber si el moreno querría tener una relación con Draco frente a toda la escuela. Si era realmente cuidadoso y dejaba en claro que no le importaría ocultar su relación por el momento, era casi seguro que Harry aceptaría.

Por el momento, ambos estaban en la Torre de Astronomía mirando hacia el cielo estrellado. Draco estaba sentado con la espalda en uno de los pilares mientras Harry se encontraba medio sentado, medio acostado entre las piernas del rubio, de espaldas a él. La única iluminación que tenían era la de la luna, que, aunque no estaba en toda su fuerza, era suficiente para dejar el ambiente claro y, sobre todo, romántico.

Draco estaba librando una guerra interna en su cabeza, planeando pedirle al chico que salieran en unos minutos, sin embargo, estaba asustado y nervioso, nunca había tenido que hacer esto antes y no tenía idea de cómo hacerlo. No sabía si Harry prefería algo especial, como flores o velas, o si con preguntarle sería suficiente, pero tendría que arriesgarse. Después de todo, era ahora o nunca.

– ¿Harry? –llamó al moreno en un susurro que, debido al silencio extremo que se cernía en el lugar, se escuchó claramente. Potter respondió con solo un murmullo bajo, lo que hizo que Draco tomara una respiración profunda antes de elegir sus palabras con cuidado–. Estas semanas que pasé a tu lado fueron, sin duda, las mejores de mi vida. Eres increíble y me encanta pasar tiempo a tu lado y ser tu amigo, pero falta una cosa... –comenzó, deteniéndose solo para esperar algún tipo de reacción del otro.

El corazón de Harry estaba acelerado y acalorado por las palabras del rubio, ya no podía contener la sonrisa en su rostro, que brillaba tan intensamente como la luna en el cielo. Sintió mariposas en su estómago cuando escuchó a Draco decir que algo faltaba y se quedó en silencio esperando que el rubio continuara con lo que estaba hablando, pero no lo hizo, así que Potter decidió preguntar.

– ¿Qué? –susurró inseguro, alejándose del rubio solo para poder darse la vuelta y enfrentarlo. Miró a los ojos pálidos de Malfoy mientras esperaba una respuesta.

– ¿Quieres ser mi novio? –preguntó Draco en voz baja, mirando al moreno con atención.

Los ojos de Potter se agrandaron y abrió la boca con sorpresa, pero pronto se recompuso y se aclaró la garganta. Permaneció en silencio mientras procesaba el pedido del mayor, quien comenzaba a sentir que sus manos sudaban con anticipación.

– Antes de que respondas, quiero que sepas que no me importa ocuparme de toda la escuela –dijo con fuerza, queriendo transmitir confianza al otro–. Pero si no quieres, no tengo ningún problema en esconderlo por ahora, porque sé que la gente comentaría y no quiero que tengas que escuchar tonterías por mi culpa –dijo, Harry estaba mirando al rubio con una expresión ilegible mientras reflexionaba–. La decisión es completamente tuya, ángel.

– También me encanta pasar tiempo contigo, Draco –comentó el moreno luego de pasar un rato en silencio. Llevó su mano al rostro del rubio y acarició suavemente su mejilla rosada–. Y creo que incluso sin darme cuenta, también sentí que faltaba algo. Desafortunadamente, no me siento listo para hacerme cargo de la escuela, aún no estoy tan seguro de eso... –dijo la última parte con un toque de decepción–. Pero estoy seguro de que nada me haría más feliz que ser tu novio, Draco –terminó, sonriendo afectuosamente a Malfoy, que también sonrió aliviado.

Los dos se abrazaron cálidamente, era difícil decir quién estaba más feliz, pero como Harry era quien más mostraba sus sentimientos, su sonrisa brilló más que las estrellas en el cielo mientras enterraba su rostro en el pálido cuello de Draco. Después de unos minutos más juntos, ambos deciden regresar a sus dormitorios, separándose al pie de las escaleras de la Torre de Astronomía.

Harry camina sonriendo por los pasillos de Hogwarts, dejando los a cuadros y pinturas asombrados y curiosos al pasar iluminando cada rincón de la escuela. Al llegar a la Sala Común de Gryffindor, rápidamente le dice la contraseña a la mujer en el cuadro que cuidaba la entrada. Entra al lugar y encuentra a sus amigos en su lugar habitual, Hermione sentada en el sofá leyendo un libro y Ron acostado con la cabeza en el regazo de la chica, a punto de quedarse dormido.

- ¡No lo van a creer! –llegó emocionado, asustando a sus amigos y casi haciendo que el pelirrojo se caiga del sofá.

– ¿Qué pasó, Harry? –preguntó Hermione mientras cerraba su libro. Ron se sentó correctamente mientras también esperaba una respuesta. Harry miró rápidamente a su alrededor para asegurarse de que no hubiera nadie y respiró hondo.

– Draco me pidió ser su novio –dijo en voz baja, sabiendo que cualquiera que estuviera cerca de las escaleras del dormitorio podría escuchar. Los amigos enarcaron las cejas, sorprendidos, pero sonriendo ante la radiante alegría de Harry.

- ¿En serio? ¿Y cómo fue? –preguntó Granger con curiosidad.

– Estábamos en la Torre de Astronomía, pasando el rato, y él simplemente me lo pidió. Fue muy inesperado, tanto que no supe qué decir. Entonces, dijo que no había presión alguna y que, si no quería asumirlo frente a toda la escuela, no había ningún problema –dijo, dejando a ambos amigos aún más desconcertados.

– Qué considerado de él, a veces ni siquiera parece que sea el mismo chico idiota que te molestaba todos los días –comentó Ron, riendo con nostalgia.

– Ni me lo digas, me aterroriza que vuelva a odiarme cuando recupere la memoria –comentó, preocupado.

– No pienses en eso, todo estará bien, H –lo consoló Hermione, sonriendo dulcemente a su amigo. Ron solo asintió, de acuerdo con las palabras de su novia. Los amigos continuaron hablando del tema, seguros de que podían hablar libremente. Pero, demasiado aireados, no notaron que Ginny se escondía cerca de las escaleras escuchando cada palabra.

Lo último que necesitaba la chica era que alguien le quitara a Harry, especialmente Draco, que era un chico. ¿Potter se había vuelto loco? Él era total y exclusivamente de Ginny. Con ese pensamiento, la chica supo que tenía que hacer algo, incluso si necesitaba chantajearlos a ambos y vivir una mentira, ¡Harry sería suyo!

Memory Loss | Drarry (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora