Capítulo 12: Chantaje

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Hacía tiempo que Harry no se despertaba de tan buen humor como al día siguiente. Saber que oficialmente era el novio del chico que le gustaba era un sentimiento maravilloso, especialmente porque nunca sintió por nadie lo que sentía por Draco. Antes del accidente, si a Potter o Malfoy les dijesen que se iban a convertir en novios, los dos se morirían de risa, de tan absurda que sonaba la idea. El mundo realmente da vueltas.

El moreno caminaba tranquilamente por la escuela, llevando algunos libros en sus manos mientras se dirigía a su primera clase del día. Distraído como siempre, no se dio cuenta de que alguien lo seguía, alguien con largo cabello rojo y un malvado plan en mente. Ginny iba más atrás, mezclada entre los muchos estudiantes que iban y venían, observando a Harry desde lejos.

Potter entró a la sala de Transformaciones, encontrando el asiento vacío con apenas un estudiante sentado solo en su escritorio. Ese chico, al ver llegar a Harry, le dedicó una brillante sonrisa. Malfoy pronto se levantó y miró hacia la puerta para asegurarse de que nadie venía antes de darle un fuerte abrazo a su novio, quien sonrió y le devolvió el cariñoso acto.

– Buenos días, H –dejó un beso en la mejilla del más bajito, quien pronto se sonrojó antes de volver a mirar a su alrededor. A pesar de que estaban solos, se sentía avergonzado cuando Draco lo trataba con ternura de esa manera.

– Buen día –murmuró sonriendo, dejando sus libros sobre su escritorio.

Ginny, espiando a hurtadillas por la puerta, pronto entró y la cerró detrás de ella, no queriendo que nadie apareciera para interferir con lo que estaba a punto de decir.

– Buenos días, tortolitos –dijo irónicamente, asustando a los dos chicos que no la vieron llegar. Harry tragó saliva ante el apodo y Malfoy frunció el ceño.

– ¿Qué haces aquí, niña? –preguntó con su típica acidez. Harry solo lo veía de esa manera cuando hablaba con alguien que no le agradaba.

– Vine para acabar con esto, sea lo que sea –dijo, haciendo un gesto por la unión de los dos. Potter tenía los ojos bien abiertos, tratando de imaginar cómo se había enterado.

– ¿Y qué es "esto"? –preguntó el rubio, haciendo comillas en el aire con sus dedos, todavía respondiendo con dureza a la chica.

– Esta repugnante relación de ustedes dos –hizo una mueca de disgusto, como si estuviera a punto de vomitar, y Harry sintió una opresión en su corazón. Malfoy, sin embargo, sintió que su sangre se calentaba–. Hubiera esperado eso de alguien sucio como tú, Malfoy –prácticamente escupió el nombre del rubio, que la miraba con puro odio–. Pero tú, Harry, ¿cómo pudiste dejarte llevar por algo así?

– La única cosa repugnante que veo por aquí eres tú, mocosa –respondió–. Ahora vete de aquí o no seré responsable de mis acciones –dijo, sacando su varita de su capa y apuntando amenazadoramente a la chica.

– No me iré, no antes de que diga lo que vine a decir –dijo con aire de suficiencia, sin sentirse asustada por la amenaza de Draco.

– Di lo que quieres, Ginny –Harry dijo con impaciencia, no podía soportar un segundo más. Sentía que iba a vomitar en cualquier momento.

– No importa lo que esté pasando entre ustedes, si están saliendo o simplemente follando como animales –Harry se quedó boquiabierto ante las palabras de la chica, sin embargo, Malfoy no se inmutó–. Lo que importa es que va a terminar, porque antes de que perdieras la maldita memoria y caminaras como un probrecito que no recuerda nada, ¡Harry era mío! –le habló directamente a Draco–. Y así volverá a ser a partir de ahora. Harry es mi novio, solo mío, y volverá conmigo, le guste o no –dijo irritada, como una niña enfadada que no consiguió lo que quería en Navidad–. A menos que quieran que le cuente a toda la escuela sobre esta desagradable relación entre ustedes dos –chantajeó.

Harry todavía estaba allí, perplejo. Nunca hubiera imaginado que Ginny sería capaz de decir tantas cosas horribles, especialmente porque parecía una chica tan ingenua e inocente. Draco se veía tan sorprendido como su novio, pensó que la pelirroja era demasiado tonta para ser capaz chantajear así.

– Como soy una gran persona, les daré a los dos algo de tiempo para que decidan si prefieren terminar con esta payasada o arruinar sus vidas y su reputación –dijo falsamente, mientras sonreía con ironía, segura de que saldría ganando de cualquier manera–. Ah, y ni un pío de esto a Ron –dijo señalando a Harry, quien tragó saliva.

En eso, la chica salió de la habitación en el mismo momento en que sonó el timbre que indicaba el inicio de clases. Los estudiantes comenzaron a entrar a la habitación, pero Potter y Malfoy permanecieron inmóviles, sin saber muy bien cómo manejar la situación. Acordaron hablar más tarde, después de clase, para decidir qué hacer.

Se saltaron la segunda clase y se escabulleron hasta un lugar más vacío de la escuela, donde rara vez pasaba alguien, para hablar de ello. Harry se apoyó contra una de las paredes del pasillo desocupado y se cubrió la cara con las manos, respirando profundamente para mantener la calma.

– No puedo creer que esto esté pasando –dijo el moreno, su voz fue amortiguada por sus manos. Draco tenía expresiones de preocupación mientras miraba a su novio.

– Yo tampoco, pero tenemos que pensar qué hacer –suspiró, derrotado. Se acercó a su novio lentamente y lo abrazó, dejando que el moreno descansara la cabeza en su hombro.

Harry levantó la cara y miró profundamente a los ojos gris azulados de Malfoy, que le devolvieron la mirada con igual intensidad. Potter se puso de puntillas y besó a su novio, cerrando los ojos y dejándose llevar por el suave toque del más alto, que también se estaba sumergiendo en el momento. A diferencia de los besos anteriores, este fue suave y lleno de afecto. Draco se apartó lentamente y respiró hondo el aroma del moreno antes de preguntar:

– ¿Volverías con ella para que no se enteren de nosotros? –el ceño fruncido reveló la incertidumbre del rubio en cuanto a la respuesta.

– Ni aunque quisiera, podría –aseguró, calmando a Draco–. Nunca la amé como te amo a ti –dijo sin darse cuenta, poco después de abrir mucho los ojos y cubrirse la boca con la mano. Malfoy trató de contener una sonrisa–. L-Lo siento, no debería haber dicho eso.

– No creo que pueda perdonarte por eso, Potter –dijo con seriedad, haciendo que Harry tragara saliva–. Después de todo, yo también te amo.

¿Conoces las famosas mariposas en tu estómago que dicen que sientes cuando estás enamorado? Harry los sintió ahora mismo. Sin creerlo, buscó cualquier rastro en la expresión de Draco que pudiera indicar que estaba mintiendo. Como no la encontró, simplemente tiró del rubio para darle otro beso lento y prolongado, disfrutando cada segundo. Cuando se separaron, Potter sonrió.

– Vamos a resolverlo, ¿de acuerdo? Podemos pensar en algo para que Ginny desista del plan –Harry dijo pensativamente–. ¿Quizás hacer que se enamore de otra persona? –sugirió.

– ¿Tendrías el coraje de hacer esto con un pobre chico? –bromeó el rubio, sin embargo, con una pizca de verdad.

– ¡Qué malo eres! –comentó, pero aun riéndose del chiste del más alto.

– Ya viste de lo que esa chica es capaz, ¿de verdad quieres que alguien más termine pasando por lo mismo que tú ahora? –preguntó Malfoy, esta vez en serio.

– Tienes razón, ¿y si se lo decimos a algún profesor? –Harry sugirió de nuevo, pero Draco simplemente puso los ojos en blanco.

– ¿Qué profesor haría algo al respecto?

– ¡Dumbledore! –respondió, pero Malfoy volvió a poner los ojos en blanco, riendo.

– Fue una pregunta retórica –Harry estaba a punto de decir algo, pero Draco lo besó, evitando que cualquier palabra saliera de la boca del moreno.

Se quedaron allí juntos por un tiempo más antes de escuchar el sonido de la campana para la tercera clase. Así que se separaron con la promesa de que lo resolverían, pero que no jugarían el juego de Ginny en absoluto.

•••

Aquí les traigo un nuevo capítulo traducido, fresco como una lechuga. ¡Espero lo disfruten! Y, pues, el final está cada vez más cerquita.

Memory Loss | Drarry (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora