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*Antes de reencontrarse con Mike*

—¡Lo tomó bastante bien Max! me sorprendí de que así fuera en realidad—Gritó al teléfono emocionado, habían pasado un par de días desde su salida del closet, días en los que había estado conviviendo familiarmente y explorando su habilidad para tocar el bajo que había adquirido recientemente, se sentía tranquilo.

—Te lo dije Byers, tu mamá es muy comprensiva, la subestimas demasiado—

—Al fin soy libre, ¡al fin puedo hacer lo que yo quiera! había tenido tanto miedo de este momento, hasta ahora—

—¿Eso quiere decir que hablarás con Mike sobre todo esto?—Suspiró su pelirroja amiga.

—No voy a hacer las pases con él de nuevo—Respondió un poco inseguro—hablamos, quedamos en buenos términos y después es un idiota, ¿no te diste cuenta de como me veía cuando le di mi número de teléfono al chico de la heladería? además no lo he visto en semanas, una prueba más de que prefiere a Jane sobre nosotros, he estado algo pensativo al respecto—

—William eres un estupido, Mike estaba celoso—

El cerebro sé le entumeció.

—No te llamé para hablar de Mike, te llamé para contarte lo qué pasó con mi mamá, Max—Frunció el ceño, la antes mencionada soltó una risita cómo sí pudiera verlo, el tono era suficiente para adivinar su expresión, además de que lo conocía perfectamente.

—En fin, la gran aventura será verlo en la boda de tu hermano, que por cierto me muero porque ya sea, es una lástima que la hayan retrasando un mes ¿crees que podremos embriagarnos pronto? Realmente siento la necesidad de alcoholizarme—

—Un 50% seguro, también estoy emocionado— Soltó mucho antes de escuchar el grito proveniente de la sala "—Will, apresúrate ya nos vamos—" era Joyce, quién había organizado una cena.—Max tengo que irme, mamá me llama, iremos a cenar—

—Bien, te quiero Will, suerte—

—También, hasta luego—Sé despidió, salió como un rayo de su habitación, dirigiéndose hacia su sala de estar, el código de vestimenta era formal, tenía puesto un pantalón gris y un saco azul marino, le gustaba bastante como le quedaba, no tardó ni un segundo en encontrarse con Jonathan, su madre y dos personas más, esas personas eran Jane y Hopper.

—Will, ¿estás listo?—

—Uhmm sí—Dijo aún dudoso, ¿una cena familiar? ¿con Jane y Hopper?

El camino no fue tan incomodo pero seguía muy pensativo, nunca pensó que algo así ocurriría, al menos no en un contexto cercano, tal vez estaba demasiado distraído en sus pensamientos para notar algo distinto en su madre o prevenir alguna noticia nueva, no importaba mucho. Llegaron al restaurante elegido por los mayores y entraron, era elegante, ¿tanto festejo y elegancia? 11 lo estaba poniendo de nervios por la manera en la que lo veía, muy fijamente, podía sentir sus ojos hundiéndole la ropa, el castaño estaba sentado junto a Jonathan, ambos tratando de no parecer unos locos y absteniéndose a preguntar la razón real de esa cena.

—Sé estarán preguntando la razón por la cuál venimos a cenar—Sí, hopper lo había adivinado.

—En realidad sí, estamos impacientes—Will y Jonathan sé ven entre sí antes de reír al unísono.

—Bueno tengan un poco más de paciencia, lo sabrán en el momento del postre—Sonrió Joyce, cada vez era más extraño todo.

La cena estaba transcurriendo con normalidad, algo silenciosa pero muy acogedora, era comida italiana así que había pizza, Jane no habló mucho, en realidad no tenía mucha personalidad cuando estaba lejos de Mike y eso era muy triste, Will quiso decirle algo para ayudarle pero antes de poder abrir la boca, Jonathan comenzó a hablar.

—Bueno uhmm sí, me hubiera gustado traer a Nancy pero, tenía algo de trabajo, el tema de la boda la tenía muy atrasada con su editorial—Soltó para después meter un tenedor repleto de pasta a su boca.

—Nos hubiera encantado que supiera lo que tenemos que anunciarles—Aún no habían traído el postre, pero parecía que su madre tenía algo de prisa.

—Ya basta de misterio, realmente me está comiendo la cabeza y de verdad entiendo la sensación de que algo te come la cabeza —Ríe Will con algo de nervios.

—Bueno, tenemos un regalo para los tres—Agregó Hopper mientras sacaba un pequeño sobre de la bolsa de Joyce, un momento después se los extendió y el más grande lo tomó, comenzó a abrirlo, Jane y Will hicieron contacto visual, confundidos.

—No es verdad mamá—Sonrió sin mostrar la imagen que tenía entre las manos.

—¿No es verdad qué?—Will estaba muerto por saberlo.

—¡Mira esto!—Su hermano mayor sostenía una imagen médica de manchas negras y grisáceas, le tomó más de 5 minutos figurar lo que era, una ecografía de un bebé.

—¿Qué es eso?—Jane no podía entenderlo aún, posiblemente jamás le habían mostrado una.

—Es un bebé, Joyce espera un bebé nuestro—

—Y también—Extendió el brazo para mostrar un dedo anular izquierdo con una argolla—Pronto también nos vamos a casar—

—¡Eso es genial mamá! ¿sé mudarán juntos?—

—Sí, seremos una familia, Jane y Hopper vendrán a vivir a nuestra casa que desde ahora también será su casa—Dijo Joyce mientras se dirigía a Jane quién estaba tan sorprendida como Will.

—Dios creo que voy a vomitar—anunció el castaño antes de correr hasta el baño, no podía entender en qué momento pasó, no podría aceptar que viviría con Jane, no podía aceptar compartir su espacio con ella, jamás la vería como una hermana, ella le había robado al amor de su vida con sus estupidos poderes, con su estupida personalidad pasiva y su horrible cara de mustia, tendría que tener a Mike en casa seguido, tendría que ver sus ridículos besos, sus horribles rituales de parejas que nadie aguantaba, arruinarían sus días de D&D, además ¿un bebé? otro pobre ser por el cuál estaría preocupado.

Jane - Byler Donde viven las historias. Descúbrelo ahora