AQUELLA noche, Aní estaba planchando su vestido de dama de honor en el salón dé su casa intentando desesperadamente no llorar. Alfonso se casaba al día siguiente y no podía hacer nada para impedirlo. Se había pasado toda la tarde intentando encontrar una solución. Incluso se le había pasado por la cabeza proponerse como madre adoptiva del bebé, pero lo que le había oído decir a Heather le había dejado claro que la rubia jamás aceptaría aquello. -¿Se lo has dicho a Herrera? -le había preguntado el desconocido. -Todavía, no. Se lo voy a decir la noche de bodas. Va a estar encantado. Él quiere tener hijos. -¿Tanto como tú? -se había burlado el desconocido. -No te rías, aunque no es un hijo deseado voy a intentar ser una buena madre para él. -¿Pretendes que me crea que te importa más un hijo que tu carrera? -No me importa lo que creas -había contestado Heather con decisión-. Da igual lo que haya dicho en el pasado. Me he dado cuenta de que en esta vida hay cosas más importantes que el trabajo. Luego se habían ido dejando a Aní con su dolor. ¡Heather estaba embarazada de Alfonso! Y aquello parecía haberle hecho plantearse su vida. Había dicho que iba a intentar ser buena madre y que ya no le preocupaba tanto su éxito profesional. Aní sabía que tenía que mantenerse al margen. No sería justo para el niño intentar romper la relación de sus padres. Apretó la plancha. Tenía que dejar de intentar romper su compromiso. Si de verdad era amiga de Alfonso eso era lo que tenía que hacer. Aunque lo cierto era que ya no quería ser su amiga. No, porque durante la comida se había dado, por fin, cuenta de la verdad. Estaba enamorada de él. Estaba enamorada de Alfonso desde hacía mucho tiempo, pero no había querido admitírselo a sí misma por miedo a sufrir. Había visto lo que había pasado entre sus padres y lo mal que le iba a su hermana con su marido y sabía que el amor se podía tornar odio y no quería que le pasara algo así con Alfonso. ¿Y qué sentiría él? ¿De verdad era capaz de besarla y de tocarla como la noche anterior y solo ser su amigo? ¿Por qué insistía tanto para que admitiera la verdad? Tenía que ser porque sentía algo por ella. Si Heather no estuviera embarazada, lo averiguaría. Pero Heather estaba embarazada. Aní sintió náuseas. Ya era demasiado tarde. Quería a Alfonso, pero él debía casarse con Heather. Llamaron a la puerta y Aní miró el reloj. Casi las nueve. ¿Quién sería? Seguramente, una de sus hermanas. No le apetecía hablar con nadie. Se sentía fatal. Volvieron a llamar. -¿Aní, estás ahí? Aní dejó la plancha. ¿Alfonso? Se acercó a la puerta y se abrochó bien el cinturón de la bata. Miró por la mirilla y vio que, efectivamente, era Alfonso. -¿Qué haces aquí? -le dijo abriendo-una rendija. -Déjame pasar -le ordenó él. Aní obedeció confusa. Una vez dentro, Alfonso se giró y se quedó mirándola. Aní sintió que se derretía, así que volvió a la tabla de planchar.
-¿Qué haces? No deberías estar aquí -le dijo. -Ya lo sé, pero... -se pasó los dedos por el pelo-. Heather me dijo que creía que... Has comido con ella hoy, ¿no? -Me sorprendió mucho que viniera ella en vez de ti -contestó Aní sinceramente planchando el vestido. -Lo siento. Es que estaba enfadado por lo de anoche. -Yo también lo siento. Fue culpa mía. -No, no lo fue. Fue culpa mía. Sabía que... Nunca debía perder el control... -Por favor, Alfonso -dijo Aní dejando la plancha e intentando sonreír-. Vamos a hacer como si jamás hubiera sucedido, ¿de acuerdo? No podemos dejar que eso te estropee la boda. -¿La boda? Sí, bueno, he estado pensándolo y creo que la voy a retrasar. -No, Alfonso, no puedes hacer eso. Heather cuenta contigo. -Aní, tenemos que hablar -dijo acercándose a ella y tomándola del brazo-. No era mi intención que esto llegara tan lejos. No estoy enamorado de Heather. ¿No estaba enamorado de Heather? Qué maravilla. Durante unos segundos, Aní sintió que flotaba, pero de repente la verdad la hizo volver a la tierra. Heather y su bebé. ¿Cómo podía haberlo olvidado? -Alfonso, te estás confundiendo -lo interrumpió apartándose de él-. No sabes lo que dices. Claro que estás enamorado de Heather. -No, no lo estoy. -Pero si es una mujer preciosa... -Sí, lo es, pero, ¿tú crees que es la mujer indicada para mí? Aní quería gritar que no con todas sus fuerzas, pero sonrió valiente y mintió. -Sí, Alfonso, creo que es perfecta para ti. -¿Sí? -dijo él sorprendido. -¡Sí! ¡Claro que sí! Es muy guapa y le gustan los animales. ¿Qué más podrías pedir? -¿Qué más podría pedir? -repitió Alfonso mirándola como si fuera una desconocida-. ¿De qué habéis hablado hoy en el restaurante? -De nada importante. Simplemente le he dicho que entre tú y yo no había pasado nada. -¿Que no había pasado nada? -dijo Alfonso con sarcasmo-. ¿El beso de ayer no fue nada? ¿Y por eso te estremeciste cuando mis dedos tocaron tu interior? -Alfonso, por favor... -dijo Aní enrojeciendo como si se hubiera puesto la plancha en la cara. -¿Alfonso por favor qué? dijo tomándola de los hombros-. Lo de anoche me encantó y a ti también, ¿verdad? -No -tartamudeó Aní. -Heather me ha dicho que... me quieres. Aní se quedó helada. No podía hablar. -No puedo dejar de pensar en lo de anoche -continuó Alfonso-. No quería dejar de besarte y de tocarte. De hecho, lo que quería hacer era tumbarte sobre la mesa y hacerte el amor. -Alfonso... -Sí, Aní, dime lo que tú quieres. Dime la verdad. Dime que me deseas tanto como yo te deseo a ti... ¡Ay madre! Qué difícil era mentir oyendo aquello, pero debía hacerlo. Por Heather y por el niño. Haciendo un esfuerzo sobrehumano se apartó de él. -Claro que te quiero, pero como amigo. -¿Como amigo? ¿Solo como amigo? Con el corazón roto, Aní asintió.
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Trampa de amor
Fanfic[ACLARACIÓN: ESTA HISTORIA ES UNA ADAPTACIÓN, TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS A SU AUTORA ORIGINAL] De ningún modo iba Anahí Puente a permitir que su mejor amigo, Alfonso Herrera, se casara con una mujer a la que solo le interesaba su dinero. Quizá él...