ASFIXIA 窒息; HOPEV

Capítulo O6

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𝑨𝑺𝑭𝑰𝑿𝑰𝑨 | 𝑽𝑰

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Viéndolo, las ganas de querer tranquilizarlo le recorrió por todo el cuerpo. Hoseok apretó los puños sin poder apartar sus ojos de encima; quiso, de pronto, decirle que todo estaba bien y que a esas alturas confiaba en su trabajo de manera tan poco sensata que no le hacía falta seguir pensando si lo quería como su asistente. Se detuvo porque ya lo había amenazado como un imbécil, provocando que su nerviosismo invadiera inconsciente toda la oficina.

¿Debería prevenirlo de su familia? ¿Cómo le diría, en todo caso, que por su culpa, la semilla de la curiosidad se siembra tan solo un día atrás y debía dar todo de sí para evitar que se lo comieran vivo?

Ambos salieron de la oficina. Cuando Hoseok los presento, por supuesto que hubo un escudriño; el primer visto bueno fue la ropa de diseñador y los zapatos limpios, lo poco ostentoso que se veía pese a contar con una aura única, como de realeza; quizá el único inconveniente fueron los estrictos modales como parte de su protocolo personal que incomodaron a su madre, porque nunca antes alguien le había dicho señora con tanto tacto que incluso le hiciera sonrojarse.

Uno por uno se dirigió hacia la sala de juntas con Taehyung como su guía, entre una plática de carácter profesional bastante tímida por ambas partes

Su padre y Dal, su hermana, quedaron maravillados, quizá porque los alfas estaban predispuestos a aceptar a los omegas por naturaleza, sin necesidad de juzgarlos duramente. Seon, por otro lado, fue indiferente por su condición de beta. No obstante, intercambió una mirada con Hoseok de forma insinuante, haciéndole saber que Kim Taehyung no iba a tener una situación fácil. Desde lejos se olía el pésimo humor que cargaba uno de los hermanos más jóvenes, Jung Hae, y las pocas ganas de estar ahí como nunca. Por motivos de su estricto protocolo con la puntualidad, Hoseok ni siquiera se detuvo a indagar el motivo del extraño comportamiento del susodicho y dejó que entraran a la sala de juntas, pidieran café y algunas infusiones para comenzar. Las carpetas selladas en cada lugar correspondiente y la familia demasiado curiosa para disimular, no esperaron por mucho tiempo antes de que Hoseok estuviera pidiendo atención para comenzar la junta. Fue justo en ese momento que Taehyung recibió una llamada de casa que estuvo a punto de arruinarlo todo. La rechazó instintivamente tan solo ver el nombre de su madre adscrito en la pantalla. No existía incógnita de sus intenciones: quería obligarlo a intentar fecundarse, ahora más que nunca, porque seguramente, la madre de Seung había corrido a interpretar cualquiera de sus teatritos. Taehyung estaba convencido de que si Seung había decidido no mencionar nada, ella tampoco debía obligarlo y no debía ser el único tema que le obligará hablar con ella.

—¿Taehyung, está listo? —Hoseok apenas le toco, Taehyung se trago el amargo de su boca — Podemos comenzar. Tómese su tiempo y no se deje intimidar, usted sabe del tema.

Se sintió a la deriva, como si el mundo solo le estuviera juzgando su caída al vacío. Por un momento quiso no hacerlo; quiso rendirse, irse a casa y envolverse en la sabanas; esperar la llegada de Seung para convencerlo de que no lo dejara y dormir profundamente por días, hasta tener el valor de seguir siendo un omega de casa, solo y vacío, sin nada adentro que estuviera (tan siquiera) pudriéndole el alma, porque así, sin ambición, sin nada, le sería difícil sobrevivir...Bien lo sabía.

Entonces miró a Jung Hoseok, sus ojos inquisidores le dijeron lo patético que estaba siendo: no había forma de sabotearse de esa forma si apenas había comenzado a intentarlo. No encontró ningún gran motivo por el cual rendirse, total, ya era la escoria en la familia. Saltó desde su precipicio, y ya en caída libre, no hubo oportunidad de echarse para atrás. Supo que fue el comienzo de algo grande, algo que seguramente iba a tragarselo.