Capítulo 12

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𝑨𝑺𝑭𝑰𝑿𝑰𝑨 | 𝑿𝑰𝑰

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Lo primero que pensó Taehyung al llegar a casa fue darse un baño; uno del que saliera sin ningún rastro de Hoseok; uno que le quitara su olor, el recuerdo del tacto sobre su piel. Desesperado por borrar sus huellas, llevó todas su prendas a un lavado rápido con suavizante extra, para que Seung no llegará ni siquiera a sospechar que algo extraño hubiera ocurrido. Lavó sus dientes, pero considero que no iba a ser suficiente. Si Seung le besaba, quizás se daría cuenta por encima del alcohólico aliento, que había algo más en su saliva y eso lo hizo enloquecer. Bajó a la cocina, comió algo dulce para desaparecer cualquier rastro y volvió a lavarse los dientes. Luego se fue a la cama para intentar dormir antes de que llegase, pero no lo logró, no podía con su mente traicionándolo, pasando las imágenes de todo lo que sucedió con su jefe.

Una y otra, y otra vez, sin cansarse. Echándoselo en culpa.

¿Por qué no lo detuvo? ¿Por qué no lo alejó? ¿Por qué lo aceptó una segunda vez?

Entonces lo escuchó llegar; el auto, las llaves y sus pasos sobre las escaleras. Taehyung jamás había comparado los aromas de ambos, pero esa vez fue imposible no hacerlo. Mientras el de Hoseok siempre era amable, Seung, la mayoría de veces disfrazaba su esencia natural con uno desagradable para ser más amenazante porque no le gustaba ningún acercamiento indeseado. Esa noche, Taehyung distinguió en ese aroma fuerte, para él ya acostumbrado, la compañía de otro, uno que ya tenía historia dentro del matrimonio. Uno que, por demás, se juró no volver a repetir.

Porque mientras Taehyung deshizo cualquier indicio de un tercero, a Seung no le importó meterse a la cama que compartían apestando a otros. Dejando que la confianza pendiera de un hilo y su corazón, un poco resquebrajado, doliera toda la noche en silencio.

Por la mañana fueron partícipes de un desayuno entre miradas insospechadas. A duras penas, moviéndose por casa, como quien no ha burlado al otro de forma siniestra se reunieron en el comedor sin poder negarse y se sentaron de frente con incomodidad.

—¿Anoche llegaste muy tarde? —Taehyung no pudo mantener más el silencio y esperó una respuesta mientras bebía su té.

Seung masticaba cuidadosamente mientras tanto y asintió con distracción mientras contestaba sus textos en el teléfono.

—¿Hiciste todo lo que debías hacer?

—¿Por qué tan curioso?

Taehyung se alzó de hombros. —Nada más... estás por irte.

—Sí, debería terminar ya —Miró su reloj de mano, ni siquiera era tarde y aun así se levantó sin terminar su café. Recordó algo —¿Mi equipaje...?

—Está hecho.

—Bien.

El alfa ya iba de camino a las escaleras. Taehyung sintió que se ahogaba con un bocado en su boca.

—Seung...

Consideró una culpa inexistente en el alfa y Taehyung sintió morirse incluso si sólo había dado un beso. Por un momento se sintió capaz de confesar lo que había hecho, de arrodillarse y de pedirle perdón, de llorar e implorar por partes iguales una segunda oportunidad. Iba a condicionar su regreso a casa: no vería a nadie más que a él, su esposo, sin dejar que otro alfa volviera a tocarlo. Entonces volvió a recordar que Seung llevaba tres faltas en tal rubro y terminó por no hacerlo. Taehyung no dijo nada. No pudo cuando la habitación apestaba al omega barato con el que se revolcó la noche anterior. Por primera vez el pecho se le llenó de un fuego indescriptible que carbonizó su sinceridad.

ASFIXIA 窒息; HOPEVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora