ASFIXIA 窒息; HOPEV

Capítulo O8

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𝑨𝑺𝑭𝑰𝑿𝑰𝑨 | 𝑽𝑰𝑰𝑰

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Taehyung se metió a su pequeña oficina, con una extraña pesadez en el corazón. No entendió su molestia en respuesta a todas las preguntas de Park Jimin. Se sentó duramente en su sitio, encendió la computadora y pretendió revisar su correo antes de que Jung llamara. Lo cierto es que ni siquiera pudo mantenerse en ello por cinco minutos.

¿Qué se supone que debo contestar, si es verdad? —se preguntó dejando de lado la lectura de las invitaciones a diversos eventos sociales que día con día aumentaban para revisar —¿De qué me he perdido en mi matrimonio? ¿Qué cosas tenían que suceder para casarme? No, nada ¡Así son las cosas! Los padres hablan entre ellos para acordar un matrimonio; los hijos se conocen y aceptan si están de acuerdo; compran casa y un auto, se ponen a tener hijos y mueren... Solo que yo no he podido tener hijos, pero no porque no quiera sino porque es más complicado para alguien como yo. Además... Yo sí quiero a mi esposo y sé que él también ¡porque me lo ha dicho! No, no, no. A mí no me hace falta. ¡A Park Jimin sí! ¡A ese sí! Y por eso quiere a mi jefe, un alfa respetable y de valores, además de guapo y sumamente educado. Ordenado. Con límites claros, proyecto de vida estable y hombre honrado... ¡ni se diga! Cómo mamá dice de mi padre: un alfa merecedor de un omega como nosotros, de alta estima social, con educación... Solo que yo, pues estoy casado. Aunque no sé si Park sea un beta honorable para él. Quizá una omega delicada y bonita le haría pareja perfecta... Como la hija de los Min, ¡Ella es tan adorable! ¿Y si los presento...?

Saltó en su sitio. En la posición donde inicialmente había comenzado a divagar. Contestó inmediatamente, sin equivocación.

—Buen día Señor Kim —Era el alfa Jung, quien parecía estar de buen humor, quizá por el cambio de aires o porque la noche anterior había estado al teléfono con... —¿Cómo está la mañana por allá?

—Es como si usted estuviera aquí: todo en orden —No es que dijera mentiras por agradar, en realidad nada había sucedido en la escasa media hora que había transcurrido.

—Bueno, pensaré eso un poco... De seguro todo el mundo está vagando por los corredores.

Taehyung sonrió ligeramente escuchando la voz del alfa del otro lado de la línea. Miró hacia el exterior de su oficina. Al menos ahí no había nadie.

—No, señor. Lamento decepcionarlo.

—Tranquilo, señor Kim, usted no me ha decepcionado... En lo que llevamos de trabajar juntos, por supuesto. Ahora dígame —lo escuchó aclarar la garganta— ¿Hay algo de lo que no nos ocupamos ayer?

—Oh, sí —como salido de un trance, un estupefaciente del que aún no imaginaba ser víctima, el síntoma, Taehyung miró la computadora desconociendo por un momento el sitio donde se encontraba pero al final se puso en marcha — Hay algunas invitaciones a eventos sociales, ¿agendo algunos para cuando vuelva?

—Sí, elige cuidadosamente. Necesitamos volver a la sociedad después de nuestro desastre —Un suspiro — Por cierto, llama a Kim's Incorporation, y discúlpate en mi lugar por no poder asistir a su evento esta tarde. Olvidé por completo que les confirmé cuándo recibí la invitación. No conté que sería imposible asistir.

—¿Usted está invitado al evento de caridad? —preguntó, imprudente, olvidándose del empeño que tenía por no relacionar su trabajo con cuestiones personales.

—Por alguna razón, me tenían en lista mucho antes de comunicarme con ellos. La enviaron, si no mal recuerdo, en los días que usted entró a trabajar; por eso respondí por mi cuenta.