A la tercera semana

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-Muchas gracias por ello. [comentó el joven haciendo una reverencia]

[Las muchachas que habían ido hasta allí para entregarle un ramo de flores, sonrieron complacidas. Sin duda, aquel escritor era educado además de muy guapo. Estaban maravilladas con sus ojos amarillos y su pelo azul. Ni siquiera al agarrar el ramo había perdido la gracia en sus movimientos. Las chicas estaban fascinadas. Tenían el placer de conocerlo en persona a pesar de las circunstancias. Finalmente se despidieron de él con una risita]

[El joven cerró la puerta y tiró el ramo de flores al suelo. Odiaba los dendrobios. No se lo había dicho a las muchachas por respeto, pero aquel regalo era algo que detestaba. Cuando cayera la noche, iría a algún lugar de tierra apartado a enterrar aquellas malditas flores. Eran un vivo recuerdo de algo que le había afectado profundamente diecisiete días tras]

[No deseaba una planta que guiara almas cuya sangre había sido derramada. Ya había tenido demasiada mala suerte como para agregar más]

-El tiempo sigue corriendo en mi contra. [dijo, consternado]

[Los días que podía permanecer en Inazuma estaban agotándose y lo sabía. Por mucho que aquella aldea tratara de calmar sus ánimos, no se sentía capaz de ir a hablar con ninguna comisión a pesar de tener que hacerlo. Ya no le quedaban lágrimas que derramar, pero aún no se sentía capaz de dormir ni comer con normalidad. Temía que aquellos nefastos pensamientos del incidente regresaran si bajaba la guardia]

[Nunca debió dejarlo marchar solo. Él podría haberlo evitado]

 Él podría haberlo evitado]

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-Es hora de buscar el agua. [se ordenó a sí mismo, tratando de evitar aquella tortura diaria]

[Así que respiró hondo y salió al exterior para recoger agua del canal. Había pasado tantos días allí que los habitantes de la aldea Konda ya lo veían como uno más. Marchó hacia su destino. No podía escapar de aquella horrible rutina. Todas las miradas que lo seguían no pudieron evitar sentirse tristes por el escritor. Xingqiu, que hacía dos semanas rebosaba entusiasmo, ahora no era más que una sombra de lo que había sido. Pobre joven]

[Introdujo aquel cubo de madera en el agua y extrajo aquel líquido tan preciado. Necesitaría calentarlo para poder desinfectarlo. Aquella tarea era lo que en aquellos momentos lo mantenía atento. No necesitaba que nadie le recordara el demacrado estado en el que se hallaba. Él mismo veía su reflejo en el canal. Aquellos ojos hundidos y sin brillo y su progresiva delgadez surgida de tan mal periodo]

[A veces deseaba simplemente rendirse. Toda la carga emocional era abrumadora para él. No encontraba consuelo ni en los libros ni en las personas. Tan solo deseaba a Albedo de vuelta. Añoraba oír su voz y sentir sus caricias]

-Por tres días más no va a pasar nada.

[Había mantenido una cuenta atrás mental por indicación de aquel médico. 20 días y debería rendirse a lo evidente. Parte de su alma le pedía desesperadamente llegar a ese número para poder descansar. No obstante, su testarudo corazón todavía guardaba esperanzas aun sabiendo que todo corría en su contra. Xingqiu llevó el cubo a la casa y calentó el agua al fuego en una olla. Observó las burbujas formarse. No habían importado los rezos. Lo que había pasado no se iba a solventar por arte de magia]

Cristales en el EclipseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora