Las ruinas de Tsurumi

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[La noche antes del eclipse, no durmieron. Albedo se dedicaba a repasar sus anotaciones una y otra vez y a comprobar todos los materiales. Xingqiu había tratado de leer un libro, pero por más que lo intentaba, su nerviosismo le impedía concentrarse en lo que hacía. Cuando partieron bien temprano hacia la isla Tsurumi, ambos permanecieron en silencio durante todo el trayecto. Se habían asegurado de que todo estaba correctamente colocado y preparado para usarlo. Incluso habían preguntado a la gente que encontraban en su camino por si alguien les informaba de cuándo exactamente iba a darse el eclipse]

[Todo tenía que ser perfecto o fallaría terriblemente]

[La situación era tan preocupante, que Xingqiu se abrigó más con su chaqueta cuando empezaron a caminar por aquella isla desierta. Albedo iba por delante de él, caminando con paso decidido y sin demostrar señal alguna de que le pesara lo que cargaba en su bolso. El escritor admiraba que se mostrara aparentemente tan sereno ante todo el asunto]

-¿Te parecería que habláramos de algo mientras caminamos, Xingqiu? Pareces estar bastante inquieto. [sugirió él mientras empezaban a ascender por un camino en dirección al Santuario Chirai] Comprendo que ahora mismo se mezclan los malos recuerdos con la ansiedad que genera lo que vamos a hacer.

-La verdad es que tengo hasta náuseas. [confesó el escritor. El día parecía tan normal como otro cualquiera, pero aquella isla era tan extraña que podría cambiar en apenas un abrir y cerrar de ojos. No se sentía seguro volviendo a pisar aquel terreno] ¿No tenemos la opción de hacerlo en otro lugar, verdad...?

-Me temo que no

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-Me temo que no. Los otros sitios que podrían servir como candidatos válidos quedan demasiado lejos. No podemos arriesgarnos a perder la oportunidad de emplear el eclipse a nuestro favor. Además, al ser una isla sin habitantes, podemos hacer lo que tenemos que hacer sin preguntas de curiosos.

-Aun así, la gente cuestionará su parecido con el nuestro...

-Diremos que es una mera casualidad. A las personas les encanta creer en casualidades misteriosas. [comentó él. Su mente repasaba una y otra vez todo el plan] Afirmaremos que lo encontramos y decidimos adoptarlo. Que el hecho de que sea similar a nosotros es solo una coincidencia. A medida que pasen los años y crezca, a la gente le resultará completamente natural.

-Espero que así sea... Como que no me gustaría tener que ser interrogado por mis padres todo el tiempo por ello.

-Xingqiu, deja de pensar en todo lo que posiblemente puede salir mal. ¿Por qué no nos tomamos de la mano lo que queda de camino? Quizás así te tranquilices un poco más.

[El escritor aceptó la sugerencia a pesar de sentirse estúpido haciendo aquello. El Príncipe de la Roca Caliza, quien iba a llevar a cabo todo el experimento y crear una vida humana a partir de elementos encontrados en la naturaleza, estaba tranquilo. Y él, quien simplemente se dedicaba a acompañarlo y, como mucho, vigilar que no hubiera enemigos alrededor, era un manojo de nervios. Había leído demasiados libros en los que los experimentos salían horriblemente mal y aquella isla lo hacía sugestionarse excesivamente. No podía dejar de tacharse de inmaduro por sus actos. Sin embargo, Albedo le apretó suavemente la mano, demostrando que no lo juzgaba por ello. ¿Cómo había logrado Xingqiu ganarse el afecto de un ser tan maravilloso?]

Cristales en el EclipseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora