Por fin... mi familia

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I

"Más a la derecha" indicó Regina, señalando también con su dedo índice.

"Ya está a la derecha" se quejó Emma.

"No, está torcido"

"No creo que a nadie le importe que esté un poco hacia la izquierda"

"¿Es buen momento para decirte que también está demasiado arriba?"

"¡Regina, por Dios!" exclamó Emma bajando de la escalera. "La pancarta está perfecta" manifestó alzando la vista hacia la cartulina en la que había escrito Feliz cumpleaños.

"Las letras están muy juntas, Emma. Parece que Felizcumpleaños sea una sola palabra" expresó la morena.

"¿Quieres dejar de quejarte? Relájate, solo es una fiesta de 13 años" dijo Emma, acercándose a Regina y posando ambas manos en los hombros de la morena.

"Sabes que no puedo, no cuando se trata de Henry" resopló.

"Henry estará feliz mientras todos se presenten, traigan regalos y coma mucha tarta"

"¡Mierda, la tarta!" exclamó de golpe. "Tenía que ponerme a hacerla, pero-"

"Shh" la rubia masajeó los hombros de Regina para que soltara toda la tensión acumulada. "Yo la hago"

"¿De verdad?" dijo Regina con una risa burlona.

"¡Ey! Que estoy aprendiendo" se defendió Emma. "Henry me ayudará, voy a llamarlo"

"De eso nada" rechistó la reina, agarrando las muñecas de Emma para separar sus manos de sus hombros. Lo cierto era que se estaba relajando de verdad con aquello, pero no quería perder el tiempo. "Henry y tú en la cocina puede ser catastrófico"

Justo al terminar esa frase, el móvil de Regina comenzó a sonar. La morena resopló estresada y puso cara de y ahora qué narices pasa, pero Emma le sonrió y le dio un rápido beso en los labios. Gesto que devolvió a Regina a la paz que ese tierno masaje le había transmitido.

"¿Ves?" tomó la palabra Emma. "Estás ocupada, tú coge el teléfono y Henry y yo hacemos la tarta, confía en nosotros"

Regina agarró el teléfono y miró la pantalla, inconscientemente sonrió al ver el nombre de la persona que solicitaba contactarla y volvió a subir la vista hasta las verdes pupilas de Emma.

"Está bien, pero no porque me fíe de vosotros, sino porque me apetece coger la llamada"

La rubia no pudo evitar descender la vista a la iluminada pantalla del móvil de Regina, para cotillear con quien tenía tantas ganas de hablar su novia. Se sorprendió al ver el nombre, pero por otra parte lo comprendió. Esa persona llevaba días llamando a Regina, incluso antes de la maldición, por teléfono.

"Qué pesado" se burló la sheriff y Regina le dio un codazo antes de indicarle que se adentrará a la cocina a elaborar la tarta.

"Buon giorno" soltó Regina divertida al descolgar el teléfono y llevárselo al oído.

"Qué alegría oírte, Regina" contestó un sonriente Neal al otro lado de la línea. "¿Cómo estás? ¿Cómo están Henry y Emma?" se apresuró a añadir.

"Estamos genial, aliviados de que todo haya terminado" lo tranquilizó ella. "¿Qué hay de ti? ¿Entiendo que has vuelto al Jolly Rogers?" preguntó con miedo, sintiéndose algo culpable de que su hermano tuviera que vivir en un barco.

"Así es, con los matrimonios de la maldición anulados, Hook ha regresado y me ha ofrecido un camarote. De hecho hay muchos, si algún día a Henry le apetece hacer 'noche de chicos' o algo así, aquí hay disponibles" respondió el hombre sin ninguna preocupación, pero Regina estaba algo inquieta por la inevitable prolongación de esa situación.

Swan-Mills: El despertar [SwanQueen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora