CAPITULO 3

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Cuando la respiración de Lia, siento que se ralentiza, la arropo y procuro que esté cómoda, mientras me levanto silenciosamente, para no interrumpir su sueño, ya que se de su sueño ligero, a causa de las pesadillas. Que empezó a tener meses atrás.

Flashback

Estaba acostada en la cama viendo a través de la ventana de mi alcoba, acababa de venir del trabajo y estaba reventada, ya era de noche, y no me dio tiempo a visitar a Lia. Entierro la cabeza en la almohada con la esperanza de poder conciliar el sueño, pero entonces escuchó como alguien llama a la puerta. ¿A quién se le ocurre venir a estas horas de la madrugada?. Me di la vuelta, ignorando el llamado, a la espera de que esa persona se dignase a marcharse.

Cuando los toques en la puerta se volvieron más insistentes, me levanté de mala gana a descubrir al idiota que tuvo la valentia de interrumpir mi sueño.

Al abrir, el panorama era totalmente distinto a lo que me esperaba, Lia estaba sentada en su silla de ruedas, mientras abrazaba a un muñeco, que reconocí como el Señor Zanahoria (su muñeco favorito), y lloraba desconsoladamente.

Corrí a abrazarla en un intento de parar el temblor de sus manos y piernas, y la metí en la alcoba.

Yo..tu..llorar...pedir ayuda..yo no poder.empezó a balbucear

Ey muñeca, ya estoy aquí, tranquilízate primero y luego me cuentas– trate de calmarla cuando me di cuenta de que empezaba a decir incoherencias.

– Yo...te vi Eleanor– dijo una vez más calmada.

– ¿A qué te refieres con eso?. Nos vemos todos los días, muñeca.

– No...yo te..– dudo, para después negar con la cabeza– nada.

– No creo que "nada" te haya hecho llorar así. ¿Que paso?¿Te hicieron daño? ¿Quien?– empecé a preguntar.

– Nadie me ha hecho daño, es solo que...– resopló con frustración– No se como contarte.

– Empezando por el principio– intenté bromear, pero ella no parecía hacerme caso, estaba sumida en sus pensamientos.

– Estuve esperándote, como siempre.– agache la cabeza, pero ella continuó hablando– Pero no llegaste y sin querer me quedé dormida. Entonces te vi, bueno no eras tú,  pero tenéis los mismos ojos verdes. La mujer estaba en una habitación vacía, y con cadenas en las muñecas, mientras gritaba: ¡AYUDA, POR FAVOR AYUDENME! quería correr a ayudarla, pero entonces entró un hombre a la habitación y cuando se iba a dar la vuelta para que le pudiese ver la cara, la señora gritó con todas sus fuerzas y desperté.– bajo su vista hacia sus manos, moviéndose nerviosamente– seguro que no me creeras y te entiendo, solo soy una niñ...

– Te creo– le interrumpí. Porque ella no era la única que soñaba cosas así.

FIN DEL FLASHBACK

Salgo al patio trasero del orfanato -es el lugar que más me gusta- mientras paseo un rato. Los recuerdos de esta tarde inundan mi mente. Lia ha vuelto a llorar, y sinceramente me alegro de que se haya desahogado de nuevo conmigo. Ya que desde el día de la pesadilla, casi siempre que le visitó, la encuentro secando sus lágrimas, para después sonreír de la forma más dulce que conozco. Se que la situación que tenemos en común es difícil, pero ella aun después de ellos sonríe, aun después de cientos de comentarios descriptivos, sonríe, aun después de las pesadillas, sonríe.

Nunca podrías quitarle la sonrisa de la cara, siempre da su mejor versión de ella al mundo, y realmente la admiro por eso. Cuando yo tenía su edad, me la pasaba llorando e ignorando a todo el mundo, tratando mal a Beth, que solo quería lo mejor para mi, y me arrepiento de ello. En cambio Lia es mucho más fuerte que yo y que cualquier otro ser humano que conocía, por eso me alegro de que esta tarde haya llorado, odio que solo se desahogue cuando colapsa, pero lo ha hecho, y eso es lo importante.

Para mi, llorar no es para débiles o para perdedores, para mi llorar me parece la forma más pura de limpiar el alma.

Con estos pensamientos en mente, subo a mi alcoba, me cepillo rápidamente los dientes y el pelo. Cuando tocó el colchón de mi cama, siento como poco a poco voy cayendo en los brazos de Morfeo.

º º º

Empiezo a removerme con pereza entre las sábanas, con la irritante alarma de fondo. Miro el reloj de mi muñeca y veo que llego tarde a mi encuentro a las 8, doy un respingo, a la vez que salgo de debajo de las sábanas para correr a vestirme. Menos mal que me conozco lo suficiente para haber preparado ayer la ropa que utilizaría hoy. Mientras doy saltitos alrededor de la habitación intentando meterme los vaqueros, alguien llama a la puerta.<<Dios dame paciencia>>.

– Eleanor soy Lara, llegamos tarde, vamos despierta.– Escucho que dicen detrás de la puerta.

– Ya voooy– grito, para que alcance a escucharme. Mientras me dirijo a la puerta.

Hemos llegado a tal grado de confianza, que no se sorprende cuando le abro la puerta en sujetador y vaqueros.

– Te recuerdo que fuiste tu la que me avisó de que tenemos hoy reunión, y que no se me olvidará– dice burlona, mientras se adentra a mi habitación, cerrando la puerta a sus espaldas– Y ahora resulta que la que necesita que la despierten, eres tú.

– Me fui muy tarde a la cama.

– ¿Lia?– pregunta. Asiento a modo de respuesta.

Mientras me pongo la chaqueta, la observo de arriba abajo; lleva puesta una falda blanca que hace que sus depiladas y pálidas piernas se vean mas largas de lo normal, en conjunto lleva un jersey beige apretado y una chaqueta de cuero negro, como accesorio. Yo opte por una sudadera gris y unos vaqueros negros, junto con unas vans blancas, algo simple, pero efectivo. Frunzo el ceño en su dirección.

– ¿No será Ian la razón por la que te has arreglado no?– pregunté con fingida curiosidad.

– No se de quien me hablas– se cruzó de brazos.

– Ah, ¿No?– me acaricié el mentón, simulando estar pensativa– Ya sabes, el chico que, según tú, no era nadie especial. Pero cuando trajo a una chica, le montaste una escena, digna de la rosa de Guadalupe, y resultó que la chica era su prima– reí– ¿Te acuerdas?¿o necesitas que especifique todas y cada una de las groserías que le dijiste a su madre?

– Suficiente, fue un mal entendido, y al final nos reímos todos, no le veo nada de malo.

– Si, la prima se fue corriendo porque, la pobre estaba que se moría de risa.

– Que ella no fuese capaz de entender mi sentido del humor, no es mi problema.

– Hombre no, si a mi se me acerca una desconocida gritándome que era una zorra, como entenderás, lo último que haré es reírme.

– Ja, ja, que graciosa– me encogí de hombros mientras ordenaba mi cama– Ya me reiré después, pero ahora hay una reunión a la que llegamos tarde.

– Mierda, la reunión– deje todo lo que estaba haciendo para salir corriendo en dirección a la salida.

– Quien ríe último ríe mejor. – dijo Lara a mis espaldas.

º º º

N/A: Ayer no pude actualizar y bueno aquí un capitulo, un poco corto, pero algo es algo, lamento la tardanza.

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KARMA  //editando//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora