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Shinichiro juraría que en aquel momento preferiría enfrentarse al villano más temible que otra cosa.
- ¿Takahashi-kun? - Izuku miro como su pareja veía esa puerta con cierto temor que lo tenía preocupado.
el nombrado no contesto, nada bueno.
no era la gran cosa para cualquier persona. sólo era conocer a la madre de la persona que más amas, simple.
aunque para el peligris no tenia nada de simple.
sabia que la única familia cercana que tenía Izuku era su madre, una mujer que por lo que sabia era lo más amoroso del mundo. de igual manera como que su único hijo era todo para ella, y que él llegue así como así a ocupar un puesto tan importante en la vida del Midoriya menor, era razón suficiente para ser rechazado.
- ¿e-estas seguro de q-qué es un buen momento? - preguntó directo a los orbes esmeralda.
su mirada reflejaba toda la angustia e inseguridad que estaba teniendo. y esto para el pecoso no pasaba desapercibido.
sonrió tratando de darle tranquilidad al menor, viendo a las orquídeas que su novio tenía en mano. las favoritas de Inko.
- mamá esta más que emocionada por conocerte - relató con una pequeña risita - seguramente este dando vueltas por la casa asegurándose de que todo este en orden para no darte una mala impresión - Shinichiro lo veía incrédulo, no entendía razón para que ella haga todo eso para alguien tan simple como él - créeme, le caeras bien.
no pudo evitar sonreír por lo que decía y la forma en la que lo decía. su novio era una persona bastante carismática, pero cuando este quería podía ser lo más serio posible. volviéndose más lindo.
apenas llevaban dos meses de relación, ambos iban conociendo cosas del otro que casi nadie conoce.
- gracias, Midoriya-san - tomó la mano contraria con bastante vergüenza, apretando ligeramente.
Deku hizo una pequeña mueca al percatarse de un detalle del cual antes no le daba la atención requerida. no entendía como antes no lo notó.
- o-oye - habló tímidamente, sintiéndose intimidado ante esos hermoso luceros Celestinos de las cuales era el centro de su atención - ¿n-no crees qué...debamos llamarnos por nuestros nombres?
Shinichiro parpadeo abriendo más sus ojos ante la petición.
la verdad que si le estaba haciendo ruido seguir llamándose por sus apellidos, tanta formalidad era como una barrera que les impedía avanzar con normalidad en su relación. le ilucionaba llamarlo por su nombre, teniendo uno tan bonito para alguien tan especial y hermoso como lo es su querido Izuku.
- claro, Izuku.
el corazón del peliverde latía con una rapidez inimaginable. escuchar su nombre salir de la boca del chico de sus ojos era algo verdaderamente hermoso.
