»Capítulo 78«

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Tres de noviembre de 2017.

—¿Qué lees esta vez?

—Bueno, te vas a burlar —expresó Angie y soltó una risa entre dientes.

—¿Cómo lo haría? Además, se trata de ti —explicó el morocho, echándose a su lado mientras soltaba un suspiro.

—Eso no te detiene jamás —alegó la rubia, cerrando el libro y ajustándole esa brillante mirada esmeralda.

—Tienes toda la razón —expresó el morocho, aproximándose hasta darle un beso en la comisura de los labios—. Pero igualmente quiero saberlo.

—Bueno, para resumirlo, inesperadamente el protagonista se convierte en insecto —aquello causó que Loki frunciera el ceño con confusión y finalmente Angie riera en bajo—. Si, pero es algo interesante.

—¿En qué sentido? ¿Ver sus varias patas o el retorcido movimiento de su caparazón?

—En un sentido de curiosidad de qué podría pasar después —explicó ella y entonces Loki ladeó la cabeza, observó fijamente el libro que descansaba sobre el regazo de su esposa y lo alzó, dejándolo volar hasta su mano.

—¿Tan rápido has leído todos los libros que te obsequié, Angel mía?

—Bueno, quizá sólo algunos, pero he decidido descansar algo más que la traducción asgardiana que te agradezco por haber hecho para mí —explicó ella, ganándose entonces un beso de su marido—. ¿Por qué estás tan...?

—¿Tan qué? —preguntó él, inclinándose de nuevo mientras le depositaba cortos besos en los labios—. ¿Tan guapo?

—No —rió ella.

—¿Bondadoso?

—Ajá, por supuesto —dijo en tono sarcástico.

Loki entonces curveó su boca, ladeó la cabeza y rozó su nariz contra la mandíbula de ella. Angelique suspiró, era buena señal.

—¿Travieso? —preguntó en un ronco tono embriagador.

Y ella le envolvía las piernas en el torso, llevaba sus manos entre los omóplatos de él y finalmente caía cautivada de los labios del morocho. 

Se aproximaba, rozando su abrasadora piel contra el del dios, quien sólo no podía evitar devorarla entre sus feroces besos ansiados del néctar que desprendía de la boca de ella. Parecía un depredador que se abalanzaba en un desesperado acto para satisfacer su hambriento apetito.

Y es que lo estaba. La deseaba tanto, siempre lo hacía y esta vez parecía no querer detenerse. Angelique entonces se vio atrapada entre el cuerpo de él, generando que el frío de Loki intensificara un calor en el suyo.

No había nada que pudiera detenerlos. Angelique había dejado que los niños fueran llevados a una función de cuentacuentos que la tía Julia había avisado que habría en el parque aquella tarde. Timothy había acompañado a su tía para ayudarla con el doble par de mellizos, por lo tanto, ahora eran ellos dos entre su pequeño nido de amor que durante esos años habían creado lentamente.

—Te adoro —balbuceaba él, logrando que la joven riera en bajo y entonces volvía a besarla, acariciando su curvas, su piel entrelazada en una armoniosa sensación entre el frío y el calor—. Y no sabes lo mucho que quisiera quedarme así contigo.

—Hace tiempo que no lo hacíamos —expresó ella, con las mejillas sonrojada y desabotonando lentamente la camisa de él.

—Bueno, yo siempre aceptaré.

—¿Aceptar qué? —preguntó ella, percibiendo la mano de él entre su vientre, jugueteando un par de veces.

—Siempre aceptaré si tú me pides que te haga el amor, Angel mía.

𝐄𝐚𝐠𝐞𝐫𝐧𝐞𝐬𝐬 𝐟𝐨𝐫 𝐘𝐨𝐮 [𝐋𝐨𝐤𝐢]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora