»Capítulo 21«

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Dos días después, Jane Foster se sintió un poco mejor. Sin embargo, tal parecía que el contagio fue evidente de propagarse.

Darcy Lewis se extrañó de que eran las diez de la mañana y su hermana no había bajado a desayunar. No le pareció extraño que el doctor no lo hiciera, ya que era común que al mediodía rondara por la cocina por café y un poco de pan para seguir luego trabajando.

Sin embargo, de parte de su hermana no era algo que hiciera.

-¿No saben si Jojo está despierta? -preguntó la morocha.

-No la escuché, creo que sigue dormida -explicó Jane mientras pinchaba un trozo de huevo para comer despacio. Thor no contestó, puesto que él había bajado al mismo tiempo que la astrofísica, así que estaba igual que ella.

La joven Lewis apretó los labios un tanto intranquila, así que no perdió tiempo y salió de la cocina para dirigirse hacia las escaleras para subir hacia el segundo piso.

En cuanto se posicionó frente a la habitación de su hermana menor, no tardó mucho en golpear la puerta y llamarla.

-¿Jojo? -preguntó, pero no obtuvo respuesta-. Jojo, ¿estás bien?

-Pasa -escuchó una rasposa voz que al adentrarse notó que se trataba de Angelique-. Buenos días.

Una sonrisa se le dibujó a la joven rubia, pero Darcy alzó la ceja y se acercó para sentarse a su lado.

-Tal parece que te contagiaste -afirmó llevando su mano hacia la mejilla de Angie y notando de golpe sus irritados ojos rojos, además de la manera en que hablaba rasposamente.

-Estoy bien, sólo es un resfriado -contestó mientras intentaba pararse de la cama, pero la cabeza le punzó con fuerza y cayó sentada a un lado de su hermana mayor.

Darcy rió entre dientes y luego la obligó a acostarse de nuevo, así que mientras la arropaba con delicadeza, la observó un momento antes de hablar.

-Avisaré a la universidad para que tengas justificante de al menos dos o tres días.

-No creo que me dure tanto, no exageres -bromeó la menor sonriendo con agotamiento.

-Más vale prevenir que lamentar -expresó y luego se alzó de la cama para caminar hacia la puerta-. Regreso en un momento, te prepararé algo para desayunar.

-De acuerdo -luego la puerta se cerró tras su hermana, dejándola completamente sola en aquella habitación.

Ahora que lo pensaba un poco mejor, Angelique realmente se sentía un tanto enferma. Apretó sus labios y luego sintió que su garganta le quemaba cada vez que tragaba saliva; además, agregando de paso que la cabeza la punzaba un poco y su cuerpo se comenzó a sentir mucho más pesado.

Lo mejor tal vez sería que se acostara un poco, así que tomó su almohada y cerró un momento sus ojos. Mientras tanto, de pronto sintió una leve incomodidad que le causó abrir de nuevo sus ojos y encontrarse con un par más observándola. Se sintió nerviosa y avergonzada.

-¿Te encuentras bien? -preguntó él.

-Buenos días a ti también -comentó la joven escondiendo su rostro en su almohada-. Oh, Dios...

-Me parece que no -comentó mientras la rubia se giraba para sentarse en la cama.

-Estoy horrible, no mires -bromeó la joven Lewis.

-No lo estás, luces hermosa, como siempre -le halagó y ella no tardó en sonrojarse ante ese comentario de parte de el dios del engaño-. Quería ver cómo te encontrabas. Igualmente yo...me preguntaba si te apetecía leer junto a mí, pero creo que por el momento deberías descansar.

𝐄𝐚𝐠𝐞𝐫𝐧𝐞𝐬𝐬 𝐟𝐨𝐫 𝐘𝐨𝐮 [𝐋𝐨𝐤𝐢]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora