⇋Cisne negro sobre cisne blanco ⇌
Entonces pasó algo increíblemente. En el suelo, donde pegaba el sol candente, estaban las ropas de algún hombre.
Inmediatamente aquella muchacha se puso a la defensiva, se suponía que estaba sola, ¿por qué está esa ropa ahí?
Caminó lentamente hacia el río cristalino, vio los peces pasar con calma, las piedritas del fondo, los renacuajos, y no vio rastro de alguien cerca, entonces se tranquilizó, comenzó a lavar sus ropas, disfrutando del sonido del río, del cantar de los pájaros, olvidándose de que casi le da un infarto cuando vio la ropa tendida el sol.
Luego de que sus blancos vestidos fueron restregados rigurosamente, para que quedaran aún más blancos, y se sintió satisfecha con el resultado, procedió a tenderlos junto a la ropa del hombre.
Al terminar de acomodar su ropa, se dio cuenta que las ropas eran hermosísimas, que si no aparecía dueño, no iba a ser molestia para ella quedarse las nuevas ropas, las empezó a doblar para llevárselas cuando sintió algo más fuerte entre las telas, cuando las levantó se encontró con un bolso, y no dudó en ver que traía, pero se arrepintió, cuando al ver dentro del bolso se topó con un cuaderno que tenía en el un nombre que no la dejaba tranquila nunca, se tensó nuevamente, esperando que el dueño de las ropas no pareciera, intento levantarse pero una voz masculina le habló dejándola quieta en el suelo.
ㅡLe informo que estoy completamente desnudo, usted sabrá qué hacer con esa información.
La voz solo hizo que la muchacha se sintiera aún más tensa, no movió ni un músculo.
ㅡAh, veo que se encontró mis cosas.
Volvió a hablar él y ella no respondió nada.
Las prendas se soltaron de las manos de ella para desaparecer en un punto detrás de su espalda, llegando a las manos del hombre.
ㅡ¿Qué hace desnudo rondando por aquí? ㅡReprocha aún de espaldas.ㅡVenía a verla, pero en el camino llovió muy fuerte, y me empapé, estaba secando mi ropa, también aproveché para bañarme, quería estar presentable, pero creo que me encontró en el mejor momento.ㅡEl hombre rió coqueto.ㅡ¿A qué viene?ㅡPreguntó a la defensiva.ㅡ¿No está contenta de verme? Vine a verla. ㅡDice en un tono juguetón.ㅡNo creo que haya venido a solo verme, usted planea algo, ya no hago los hechizos de antes, ni maldigo a nadie.ㅡArgumentó la muchacha.ㅡYo tampoco lo hago, y me duele que piense que nada más vengo a buscarla por esa clase de cosas.ㅡDijo algo sarcástico.ㅡEntonces lárguese, porque no hay nada más en lo que yo le sirva.
Los movimientos de tela, finalmente se detuvieron, pero luego sintió que el hombre, se había empezado a acercar a ella.ㅡum, yo no comparto ese pensamiento....ㅡDijo el hombre mientras que la rodeaba con un brazo por la cintura, pegándola a su cuerpo ya completamente vestido.ㅡMi querida Loto, sigue igual de hermosa y a la defensiva, como la última vez que la vi.ㅡDijo el hombre por lo bajo, mientras le quitaba unos mechones de la cara, para examinarla mejor.ㅡLa última vez que lo vi, le dejé muy en claro que no quería volver a verlo, Laurel.ㅡLoto sube sus manos por el pecho del hombre, para separarse de él pero sus manos son tomadas por las manos de Laurel para evitar la separación.
ㅡYa sé, y por eso vine, quiero reparar mis errores, necesito que me perdone, y me deje estar junto a usted, he vivido un infierno sin usted.
Dijo Laurel con completa seriedad, pero esta vez es Loto la que se ríe.
ㅡUsted literalmente es un demonio, y el infierno es su hábitat natural, no joda.
ㅡYa no lo soy, viví 10 años como humano en el infierno, a cambio de ser un hechicero como usted. Ahora esta es mi forma natural, ya no hago tratos con Lucifer ni engaño a la gente para que me vendan sus almas. He cambiado para venir aquí, por eso duré tanto.
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El medio de la nada
AcakEn medio de la nada, y sin el menor indicio apareció una hermosa joven con su respectiva casa, ella no recordaba su pasado y probablemente tampoco especule otro futuro además de envejecer ahí, su vida se resumía en vivir en medio de la nada, esperan...