Tuve una fiesta de 15 años en donde extrañé a mi papá. Yo había querido bailar con él, era nuestro sueño bailar juntos ese día, pero se fue antes de poder hacerlo.
Padre me había ignorado completamente hasta ese día. Algo había pasado, pero no recordaba qué fue. Solo supe que no me había gustado.
Ya no pasaba nada, no me permitían ver mis alas.
Llegó un chico y cuidó de mis alas. Tuvimos una relación tóxica de control y exageración por parte de ambos. Le dije que algo había pasado, algo que me hacía tensarme cada vez que su mano tocaba mi cuello. Él me respetó, me cuidó y me protegió.
Una vez me quedé en casa de una amiga sola con uno de sus amigos durante poco tiempo. Aún seguía con ese chico. El amigo comenzó a acercarse a mí, a decirme cosas que no me gustaban:
—"Eres muy sexy". "Me gustas demasiado". "Dame un beso" — me decía.
—"No quiero, tengo novio y lo amo". "Déjame" — respondí.
Me acurruqué contra una esquina del sillón, jalé mis alas pero me dolió. Me entretuve con mi teléfono hasta que el amigo se lanzó sobre mí. Me aprisionó contra el sillón mientras repetía una y otra vez que lo besara. Yo grité que me dejara en paz, que no quería y trataba de alejarlo de mí.
No se detuvo.
Tomó mis manos, me volteó hacia él y se encargó de que el peso de mis alas adoloridas bloqueara mis manos. Volví la cara a un lado en lo que decía que iba a besarme.
Un destello del recuerdo. El cielo oscuro, yo en la azotea, alguien detrás de mí. Me aprisiona.
—"No te resistas, sé que también lo quieres". "Ponte flojita para que sea más rápido, debe ser antes de que llegue tu amiga". — masculló forcejeando conmigo.
—"Suéltame" "Mi novio va a venir" "Déjame tranquila" — supliqué.
Se colocó sobre mí, evitando recibir mis patadas. Tomó mi mandíbula con su mano libre y volteó mi cara a la fuerza hacia él. No quería. Quería liberarme, pero mis alas no respondían. Casi comencé a llorar. Estampó su boca con la mía, besándome por la fuerza y yo lo único que pude hacer, fue morderlo hasta hacerlo sangrar. Se separó furioso tocando su boca. Ahora yo estaba más enojada que triste o asustada.
—"No debiste hacer eso, bonita" —.
Una de sus manos bajó a su cinturón y la otra se alzó lista para golpearme. Pero el sonido de la puerta lo detuvo y nos acomodó para que mi amiga pensara que nada había pasado. Se puso hasta la otra esquina de la habitación para dejarme sola. Y durante un momento yo pensé:
—"Acabo de engañar a mi novio" —.
Me sentía culpable. No dije nada por vergüenza.
La noche cayó, el "amigo" seguía en la casa y mi novio llegó a verme. Incluso ambos jugaron billar y se llevaron bien. Hasta que simplemente no pude soportar la culpa, así que decidí salir con mi novio para confesarle lo que había hecho.
—"Acabo de engañarte" — solté.
—"¿Qué?" — respondió incrédulo. —"No puedo creerte, te conozco y sé que jamás harías algo así" —.
Bajé la mirada porque eso aumentaba mi culpa. ¿Cómo pude hacerle algo así? Nuestra relación no era perfecta, pero tampoco era mala.
—"Dime qué pasó" — me exigió.
De ahí le conté todo tal como pasó, sintiéndome cada vez más terrible. Hasta que él me interrumpió para sacudir mis hombros y llamar mi atención.
ESTÁS LEYENDO
Broken Angel ✔️ [COMPLETA]
Cerita PendekMe cansé de gritar con una mano sobre mi boca. Sin embargo, estoy condenada a sentirla una eternidad. La razón: la vida y la familia. Solo quiero dejar un suspiro antes de que mis alas rotas sean demasiado pesadas y me arrastren a la oscuridad. Esta...