Capítulo 11: Tenemos problemas

6 1 0
                                    

Jacob:

Observó al grupo de vampiresas desde lo alto de un muro con mi pelo moviéndose levemente por la suave brisa que sopla a esta altura, mis preciosas alas negras visibles para cualquiera ahora sentían la libertad de notar el aire y ser utilizadas, las mantengo quietas en mi espalda, se siente bien utilizarlas después de mantenerlas guardadas durante tantas horas, pero al menos ha funcionado, las he encontrado y gracias a la colonia que me dieron no han podido reconocer mi olor de ángel caído, tengo que admitir que son listas y fuertes, han seducido a los chicos con los que estaba, simples humanos, y los han llevado hasta una trampa, si hubiese llegado a ser un mortal no me habría dado cuenta de que se habían metido en esos callejones, no me dan pena esos mortales, se que para ellos son solo comida, y para mi tambíen, solo que yo lo que como son almas.

Las cuatro parecen confundidas, supongo que no se esperaban que desapareciera, pero es que no podía dejar que supieran que soy.

Me voy volando del lugar a mi pequeño apartamento provisional para esta misión, es bastante simple, con una cocina, un pequeño salón comedor, un baño y una habitación, todos los muebles son blancos y negros y las paredes són de un color beig, es demasiado claro para mi gusto pero tengo que aguantarme, saco mi mòvil y llamo a mi jefe.

Marco el número y espero, empieza a sonar el típico pitido que te hace saber que estás llamando y al tercer pitido contesta.

—Identificación—

—Agente Jacob, he encontrado a las chicas—

—De acuerdo, pasamos a la segunda parte del plan, recuerda que las quiero vivas—

—Sí señor—

Y tras eso me cuelga sin despedirse ni nada, todas las llamadas con él son así, con las palabras necesarias y directo al grano.

Miro la hora en mi móvil, ya son más de las 2 de la mañana así que decido ir a dormir, mañana ya cazaré a esas vampiresas. Me quito la camiseta y los pantalones y me tumbo en mi cama solo con la ropa interior, se que estamos en invierno pero no puedo dormir con ropa, me tapo con el grueso edredón y una manta por encima y poco a poco me quedo dormido.

Sora:

Todas seguimos confundidas por la desaparición de Jacob, después de buscarlo por las calles de los alrededores y no encontrarlo decidimos volver al hotel a pensar tranquilamente que podría haber pasado, ahora nos encontrábamos todas menos Rita en la habitación de Tayla y Feni.

Tayla: —No creo que sea normal que desaparezca de esa forma, los mortales no son tan rápidos como para haberse ido demasiado lejos y por el olor era un mortal—

Kara: —No tiene sentido, lo único lógico sería que otro vampiro haya pasado por allí y se lo haya llevado pero no había ningún rastro que indicara otra presencia, no olimos ni escuchamos nada—

Sora: —A ver, pensemos, no es un ser inmortal porque no huele a ninguna raza pero un mortal no podría desaparecer así, literalmente su rastro desaparece donde lo dejamos—

Feni: —A lo mejor se ha puesto perfume—

Kara: —El perfume no quita tu olor, simplemente se pone por encima mezclándolo—

Sora: —El perfume normal, pero no dijeron una vez algo sobre una poción que es como un perfume que quitaba olores?—

Tayla: —Era solo un rumor, no creo que exista algo así—

Nos quedamos hablando un rato más sin llegar a ninguna conclusión que explicara lo que había pasado, cuando empezamos a ver los primeros rayos de luz decidimos ir a las habitaciones a cambiarnos para el nuevo día y a la hora de abertura del comedor ya estábamos todas allí para empezar a desayunar, Rita tardo unos minutos en aparecer y nada más verla supe porqué, se había hecho unas ondas en las puntas del pelo y llevaba un vestido ajustado de manga larga y bastante corto con unas medias del color de la piel.

Rita: —Hola chicas, habéis empezado sin mi?—

Dice con su agudo tono de voz y la falsa pena para ser el centro de atención.

Sora: —Pues sí—

Rita: —Que crueles, con lo que os quiero yo—

Todas respiramos profundamente para no empezar a decirle de todo, es una victimista mentirosa y lo único que le importa es ella misma. Cuando acaba de hacer sus exagerados gestos se sienta.

Rita: —Por cierto, mirar que me fui a hacer ayer—

Rita nos muestra sus manos donde lleva unas exageradas unas postizas de gel de un tono granate.

Rita: —A que son preciosas? Si es que tengo súper buen gusto—

Tayla: —Lo que tú digas—

Y tras la frase de mi amiga todas seguimos comiendo ignorando a Rita.

Después de desayunar decidimos salir a pasear ya que no hacía falta que nos cambiáramos por qué lo acabamos de hacer antes de ir a desayunar, lo malo fue que Rita nos siguió, no paraba de hablar de sus cosas contándonos que había hecho mientras nosotras estábamos en esa misión o cuando estábamos en el parque.

Andamos por las calles entrando a tiendas y mirando las decoraciones y diferentes cosas hasta la hora de comer donde decidimos ir a una cafetería, pedimos diferentes entrantes y algunos bocadillos, yo me pedí un bocadillo de Frankfurt.

Tayla: —Chicas, notáis lo mismo que yo?—

Tayla se había inclinado un poco en la mesa y hablaba con voz baja, casi en un susurro que nosotras éramos capaz de escuchar por nuestro oído desarrollado.

Me concentré en el entorno mientras miraba a Tayla y entonces sentí como alguien estaba mirándonos, mire disimuladamente alrededor pero no había nadie mirándonos en la cafetería.

Tayla: —Es demasiado extraño, no noto la presencia de seres inmortales pero entonces desde dónde podría vernos un mortal?—

Kara: —No lo sé, a lo mejor está escondido—

Sora: —Comamos rápido y vámonos, si nos sigue le llevaremos a algún sitio donde no haya nadie y le obligaremos a mostrarse—

Kara: —Vale—

Tayla: —Podemod intentarlo—

Todas nos ponemos a comer intentando no entretenernos y cuando acabamos de comer pagamos y nos vamos, caminamos por las calles hasta que encontramos un sitio en el que no hay nadie, es un pequeño callejón sin salida y con poca iluminación debido a que los tejados de dos casas tapan la parte de arriba dejando una pequeña línea por la que entra un poco de luz, un mortal no sería capaz de ver nada pero por suerte nosotras tenemos buena vista.

Sora: —Sabemos que nos estás siguiendo, muéstrate—

Nos quedamos esperando una respuesta pero nada, todo silencio.

Sora: —No te servirá de nada fingir que no estás, sal—

Entonces escuchamos unos pasos por los tejados que van hacia la entrada del callejón y poco después vemos una sombra empezar a aparecer, a medida que se va acercando se va viendo mejor hasta que queda a una distancia de 2 metros de nosotras y todas le reconocemos, es Jacob.

Tayla: —Que eres?—

Jacob: —Que pocos modales, primero se saluda señoritas—

Tayla: —Dejate de tonterías—

Jacob: —Tonterías? Solo os estoy dando tiempo para arrepentirnos y poder ver bien a nuestro asesino—

Habla con un tono calmado pero se nota la maldad y después de la frase nos sonríe de una forma siniestra haciendo que mi cuerpo se estremezca.

Enamorada de un simple mortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora