CAPÍTULO 26

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"¡Vamos, Lili!" chillo la castaña.
Ambas estaban en el lago, no había nadie más y disfrutaban de la compañía de la otra. Jennie estaba flotando mientras observaba a Lisa caminar por el pequeño muelle de madera, para después realizar un perfecto clavado y sumergirse en el agua. "¡Sii!" exclamo Jennie, nadando hasta donde Lisa se encontraba "Eso estuvo muy bien" sonrió la castaña, rodeando los hombros de la ojiverde.

Lisa suspiro y beso a la castaña, acariciando la piel desnuda de su novia. A la ojiverde le encantaba ver a su chica en traje de baño, sin duda era un gran espectáculo, y a la castaña le gustaba complacer a su linda Lisa.

"Te amo" susurro Lisa, dejando un beso en la mejilla de su novia.

"Yo también" sonrió Jennie "Te amo mucho"

"Me encanta escucharte decirlo" confeso la ojiverde.

"¿Ah, sí?" pregunto la castaña, sonriendo pícaramente y empezando a dejar besos en el cuello de la ojiverde.

"Si" suspiro Lisa, temblando levemente por las caricias de su novia.

"Pues lo escucharas muy seguido ¿lo sabes?... Te amo mucho, mi amor"

"Yo te amo más, Jen" susurro la ojiverde, gimiendo levemente ante el tacto de su castaña.

Jennie sintió la pequeña erección de Lisa chocar contra su cadera y no pudo evitar gemir satisfecha al reconocer que ella era la causante de aquello.

"Lisa..." susurro la castaña, moviendo su mano hasta la erección de su novia, acariciándola.

"Jen..." la voz de la ojiverde tembló ante la excitación.

"Vamos a la cabaña, Lisa" pidió la castaña "Por favor, amor" jadeo, sin dejar de acariciar a Lisa.

"Yo... Jen ¿estas segura?" pregunto, sintiendo como los bóxers le apretaban demasiado.

"Estoy muy segura, cariño" sonrió coquetamente "Aprovechemos que estamos solas, y lejos de todos" dijo Jennie.

"Jennie..." Lisa suspiro tras sentir el leve apretón de su novia en su entrepierna.

"Vamos" Jennie sonrió y se separó de su novia, nadando hasta la orilla. Lisa sonrió, mirando descaradamente el cuerpo de su novia. Su erección era casi insoportable y aquella castaña la esperaba para poder ayudarla con su pequeño problema. "Lili, estoy esperándote" susurro seductoramente la castaña desde la orilla del lago.

Lisa asintió embobada, fijando sus ojos en el suave movimiento de la castaña al caminar. Sus ojos se deleitaban con la perfecta figura de su novia y eso solo permitía que su amigo se endureciera y necesitara una ansiada liberación. Jennie tenía un espléndido cuerpo, su andar era delicado y excitante, su trasero ¡Dios! Lisa moría por tocar ese par de hermosas masas tan bien formadas, ella quería tocarlas, acariciarlas, estrujarlas entre sus manos.

Definitivamente, Lisa no podía creer que eso estaba a punto de suceder, no podía creer que realmente su novia estaba a punto de entregarse a ella.

La ansiedad creció dentro de ella, tenía miedo, miedo a no poder hacerlo bien, miedo a decepcionar a la castaña, miedo de perderla si eso no llegaba a funcionar entre ellas. Lisa tenía miedo, aquellas inseguridades con las que vivió durante tanto tiempo debido a su condición y que la atormentaban, volvieron de golpe, apoderándose de todos sus pensamientos.

Sintió pánico, ella no quería meter la pata, no si eso conllevaba perder a Jennie. Lisa quería hacer las cosas bien, se moría de ganas por estar con la castaña, su miembro moría por sentir la calidez del cuerpo de su novia, pero no sabía cómo hacerlo, ella era muy torpe cuando de Jennie se trataba y no quería defraudarla.

Ellos No Saben Nada De Nosotros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora