CAPÍTULO 11

4.1K 339 25
                                    

La mañana del domingo, el grupo de amigos se habían levantado animadamente, empezando el día con un delicioso desayuno preparado por Ashley y Mica. Después de eso, todos salieron de la casa y armaron grupos; los chicos habían decidido jugar futbol americano, mientras las chicas animaban, excepto Mica, Lisa y Nay, quienes se animaron a jugar también.

Minnie aprendió unos cuantos pasos que con calma, Jennie le enseño. La chica sabia moverse, eso lo sabía la castaña, y era una rápida aprendiz, razón por la cual no le tomo mucho tiempo aprender la pequeña rutina que habían ideado y, junto a las otras porristas experimentadas, animaron a los dos equipo.

Mina, por su parte, opto por ser árbitro del partido, pues ¿Quién más arbitraria que la pequeña?

Lisa, Nay, Mica, Zack, Mark, Mateo y Bang conformaban un equipo. Mientras Bam, Jake, Ricardo, Jackson, Nicolás, Santiago conformaban otro. El partido dio inicio tras un pitazo de la más pequeña, y rápidamente el equipo de la ojiverde anoto el primer touchdown.

Los minutos pasaban, y el partido acabo, otorgándole la victoria al equipo de Lisa. La ojiverde había jugado realmente bien, y todo se debía a que su castaña favorita se encontraba animando el partido... animándola a ella. Eso había logrado disparar en su interior, unos fuegos artificiales llenos de adrenalina, logrando la victoria que, silenciosamente, dedico a la porrista.

Era hora de regresar a casa luego de haber pasado aquella mañana de domingo entre juegos y charlas. Los chicos tenían ya listos los vehículos, para llevarlos a la pista de aterrizaje, y las maletas ya estaban guardadas. Y en ese momento se encontraban despidiéndose de Mica y Ashley, y agradeciendo la comida que la mujer les había preparado.

Todos se encontraban agotados, aquellos dos días habían sido realmente divertidos, pero todas sus energías se habían agotado por tanta diversión.

Los vehículos se detuvieron cerca del Jet que había aterrizado unos minutos antes de su llegada. Y tras despedirse animadamente de los tres jóvenes, ellos abordaron el avión privado. Ubicaron sus pertenencias, para luego acomodarse en los asientos disponibles, y descansar por un momento.

Todos se habían quedado profundamente dormidos, excepto Jennie. Ella había despertado hace unos minutos, y observaba a su alrededor. Sonrió cuando encontró a las parejas abrazadas, y a sus dos amigas en la misma posición. No le sorprendió tampoco el ver a Dahyun abrazada a Mateo, como si fueran una pareja.

Sus ojos se posaron en aquella ojiverde que se encontraba profundamente dormida en el sillón frente a ella. Lisa estaba sola, en realidad, ellas eran las únicas que no estaban abrazadas como los demás, pues hasta el momento tenían únicamente una amistad.

Tomando ventaja del profundo sueño de la ojiverde, Jennie se puso de pie y camino hacia ella, sentándose a su lado y abrazándose a su abdomen, sintiendo el desbordante calor que emanaba el cuerpo de la ojiverde.

Dejando escapar un suspiro, Jennie levanto la cabeza que había apoyado en el pecho de la chica y observo sus facciones. Lisa tenia, al parecer, un sueño profundo, pues hasta ese momento, ninguno de sus movimientos habían molestado a la ojiverde ó provocado que despertara.

Jennie quería ver aquellos orbes verdes que tanto amaba, pero no podía despertarla, ella debía ir despacio y lo sabía claramente, pero eso no lo hacía menos difícil. Le era casi imposible, resistirse a lo encantadora y tierna que era Lisa. La castaña moría de amor y ternura con cada cosa que la ojiverde hacía.

Observando a los alrededores, Jennie se aseguró que todos siguieran durmiendo. Después de ver que cada uno se encontraba sumergió en su propio sueño, ella se inclinó un poco, rozando tiernamente sus labios con los de la ojiverde, para después unirlos en un pequeño beso, pero lleno de amor.

Ellos No Saben Nada De Nosotros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora