Hoy estuve limpiando mi habitación y decidí vaciar mi caja de recuerdos, aunque se lea tele novelesco tengo una; La cual estaba muy llena y debido a ello la tapa no cerraba correctamente. En esa caja tengo tres pequeños cuadernos: uno se llama "el diario de una impaciente" y los otros dos son mis diarios de adolescencia y juventud. Cronológicamente empecé a escribir diarios a los 13 años, con muchas faltas ortográficas pero a la vez con muchos sentimientos conectados desde mi corazón al papel. Decidí darle una ojeada a lo que tenía escrito en estos cuadernos, y sin entrar en detalles pude darme cuenta que el cincuenta por ciento del contenido eran situaciones depresivas y el otro cincuenta eran párrafos de: motivaciones, experiencias, muchas metáforas y cosas bellas. La última vez que describí una situación o una persona con metáforas tan bellas a mi parecer fue a los diecinueve años. Acaso en ese entonces ¿murió algo en mi y no me di cuenta?. puede que haya sido el origen de una nueva armadura contra el mundo, pero una que traía púas por dentro, logrando dañarme a mí más que a otros.
Encontré unas cartas de un viejo amor, uno que para ser sincera no amé. Pero al releerlas logró sacar una sonrisa y hacerme pensar nuevamente: "¡en qué momento la gente pierde esa capacidad de expresarse sin miedo a la burla y al juicio propio! ". Muchos dicen que las decepciones amorosas y los años te vuelven un ser más frívola. y puede que sea cierto. En mi caso procure decir que aún creo en el amor, pero no he sido consecuente con mis palabras. Al volver al releer mi diario, me di con la penosa sorpresa que muchas cosas habían muerto en mi, y no para bien. La luz de María Luisa se había vuelto opaca por tanta oscuridad impuesta por mi.
Yo estoy pensando en que por ejemplo la ilusión que te genera conocer un chico agradable a los dieciséis ya no la tienes al pasar por lo mismo a los veintisiete. No te emocionas por las mismas cosas, sin embargo, es tan opuesto a la idea de muchos: "mantén vivo tu niño interior" o "Adolescente por siempre''. En ambas ideas creo que lo que resalta es que mantengas viva tu esencia, en que seas un adulto responsable, pero que no olvides sonreír por la vida como un niño o adolescente rebelde, ansioso de nuevas sensaciones y repito nuevamente: !que no se juzgue o reprima el arte de expresarse!.
Y en eso también estoy a mis veintitrés años, tratando de ser yo: responsable, transformada. Queriendo relucir a mi lado María Luisa sin miedo, sosteniéndome de la fuerza de Anita, mi otro lado. Reconociendo lo que he dejado morir y puedo revivir en mi. Creo que llegó el momento de contar las historias que pueden haber logrado el origen del caparazón con púas. Pero contarla con la emoción debida en cada palabra.
Y como aún no he tenido voz para decirlo, vengo y te lo escribo. Como la canción: ''Bestia'' de hello seahorse.
ESTÁS LEYENDO
Los pensamientos de Anita y María Luisa
Teen FictionRelatos basados en la vida real de Ana Lucía, una joven con batallas internas y peligrosas. Una guerra de años. Ella crea a dos Alter ego: Por un lado está Anita la rebelde, sobreviviendo en su caos; y por el otro lado y muy opuesto está María Luisa...