CAPÍTULO 5: Tatsuki, pervertido de campeonato

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Estaba tocando algunos acordes con mi guitarra, siendo aquella tarde la del día siguiente después de mi visita a Shin. Mientras que me alegré de poder ser de apoyo para el grupo, me sentí algo incómodo por todo el tema del gato negro intentando ligar conmigo. O en su defecto, decirme cosas bonitas. Pero lo que más me extrañaba era que no me disgustaba que me dijera todo lo que me dijo ayer. ¿Significaba algo eso? También podía ser que le estaba dando demasiadas vueltas. ¡Lo más probable es que solo fuera una cosa puntual! Sí, el gato se estaba quedando conmigo. ¿Cómo me van a gustar los hombres? Mientras reía para mis adentros, mi tío me vio tocando la guitarra y me saludó.

-Hey, Yuki. ¿Algún plan para hoy?

-No mucho- comenté yo, dejando la guitarra de lado-. Solo quedarme aquí tocando la guitarra o el ukelele.

-Pues tengo otro recadito para ti- sonrió él, dándome otro paquete que era seguro que contenía medicinas-. Y esta vez, debes ir a la carpintería donde trabaja Tatsuki.

-Oh, cierto, creo recordar que mencionó que quería seguir el negocio familiar- recordé yo, tomando el paquete-. ¿Qué son?

-Medicamentos y parches de calor para su padre- contó mi tío-. Se hizo daño en la espalda y debe guardar algo de reposo. Aunque teniendo en cuenta como es ese hombre, creo que poco caso va a hacer. Y más teniendo el Festival Bon encima nuestra.

-Jeje, trataré de convencerle de que repose un poco- reí yo.

Me puse mis zapatos a la entrada y comencé mi camino hacia el lugar donde vivía Tatsuki y su familia. Por el camino, empecé a ver algunos carteles que anunciaban la llegada del festival que ya me había mencionado Tanabe y mi tío. Sentía mucha curiosidad al respecto sobre como sería ir a un festival y, siendo sincero, tenía ganas de ir con el grupo entero. Y la verdad es que también tenía ganas de alquilar un yukata, seguro que eran bastante frescos. Continué mi camino, siguiendo las instrucciones que mi tío había escrito de nuevo en un papel. Debía ponerme un día a simplemente aprenderme Minasato para no tener que depender de los mapas o de las indicaciones. No tardé mucho en llegar a una casa bastante más tradicional que la de Shin. En una zona del amplio lugar vi a un zorro bastante mayor y a un caballo que tenía cara de pocos amigos. Sabiendo donde me metía, fui a hablar con ellos.

-Disculpad- les llamé la atención-. Traigo medicinas para el señor Taippei.

-¡Oh, para el jefe!- comentó el zorro, sonriendo. El caballo simplemente pasó de la conversación-. Estará dentro de la casa, con su hijo. Mira que este le dice que se quede en cama, pero no le hace ni caso. ¡Ambos tienen un humor de perros si se enfadan!

-¿Tatsuki? ¿Humor de perros?- pregunté en alto. Bien es cierto que su apariencia a primera vista era amenazante, pero demostró ser un buenazo.

-Creéme, se nota que son familia- dijo el zorro, riendo-. Te acompañaré con ellos.

-Muchas gracias.

Me incliné a forma de agradecimiento y empecé a seguir al cánido. La casa era igual de tradicional por dentro que por fuera, incluso se notaba su antigüedad en el crujir de la tarima del suelo. Llegamos a una puerta corredera y el zorro golpeó unas pocas de veces antes de hablar:

-¡Jefe, traen sus medicinas!

La puerta corredera se abrió y dentro se encontraba un dragón verde oscuro y muy mayor sentado en un futón mientras que Tatsuki había sido el que había abierto la puerta. Al verme, sonrió mostrando sus dientes.

-¡Yuki, que alegría verte!- exclamó el joven dragón-. Ya sabía yo que traerías tú las medicinas.

-Que menos que ayudar a mi tío de vez en cuando- sonreí yo, mirando al dragón mayor-. Un gusto, señor Taippei, soy Yukihira, pero puede decirme Yuki.

Morenatsu: Entre dos mundos (Furry/Yaoi) [Remake En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora