LA CASA TOMLINSON

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Harry se encontraba en su mugriento apartamento, estaba reposando en el sofá después de un ajetreado día en la universidad. Su única vestimenta eran unos pantalones de pijama junto unas pantuflas en forma de pato. Estaba mirando la televisión por puro aburrimiento, pero en realidad no le estaba prestando demasiada atención ya que estaba centrado en el ruido de las gotas que caían de su techo al chocar contra el suelo de madera del salón. Su pierna se agitaba a causa de ese sonido tan delicado pero al mismo tiempo molesto, hasta que ya no aguantó y fue a por cinta americana que tenía por ahí guardada. Agarró una de las sillas de su cocina y la colocó justo debajo de las goteras para así subir y poder llegar para por fin detenerlo.

Las horas pasaron y Harry cada vez tenía más sueño, hasta llegar media noche, la hora en la que acababa rendido a sus pies y su cuerpo le pedía descansar. Se dirigió a paso lento hasta su cama y colocó bien el teléfono fijo que tenía en su mesita de noche, se metió con delicadeza entre las cálidas sabanas para caer en un sueño profundo, pero todos sus planes se desvanecieron al escuchar tu teléfono sonar bruscamente por toda la habitación. Ya enfadado, se dio la vuelta hacia su lado izquierdo y lo agarró con rabia respondiendo en mal tono.

-¿¡QUE?!- Lo último que quería era que le despertaran en medio de un intento de sueño profundo, y por su mala suerte, eso mismo le estaba pasando.

-Primero que nada, buenas noches- Dijo la voz que provenía del teléfono, era Dylan, su mejor amigo.

-A tu madre le daré yo las buenas noches-

-Tarde, se fue a dormir hace unas horas, bueno a lo que iba- Hizo una breve pausa –Como ya sabrás mañana es Halloween, bueno hoy, ya que son las doce pasadas, en fin, que a las diez de la noche me pasaré por tu casa a buscarte y no acepto un no como respuesta. Así que, hasta luego- Y antes de que Harry pudiera decir una sola palabra, su amigo colgó al instante. "Lo que me faltaba" dijo en susurros tapándose la cara, su enfado volvió de repente y tiró sin cuidado alguno el teléfono. Asustado dirigió su mirada a este, comprobando de que estuviera en buen estado, y afortunadamente lo estaba. Aunque para su desgracia tenía que recogerlo, así que fue al salón, ya que dejó la puerta abierta y salió por ahí, aprovechó para meter la ropa sucia a lavar y así tener ropa para cuando tenga que esperar a que su amigo venga. Una vez todo en orden pudo volver a su cama y caer en un bonito sueño profundo.

II

Ya era sábado por la mañana, exactamente la una del medo día y Harry lucía perfectamente descansado, sí que es verdad que le hubiera gustado quedarse más tiempo entre esas sabanas tan suaves y acogedoras, pero sabía que no era bueno ya que si no se levantaba ahora, nada ni nadie lo haría. Como a esas horas siempre solía hacer frio, agarró un jersey del suelo y se lo puso para no congelarse.

Nada más salir se dirigió a la cocina a prepararse un cálido café para así poder calentarse las manos mientras sujetaba la taza. El timbre sonó y pilló a Harry desprevenido, se levantó y fue hacia la puerta principal, abrió pero para su sorpresa no había nada ni nadie, hasta que vio el periódico en el suelo y lo agarró para llevárselo a casa. Curioso se sentó en la mesa con el café y se dispuso a leer, no solía haber nada interesante, excepto cuando pasa algo relacionado con el crimen utilizaban una página entera y Harry era capaz de leérsela diez veces.

Buscó y buscó pero no había nada, pero como la llenaban tiempo sin subir nada sobre esos temas, no le pareció correcto el hecho de que no había nada de eso aun. Volvió a mirar más atentamente y bingo, lo encontró, aunque le resultó muy curioso y sorprendente que desde hacía años no cambiaban la manera de noticia, en cambio esa última era diferente, solo habían unas pocas líneas, bastante decepcionante para Harry, pero aun así se lo leyó.

"Encuentran un cadáver con las mismas heridas y marcas que la de los fallecidos en "La masacre del 1814". Los forenses han confirmado que el cadáver es de hace de veinte años, el cuerpo pese a estar ya en descomposición, las heridas y marcas se han conservado correctamente."

PARALLELS II Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora