Capítulo 1.

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¿Cuál es tu lugar seguro?

¿Cómo podríamos definir un lugar seguro? Puede ser tu habitación, algún parque, en los brazos de tus padres, un teléfono móvil, una canción e incluso me atrevería a decir que tu mismo podrías considerarte como tú lugar seguro.

Ese algo o alguien que te hace sentir que siempre todo va a estar bien, tu día se torna gris y los colores vuelven a recobrar vida únicamente cuando observas ese algo o alguien, cuando te sientes emocionado por algo que consideras pequeño sin embargo corres emocionado a comentarlo a tu lugar seguro.

Bien, puede ser alguien o los brazos de alguien, Nanon encontró su lugar seguro en los brazos de Pawat y no sabía si definirlo como algo correcto o incorrecto, todos le decían que la dependencia emocional no era buena pero el no considero haber cruzado ese límite.

Querer que su novio estuviera siempre con él, recurrir a su persona cuando era feliz o triste, pensar en el y que su corazón se acelere, no poder hacer algo por cuenta propia puesto que siempre estaría en su cabeza y era una distracción pero consideraba que eso no era cruzar los límites, eso era estar enamorado.

Nanon estaba enamorado de Pawat y eso era muy distinto a sentir dependencia emocional por el.

Justo ahora ocupaba el asiento en su escritorio, por más que quería concentrarse en la clase que debía preparar le era imposible pues su novio permanecía en su cabeza carcomiendo cada uno de sus pensamientos, recordaba su primer encuentro.

Tan extraño como especial.

{...}

Su respiración agitada era la prueba más grande de que había estado corriendo hasta llegar al evento para el cual tanto se había preparado, espero a su mejor amigo Chimon y probablemente por ello llego lo suficientemente tarde como para percatarse de que ya todo había finalizado y en el estadio lo único que se encontraba era el y el triste canto de los pájaros, un lugar desolado que solo aumento su tristeza.

Uno de sus grupos favoritos se presentaría y todo se vio arruinado, no le echaría la culpa a su mejor amigo pero de una u otra forma se tardó gracias a él.

Pero no todo fue malo, confiaba en que el destino siempre manejaba todo a su antojo más tenía siempre un propósito, un objetivo que cambiaría de una u otra forma tu vida y ese destino se paró frente a el con una dulce sonrisa sobre sus labios mientras sus manos se ocultaban en sus bolsillos delanteros.

— ¿También llegas tarde? — Le hablo como si lo conociera de toda la vida y el menor perdió la respiración por escasos segundos cuando su belleza choco conté la de él, esa dulce sonrisa ladina y sus cabellos desordenados.

— C-creo que si — Balbuceó apartando la mirada cuando su corazón comenzó a reaccionar, se sentía muy patético por sus reacciones más le era difícil si el otro chico parecía coquetearle con sus ojos.

— Es una lástima que nos hayamos perdido el evento ¿No crees? Sin embargo todos los días son un concierto cuando se escucha la música de Coldplay.

Su forma de expresarse, Nanon estaba al borde del colapso.

Y todo comenzó cuando el chico saco su móvil junto a unos audífonos y se los paso a Nanon y seguido coloco su canción favorita diciendo que también era la suya.

Yellow se reproducía en sus oídos, cabía destacar que el desconocido nunca dejo de sonreírle o dedicarle una mirada que estaba derritiendo a Nanon quien se preguntaba si podía soportar más.

Soy Pawat, Ohm Pawat — Le ofreció su mano y demoro en reaccionar pero pronto su cálida diestra tomo la ajena dejando un leve apretón.

Luego se enteraron que compartían clases, Pawat se había mudado a la ciudad recientemente y era mayor que el por solo un año, al ser la única persona que conocía al menos de rostro se aferró a el y ocupo el asiento que anteriormente ocupaba Chimon quien ese día faltó tras confesar que se sentía mal, los días fueron avanzando y nosotros nos acercamos más hasta que un día me beso, Pawat me beso en un pequeño descuido según él.

Pero ese descuido duro aproximadamente un minuto de no ser porque la respiración comenzaba a hacer falta.

{...}

Miro su tonta sonrisa reflejarse en el espejo y no pudo evitar ocultar su rostro entre sus manos soltando pequeños gritos en la zona.

Pawat era su perdición, realmente lo era tanto para bien como para mal.

Lastimosamente no esperaba que fuera más para mal que para bien.

We could have had it all | Ohmnanon ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora