Capítulo 9.

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Nanon se sentía como un completo estúpido y su orgullo que aún existía, estaba gravemente herido al límite en que lo único que pudo hacer fue dedicarle una falsa sonrisa a la chica.

¿Decir que el chico que tenía delante era un jugador? Era algo tonto y que pronto lamentaría pues existían dos opciones que pese al dolor no descartaba y la que sabía cobraría validez sería la de que no le creerían lo que dijera, estaba en su casa y podrían incluso tacharlo de malagradecido porque a final de cuentas continuaba en esa pesadilla de colegio gracias a su padre y a el.

¿Algo más que le haya convencido a no ser impulsivo y soltar la boca? Pawat, en ese momento estaba enojado con el pero se le imposibilitaba el hecho de arruinarle de esa forma la vida revelando que en realidad todos los días le buscaba por falta de sexo y hasta cierto punto su relación estaba formalizada pero no podía, no podía eliminar esa sonrisa que le estaba lastimando pero más lastimoso le resulto ver como los dedos del chico temblaban mientras tomaba la mano de Holly.

En momentos tan difíciles le resultaba complicado no ser observador y ver las cosas con más claridad.

Su burbuja se vio invadida por el sonido de un celular y no supo si agradecer o detestar el pésimo momento en que sucedía tal cosa.

— Pawat llévales a la mesa, en cuanto termine los alcanzo.

Y acto seguido el hombre se retiro dejándolos en un aún más incómodo silencio.

Pawat no fue cortés y únicamente arrastro a Holly consigo hasta el comedor donde fue seguido por Nanon quien estaba deseando que la tierra lo tragara y escupiera en algún otro lugar que no fuese ese.

Cuando llegaron al comedor tuvo la valentía de tomar asiento pese a no ser bien recibido por uno de los dueños de la casa, se mentía a su mismo y se decía que estaba allí únicamente por la invitación y amabilidad del señor Ohm pero muy dentro suyo sabía que también permanecía en ese lugar en espera de una respuesta por el canalla que tenía como novio.

O quizás ex.

¿Podría soportar algo como eso?

— Pawat nunca trajo a nadie a casa ¿Qué te hace tan especial? — Nanon volvió a reencontrarse con aquellos ojos cafés que si bien mantenían esa pureza ahora había algo más, el tono utilizado en sus palabras y esa sonrisa ladina que se avecinaba en sus labios alertaron mínimamente a Nanon.

Odiaba juzgar a las personas sin conocerlas pero mentiría si dijera que esa casa y la chica en especial no le daban malas vibras al punto en que deseaba sacar a Pawat de allí siendo esto irónico ya que el malo estaba a la vista y no se molestaba en ocultarlo ni parecía guardar remordimientos.

— Quizás mi lengua es muy atrapante para el o posiblemente sean los movimientos que hago — Respondió sin pensarlo mucho, se sentía atacado y no había cosa que odiara más que eso incluso si se trataba de Pawat tenía ciertos límites.

Y Holly casi lo asesina con los ojos.

Pureza más no estupidez.

— ¿Qué? — Pregunto la chica y Pawat sonrió por lo bajo.

¿Era algo bueno o algo malo?

— Nanon se refiere a como se desenvuelve tan bien con el idioma tailandés, sabes que se me dificultan algunas frases y el constantemente me ayuda, en ocasiones vamos a la cafetería del colegio a practicar.

— Me hace tan feliz ver que soy útil en algo — Nanon le dedico una pequeña sonrisa a ambos, Holly ya presentaba una pequeña vena en su frente más la sonrisa jamás desapareció.

We could have had it all | Ohmnanon ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora