Free kitty

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Jepha cargaba emocionado en una caja grande el regalo de cumpleaños de su mejor amigo. Recién fue a recogerlo después de días de haberlo apartado en el refugio de donde lo rescató.
Estaba esperando que llegara el cumpleaños de Bert para poder sacarlo de ahí y llevarlo directamente a la casa de este.
Esperaba con ansias su reacción, pues Bert no paraba de dar señales y pistas de lo que más quería para este cumpleaños, le hacía sentir una gran emoción y orgullo poder conseguirlo para el, pues ama a su mejor amigo.

Ya llevaba caminando varias cuadras, cargando la caja de regalo más grande de la historia y también pesada, para cuando ya se estaba acercando el agotamiento se apoderó de y y dejó muy cuidadosamente el obsequio en el suelo para tomar un respiro.
Al tocar el suelo, la caja se movió de un lado a otro.

— No, no, no, aún no llegamos, dos minutos más solo dos minutos más– le dice a la caja la cual se deja de mover en cuanto Jepha habla.

Dos minutos después, se encontraba en la puerta de la casa de Bert, no era una casa de lujo de suburbios, pero era lo suficiente para el joven, eran de esas casas que son muy poco para la gran renta mensual que vale, pero por lo menos tenía lo necesario y el barrio no era tan peligroso.

Jepha, como pudo, tocó la puerta esperando respuesta alguna, después de varios golpes Bert llegó a recibirlo.

— ¡Jepha! ¡Si viniste!– dice con gran emoción para después abrazar a su amigo junto con la caja.

— Claro que vine Idio- ah... tonto– dice con emoción evitando la mala palabra, recibiendo una cara confundida de su amigo.

— ¿Que tenemos aquí?– pregunta Bert refiriéndose a la gran caja de regalo.

— Pues tu presente de cumpleaños– Dice Jepha entrando a la casa con la caja en manos.

Avanza hasta la sala para colocar delicadamente la caja en el suelo, justo en el centro para poder admirarla, cuando Jepha la deja en la superficie esta se empieza a mover de un lado a otro una vez más.

— ¿Que demonios es?– pregunta Bert conmocionado.

— Lo que más querías para este cumpleaños– le sonrío a su amigo —Esta bien, ya puedes salir.

La caja obedeció a Jepha, moviéndose de forma más brusca hasta que se rompe y desarma, dejando ver a un ser vivo de anteriormente estaba dentro de ella.

Bert se acerca a quitarle el envoltorio del rostro y ve a un infante, un infante con orejas, y si observaba con más atención podría ver también una cola, todo de un felino, pero en un Niño varón, aproximadamente de 5 años de edad, edad humana en apariencia, con ojos muy verdes y sonrisita tímida.

— Oh... un... es un-

— ¡Un híbrido felino!– termina la oración por el — Dime por favor que este te encanta, en el refugio me dijeron que era muy educado y amable. 

Bert se queda callado, mirando al pequeño, el cuál le miraba tímido, esperando su aceptacion.

Jepha se empezó a preocupar por el silencio de su amigo.

— ¿Bert? Esto es lo que querías ¿No? Un gatito, bueno un gatito híbrido, ¿Verdad?

Bert dirige su mirada a Jepha y cambia de forma fugaz su expresión vacía a una sonrisa emocionada.

— ¡Si Jepha, mierda que si, adivinaste!– dice con un tono de emoción.

— Asombroso, pero oye, no digas palabras fuertes frente a el, puede afectar su crecimiento– Jepha se acerca al infante para tomar su cabeza y acariciarla con cariño para luego plantarle un beso en su cabellera castaña oscura.

Frerard→ one shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora