See you in the window

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Desde su ventana podia observar como el camion de mudanza se vaciaba por los nuevos vecinos, podia ver como los padres tenían a los hijos de esclavos bajando las cajas, esto le divirtió un poco.

Cuando puso más atención, pudo notar que el hijo de cabello rojo y largo, era muy lindo, también lo era el otro hijo, pero su gusto iba mas al pelirrojo, al parecer era el mayor, lo dedujo cuando lo vio dandole una orden al hermano rubio quien le hizo caso a su hermano.

Aquel lindo pelirrojo tenia una llamativa y exotica vestimenta, sus piernas vestían unos entallados pantalones de cuero haciendo que estas resaltaran, sus brazos y laterales estaban al desnudo gracias a esa camisa holgada sin mangas, rota para mostrar más piel.

Lucía realmente bien, en verdad bien con ese sudor cayendo de su frente, sus mechones rojos empapados, su boca entreabierta deseada de agua.

Una sonrisa ladeada y picara apreció en su rostro, le daba unos muy malos pensamientos estas hermosas imágenes en vivo, su mano viajaba del costado de su pierna lentamente hasta el borde de su pantalón, pero el acto fue interrumpido por el grito de su madre en el primer piso, pidiéndole su presencia en el primer piso.

mierda... ¡Ya voy Ma!.– grita mientras sale de su habitación.

Al terminar de bajar las escaleras se encontró con su madre y una bandeja que cargaba un tarro de limonada y vasos de plásticos.

— Da una buena impresión ¿No?, llévalo a los vecinos de al lado, quiero que piensen que eres buen chico antes de que los demás vecinos les digan lo contrario.

Frank era una amor, pero solo con su mamá, para el quien no fuera Linda, su madre, se podría ir a la mierda, eso incluía a los demás vecinos.

— Si mami, pero por cinco dólares.

— Cuáles cinco dólares, yo te parí me debes la vida, y una liposuction por que después de ti... ya no quede igual, bebé gordo tuviste que ser.

— Tú me amas.– dice con una sonrisa arrogante

— Si si, ya ándale, entrega la limonada.

Frank con toda la felicidad del mundo caminó con la bandeja en manos hacía la casa de a un lado, dirigiéndose específicamente a los vecinos que cargaban cosas, y para ser aún más específicos, al vecino pelirrojo.

— Hola... ¿Limonada para su duro trabajo, señor?.

El chico pelirrojo se volteó con caja en las manos, para encontrarse con un chico un par de pulgadas más bajo que el, de ojos avellana y sonrisa coqueta con una bandeja de dicha bebida ofrecida.

— Gracias, ¿Con quien tengo el honor?.– imitó el tono coqueto y formal que Frank le había dado mientras servía limonada en un vaso.

— Con tu buen vecino, Frank Iero, ¿Quien tiene la suerte de beber mi refrescante limonada?.

— Gerard.– dio un largo trago al vaso, para después limpiar delicadamente el resto de limonada de la comisura de sus labios.— Gerard Way.

Frank le parecía increíble que el chico que estaba al frente de el fuera real, era muy lindo con esa nariz respingada, ojos verdes y labios delgados, era malditamente hermoso.

Después de unos segundos se les unió el hermano menor, quien preguntó si podía tomar limonada.

—El es Mikey, mi hermano menor.– el mayor toma el hombro del menor para acercarlo más a él.

Maldito gran parecido que tenían estos dos, los dos portaban una gran belleza, unos ojos lindos y labios seductores, Frank notó que Mikey tiene una expresión más neutra y seria a comparación de su hermano, esto ciertamente lo hacía lucir como el mayor.

Frerard→ one shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora