ꜱᴇᴄʀᴇᴛᴏ ᴀ ᴠᴏᴄᴇꜱ ɪɪ ᴸᵉᵛⁱˣᴼᶜ - ᴱʳʷⁱⁿˣᴼᶜ

「𝐂𝐔𝐀𝐓𝐑𝐎」

「𝐄𝐋𝐋𝐀」

Ni siquiera deje terminar al oficial, abrí la pesada puerta saliendo con rapidez de la sala, odiaba estos lugares, los odiaba con todo mi ser, y no hace falta mencionar lo molesta que estoy con el idiota ese de su padre.

A medio pasillo una cabellera rubia llamó mi atención ¿Erwin? ¿Qué demonios hacía aquí? Al verme no dudo ni un segundo en acercarse y obvio yo tampoco lo dude.

Lo abrace con intensidad ocultando mi rostro en su pecho, acarició mi espalda intensificando su abrazo.

—Tranquila, todo está bien— murmuró.

—¿Qué se supone que haces aquí Smith?— exigí una respuesta— ¿Dónde están los chicos?

—Estoy aquí por el niño— mi sorpresa no tardó en aparecer y antes de crear un escenario en mi cabeza aclaro— No es mi hijo.

—Pero mío si.

Cada centímetro de mi cuerpo se congelo, esa voz, mis manos comenzaron a temblar, todo mi cuerpo comenzó a hacerlo, gire lentamente deseando con todo mi corazón que estuviera delirando, que estuviera loca o no se ¡Lo que sea sería bueno!

—Arthur es mi hijo.

Sin embargo aqui estaba, trague saliva sintiendo una picazón en mis ojos, mis cuerpo entero temblaba. Ante mi estaba el hombre que alguna vez ame, el hombre que se llevó mis sueños y me enseñó lo crudo que puede ser el amor.

Estaba aquí, el hombre que me dejo caer hasta lo más profundo sin darme la oportunidad de sanar mis heridas, estaba el hombre que convirtió en polvo mi corazón por el que llore noches enteras y por el que tener hijos dejó de ser una opción para mi.

Levi Ackerman estaba aquí, hace cuatro años que no sabía nada de él, borre mis cuentas, cambie de número renové todo solo por no saber más de él. El deseo de gritarle y golpearlo crecía a cada segundo, el corazón quería salirse de mi pecho.

—Hace años que no nos vemos, ¿No tienes nada que decir, Kali?

¿Nada que decir? Arthur estaba en sus brazos y su sonrisa no se desvanecía, era lo único que me impedía gritarle en la cara todo lo que sé merecía.

—Quiero irme Smith— murmuré desviando la mirada.

Su rostro desencajo completamente, esta era su maldita sorpresa.