ꜱᴇᴄʀᴇᴛᴏ ᴀ ᴠᴏᴄᴇꜱ ɪɪ ᴸᵉᵛⁱˣᴼᶜ - ᴱʳʷⁱⁿˣᴼᶜ

「𝐐𝐔𝐈𝐍𝐂𝐄」

—¡Felicidades amor!

Recibi a Arthur entre mis brazos llenándolo de besos en toda su carita, estaba muy contento por su número y ¡Yo también! Todos estábamos felices por eso.

—¿Lo hice bien?

—Excelente, no había nadie mejor que tu— guiñe un ojo con diversión sin borrar mi sonrisa.

Levi nos veía a ambos con una pequeña sonrisa, lo conocía tan bien que estaba segura de lo mucho que estaba disfrutando este momento. Me puse de pie junto a él sin quitar mis ojos de Arthur.

—¿Te gustó papi?

Aun no me acostumbraba a ese termino, me resultaba algo gracioso porque Levi era alguien serio. Pero al mismo tiempo era una imagen tierna y conmovedora.

—Claro que si, lo hiciste bien.

—Fui el mejor.

Una vez más el vocero hizo una aparición, se convoco a todos los tutores a una reunión o un aviso de no se que, solo pudimos ver como el rostro de Levi se transformaba.

—Creo que papá tendrá que quedarse— alcé una ceja con diversión.

—Puedo ir yo si qui— negó de inmediato cortando las palabras de Mai.

—No tardo.

Sentí mis mejillas arder por aquel beso que dejo en mi frente ¿Peeeeeeeerdon? ¿Con el permiso de quien? Giro a verme de reojo con burla, estoy segura de que no me lo quitaría de encima por bastante tiempo.

—¿Ya son novios?

—¿Qué?— baje la mirada al rostro de Arthur, subió y bajo las cejas con rapidez lleno de burla— C-Claro que no.

—¡Mientes yo los vi besándose sus bocas!— hizo un pequeño puchero— Iuhg que asco.

—¡Arthur!— rió tirando de mi brazo— No digas esas cosas.

Incluso Mai reía por este pequeño y divertido momento, específicamente por el puchero que Arthur formó, según él, los besos en la boca eran asquerosos. Caminamos entre las instalaciones de la escuela observando los diferentes juegos y puestos del lugar esperando a que Levi regresara.

—Quiero ir para allá— señaló la rejilla donde estaba el local de dulces.

—Pero esta afuera y... tu papá no ha salido— acaricie su cabello formando una pequeña mueca, formó un puchero tierno y triste, no habíamos encontrado algo que le gustará hasta ahora.

—Yo espero al señor Levi aquí— se ofreció Mai haciendo sonreír a Arthur.

—¿Vez mami? ¡Ven vamos!

Ni siquiera me dejó responder, tiro de mi brazo y se echo a correr obligando a mis piernas a moverse con rapidez. Por más que le pedí que fuera más despacio se negaba.