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Cerré la puerta a mis espaldas regulando mi respiración, los chicos me miraron con una ceja alzada por mi repentina acción. Necesitaba pensar las cosas antes de la fiesta/cena que Marco había organizado para el lanzamiento.
Deje caer mi cuerpo en el sofá ignorando sus miradas, cubrí mi rostro con mi ante brazo. Fue mucha información en poco tiempo, pero no fue tanto la información sino que la persona de quien provenía esa información.
—Se supone que llegarías más tarde querida— murmuró con burla Jean.
Extendi mi brazo y con ello eleve mi dedo medio. No estaba de humor y tampoco para recibir sus burlas. El bufido de ambos me hizo entender que si o si tendría que hablar con ellos, sus pasos estaban acercándose.
El golpe en mis piernas fue de Jean pidiéndome lugar para sentarse, Marco en cambio siendo más sutil se sentó al borde del sofá acariciando mi cabello.
—Chisme Kali— exigió Jean como el juez en algún tribunal.
—Arthur no es hijo de Levi.
—Pagame— exigió Marco a Jean.
Ese "pagame" me obligó a descubrir mi rostro y mirar con muchísima extrañeza a ambos chicos. Jean a regañadientes empezó a contar los billetes de su cartera mientras que el pecoso sonría triunfante.
Me sente una manera correcta sin dejar de observarlos, Marco agradeció con burla a Jean guardando el dinero en su cartera. No me sorprendería que él los sospechara, tenia ojos de halcón.
—Continúa por favor— pidió con una sonrisa.
—Petra lo dejo, y tuvo problemas con el niño. Hasta hace poco logró resolver todos sus asuntos legales, la custodia de Arthur es completamente suya y el divorcio es un hecho.
—Pero que astuto— chasqueo la lengua Jean, ambos lo miramos esperando un porque— ¿No lo ven? Tiene sentido que haya vuelto por ella, se caso con Petra para que el juicio por la custodia del niño fuera más sencillo. Ahora, arreglar sus asuntos y venir para acá significa que si viene por Kali, allá tenia una vida muy buena.
Cruce las piernas cambiando mi seriedad por una de incomprendida, y es que lo estaba, lleve una mano a mi barbilla formulando mi pregunta con cuidado.
—Cariño ¿Cómo mierda sabes que tenia una buena vida si se supone que no sabíamos ni un carajo?— sonreí con falsedad.
—Tch, me dio curiosidad— cruzo los brazos haciendo un puchero.
Marco dejó caer su trasero a mi lado mirando de la misma manera a Jean, hacia cosas que aveces no nos explicábamos pero al final, resultaban provechosas. Era un líder nato, y uno muy bueno, el hijo de puta era muy bueno.
—¿Qué más te dijo?— suspiró Marco sin más remedio.
—Lo que Jean me acaba de decir— murmuré antes de quitarle la mirada— Su vista fue de sorpresa, Erwin lo había invitado pero lo olvido por lo del compromiso de más tarde. Recibió una llamada y fue así como me lo dijo.
