Introducción

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Victoria-

—Vicky, despierta, por favor.–Sentí como unas manos pequeñas me sacudían. Abrí un ojo con pereza y me saque los audífonos. Era mi hermana menor. Al sacarme los audífonos entendí todo.

Gritos por allá, gritos por acá.

—Te dije que no te los saques, Naty.–Dije con la voz adormecida.

—Pero quería ir por agua.–Hizo un puchero.

Se escuchó algo quebrandose. Cierro los ojos con fuerza al sentir a Natalia tirarse a mis brazos asustada.

Esta mierda era tan injusta para ella.

—Ponte los audífonos, iré yo a traerte el agua, no salgas.–Ella asintió pero antes de hacer lo pedido, dijo en voz baja;

—No dejes que te lastime, por favor.–sonreí, ella no merecía esta vida. Era un ángel encerrada en un infierno.

Salí de la pequeña habitación, me preparé para bajar. Al bajar sin hacer ruido vi como mi padre golpeaba fuertemente a mi madre que se encontraba en el piso. Agarre un jarrón de vidrio que estaba cerca mío y me acerqué dispuesta a golpear a la bestia que tenía como padre,

—¡No!–Mi madre se interpuso Justo en el instante en que iba a golpearlo, llevándose ella el jarronaso. Me sorprendió la forma rápida en que se levantó, por el golpe en el pecho, cayó al suelo, aun consciente. Mire a Mi padre que estaba parado dándome la cara. Y cerré los ojos al sentir su puño en mi cara.

—Pequeña idiota, ¿Ibas a golpearme, estupida?–Me agarre la mejilla, que era donde el había golpeado.

—Creo que la pregunta es estupida.–Y otro golpe, haciéndome caer al suelo, escupí sangre, y mire con odio a mi madre.

'¿Hasta cuando?' Articule con mis labios, recibiendo un 'Lo siento' de su parte. Con el corazón en la mano, me levante cogeando y fui por la dichosa agua. No entiendo porque me esfuerzo en tratar de salvarla, ella siempre lo defenderá. Por instinto quizá, pues sigue siendo mi madre.

Desde que tengo memoria esto empezó.

Quien se suponía que debía ser mi héroe, se convirtió en el villano de mi historias. Desde niña mi padre nunca estuvo en casa, y cuando lo estaba, corría a esconderme abajo de mi cama porque el monstruo había llegado. Le rogué por años a mi madre que lo dejara, y siempre me dio la excusa de quien llevaba la comida en la mesa era el, y por eso no podíamos irnos, porque moriríamos de hambre. Luego de los años me di cuenta que simplemente era una excusa, una de tantas excusas. Ahora era yo quien trabajaba y hacia la universidad al mismo tiempo. ¿Y lo había dejado? No, había hecho algo, si, traer a otra criatura a este infierno.

No sé que se le había cruzado por la cabeza al no cuidarse, sabiendo a lo que un niño podía venir al mundo a sufrir, solo una persona sin corazón podía. Y mi madre tenia corazón, pero solamente para el hombre que hace de nuestra vida un infierno. Y ella era tan sumisa a el, que no se daba cuenta de ello. Y nos arrastro a todos a este lugar.

Siempre cuide a mi hermana para tratar que no llevara los mismos traumas y miedos que yo, pero claramente eso es imposible cuando aunque no diga nada, ella se da cuenta de todo, se da cuenta que papi y mami, no son lo que ella en realidad creía. A mis 19 años, cerca de graduarme, no me había ido de casa por mi hermana, porque estaba segura de que no iban a dejar que me la llevara.

Siempre quise tener una vida feliz, una familia, una familia de verdad.

Supongo que desde siempre, por esa razón, tengo sueños del cielo, porque son imposibles de alcanzar.

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Hola holaaaaaaa.

Dejo esto por aquí porque esta historia será mi prioridad junto a 'Inesperado error'. Volveré a ponerme activa con estas dos historias y luego terminaré las otras dos sin completar en mi perfil.

Besito uwu

Sueños del cielo©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora