✤ DÍA 6 ✤

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Sexto día del trato, apenas sexto día y ya resultaba un desastre.

YeJi no le había hablado en todo el día de ayer y se sintió mal al perder un día, pero tenía una buena excusa, estuvo pensando en aquel poema.

Se dejó caer a la par que la profesora explicaba la lección, odiaba mucho las clases de historia. 

Soltó un suspiro y miró hacia el techo recordando la vez en la que ChaeRyeong por accidente, echó su cono de helado y se vió obligada a compartir el suyo.

Sonrió levemente a la par que escuchaba a su maestra regañarla en frente de todo el salón, las risas no tardaron en llegar así que solo se disculpó.

Para su suerte, la campana había sonado indicando nuevamente el fin del tortuoso horario escolar; no se apresuró en guardar sus cosas ni mucho menos en salir, no quería enfrentarse a frustrante día para escribir un estúpido poema. Aunque las palabras de su profesor eran claras, le dificultaba demasiado el pensar en algo o alguien que ame lo suficiente como para dedicarle un poema.

Oyó a su amiga llamarla desde la puerta y suspiró, guardó sus cosas y se dirigió ahora a su encuentro.

—Te ves muy decaída—soltó con preocupación—¿Está todo bien?.

—JiSu es apenas el sexto día y ya me quiero matar—respondió YeJi.

—¿Tan mal te va?—bromeó la castaña.

—Considerando que depende de ella que esto funcione; a la que deberías preguntarle eso es a ella—respondió.

Lia rió—Estarás bien—la animó abrazándola.

YeJi correspondió al abrazo sin dudarlo.

Pensaba demasiado en el trato y en su poema el cuál le dió un peso extra al tren de sus pensamientos. Odiaba que durante el día no tuviera ninguna idea para escribir pero en las noches sus pensamientos hagan una fiesta y le dijiesen las mejores rimas del mundo para no dejarla dormir.

—¿Hay algo más que te abruma Hwang?—preguntó su amiga deteniendo la caminata.

—Algo así...—respondió YeJi arrascandose el cuello.

—A ver cuenta.

—Es un poema que el profesor Kim nos dejó de tarea—explicó—No sé si sabes pero soy una cagada para esas cosas.

—Uff; que problema—bromeó JiSu—¿Les dió algún consejo? ¿Les explicó algo?.

—Me dijo que, piense en algo o alguien que ame, pero no me funciona.

Lia se mantuvo pensando.

—¿Has escrito canciones por un tiempo no es así?—preguntó, YeJi asintió—Bueno, podrías usar líneas de esas canciones ya escritas y juntarlas para que tengan sentido y así crear un poema.

YeJi parpadeó dos veces al escuchar la idea de su amiga—Dios, Jisus te beso el cerebro—dijo agarrando a su amiga depositando un corto beso en su frente.

Lia la abrazó y la estiró consigo hasta sacarla del pasillo de la institución de una vez, habían estado hablando allí sin darse cuenta.

Caminaban a la par que charlaban animadamente mientras que alguien las mirada desde el fondo del pasillo.

(...)


ChaeRyeong estaba terminando los últimos movimientos de la coreografía que les habían dejado. Había visto algo que prefería olvidar por un momento y la mejor manera que tenía era despejando su mente bailando.

Continuó con su actividad sin percatarse que alguien se encontraba observándola desde la puerta del estudio.

—Vaya, no pensé que te encontraría aquí—le habló una voz extrañamente familiar.

ChaeRyeong paró sus movimientos al oírla y rápidamente le bajó el volumen a la música para luego, dejarse caer al suelo tratando de recuperar la respiración que cada instante se hacía más pesada.

—Vamos, ten un poco de agua.

La desconocida le pasó una botella junto con una toalla para que así pudiera calmar su respiración y de paso, secarse el sudor que resbalaba por su rostro.

—Gracias...—susurró ChaeRyeong.

—No agradezcas—le sonrió—No sabía que estudiabas aquí.

—Empecé hace unos meses—relató—¿Y tú? No me dijiste que estudiabas aquí EunJi.

—Si bueno—respondió nerviosa—Estoy dos años mayor que tú—explicó—Digamos que no estaremos juntas durante las clases pero si podremos practicar juntas—finalizó sonriendo.

ChaeRyeong sonrió al escucharla—Acepto.

EunJi se levantó extendiendo su mano intentando ayudar a la castaña que se encontraba ahora tendida en el suelo.

—¿Qué estabas practicando?—preguntó curiosa la peliazul.

—Looking at me, de Sabrina Carpenter—respondió—La canción es buena.

—A ver enséñame.

ChaeRyeong asintió.

Así pasaron las siguientes horas, conversando y practicando los pasos de baile, entre algunos pasos se lanzaban miradas fugaces que rápidamente tapaban con una sonrisa.

Una vez acabaron, ChaeRyeong guardó sus cosas mientras escuchaba hablar a la peliazul.

—No te mueves tan mal para ser de primer año—dijo en forma de cumplido—Estoy segura de que si hablo con alguien te suben a un grado superior.

—Me encantaría pero a la vez quiero esforzarme para merecerlo—Respondió ChaeRyeong.

—Bueno, eso es algo que no te voy a negar—bromeó EunJi—¿Irás en bus o a pie?—preguntó de repente.

Chaer abrió los ojos con sorpresa—¿A donde?—preguntó nerviosa.

EunJi rió—A tu casa tontita.

—Oh... bueno... normalmente voy con YeJi—respondió—Pero aún no me ha dicho nada.

—¿Segura?—preguntó—Por qué puedo acompañarte si quieres.

—C-claro—soltó nerviosa—V-vamos EunJi.

La recién nombrada rió—Por favor, dime Mia, EunJi es muy formal... ¿Vamos?—dijo extendiendo su mano al frente de su contraria.

ChaeRyeong asintió y correspondió al gesto.

Ambas chicas tomaron sus cosas y salieron del edificio entre risas y bromas; parecieran amigas de toda la vida mientras conversaban sobre cosas triviales.

Justo un momento de que hayan salido, una chica llegaba al lugar con esperanzas de encontrar a su amiga, aún así, le dolió ver como estaba sonriendo junto a otra persona. Decidió no hacer nada y se dió camino a su casa con cierto aire de tristeza y decepción.

𝐓𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚 𝐝𝐢́𝐚𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐞𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐫𝐥𝐚 | 𝐘𝐞𝐑𝐲𝐞𝐨𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora