𝐓𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚 𝐝𝐢́𝐚𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐞𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐫𝐥𝐚 | 𝐘𝐞𝐑𝐲𝐞𝐨𝐧𝐠

✤ DÍA 18 ✤

Un suave aroma a café invadía la habitación en este momento; la suave melodía compuesta por Ludwig van Beethoven hacía eco en los oídos de ChaeYoung.

Al son de la sonata n° 14 claro de luna; ChaeYoung hojeaba su preciado cuaderno, anotando palabras que su corazón soltaba, uniendolas de manera que encajaban perfectamente. Tomó su taza de café y la acercó a sí boca hasta que oyó su teléfono; bajó la taza junto a sus apuntes para luego contestar la llamada.

—¿Ya lo tienes?—soltó la voz a través de la línea.

ChaeYoung suspiró cerrando sus ojos—Por supuesto—respondió tomando otro de sus apuntes.

—Perfecto—respondió el hombre—¿Es buena opción?.

—Por supuesto SiHyuk—respondió ChaeYoung—Jung HoSeok, un lugareño con talento para el rap y el baile, lo encontré de casualidad en una visita al subsuelo—relató dejando caer sus apuntes sobre la mesa—Actualmente no cuenta con una mala reputación, es considerado mentor de Kanemoto Yoshinori; otro de los seleccionados, según las personas que lo conocen, es un chico que se desempeña de manera impecable en cuanto a la música se refiere.

SiHyuk carraspeó—Supongo que podríamos intentarlo, ¿Cuando regresas a Seúl?—preguntó.

—Viajo mañana junto con los seleccionados—respondió ChaeYoung—Aunque tendré ciertos imprevistos, intentaré ser puntual y cumplir con mi parte del trato SiHyuk, cuatro chicos, nada más, nada menos.

—Conozco el trato Park—espetó SiHyuk—No te demores más de lo impuesto, de lo contrario conocerás las consecuencias.

ChaeYoung apretó los dientes al oírlo.

—Ten un buen día Park.

La llamada se cortó dejando a ChaeYoung completamente desconcertada, bajó el teléfono y se masajeó el rostro con una de sus manos mientras suspiraba.

Observó sus apuntes con detenimiento, aún le costaba creer el hecho de que la Big Hit le había dejado el trabajo de reclutar jóvenes del subsuelo, sin embargo no tenía ninguna opción, su carrera y la de Jennie apeligraban.

Mantuvo su vista fija en los apuntes hasta que oyó unos pasos acercarse al lugar en donde estaba, guardó rápidamente estos en su cuaderno, se acomodó y volvió a tomar un sorbo de su café.

—¿ChaeYoung?—preguntó la persona que se había acercado—¿Qué haces?.

ChaeYoung sonrió antes de responder—Intentaba escribir una nueva canción... ¿Y tú YeJi? ¿No deberías estar durmiendo?—arqueó una ceja.

YeJi apartó la vista apenada—No puedo dormir—murmuró.

—¿Es por ella?—preguntó ChaeYoung volviendo a tomar de su taza.

YeJi la miró sorprendida—¿Ella quién?—preguntó nerviosa.

—Por favor—rió—Conozco esa inquietud, ese miedo irracional de sentirse insuficiente para aquella persona especial—explicó poniéndose sus anteojos.

—Yo...—suspiró—¿Qué haces cuando te sientes acorralada?, es decir, ¿Como logras expresarte?.

ChaeYoung dejó de escribir en su cuaderno y miró atentamente a su menor—Escribo—respondió—Escúchame YeJi, yo no escribo lo que pienso, escribo lo que siento; para lograr expresarte de una manera sutil, bella e inclusive, poética—explicó—Tomo pluma, papel, mi guitarra y dejo que todo fluya.

—Pero... Yo no soy como tú—murmuró apenada.

ChaeYoung tomó a YeJi por los hombros e hizo que la mirase—Nadie te está diciendo que somos iguales, está más que claro que tenemos diferencias; pero hay algo en lo que coincidimos y es el amor—sonrió—Tú amas a aquella chica, yo amo a la música, al igual que amo a tu madre, tú demuestras tus sentimientos de otra manera, yo lo hago mediante la música.