VIII.

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Bajo el cuidado de la casa de Jungkook, Sorata se recuperó de tal manera que estaba irreconocible, como el mismo gato de antes. Taehyung había temido al principio que estaría nervioso en una nueva casa, pero rápidamente se acostumbro a los dos, Jungkook y Hiyori. Y mientras que era agradable que Sorata fuera capaz de obtener toda la atención que quería y cuanto deseara, parecía ahora estar más necesitado que cuando era un gatito.

Aunque honestamente Taehyung lamentó la participación de Jungkook en todo el asunto solo por su conclusión precipitada, no podía evitar sentirse aliviado de que realmente Sorata no tenía nada malo al final. Si hubiera sido demasiado tarde para hacer algo... Taehyung probablemente no hubiera sido capaz de recuperarse.

Tal vez Sorata realmente se había sentido solitario.

Después de todo, a los animales no les gusta quedarse solos más que los humanos. Viendo a Sorata jugar con Hiyori sin ninguna preocupación en el mundo, Taehyung lamentaba profundamente todos esos días en los que había llegado tarde a casa.

Sin embargo, no era como si apropósito pudiera reducir su carga de trabajo, y él estaba haciendo lo posible para llegar más temprano y salir lo más temprano posible, incluso si se trataran de diez minutos.

Las mañanas comienzan muy temprano por aquí de todos modos.

Las llamadas para despertarse eran temprano en una casa con una niña en ella. A Hiyori le gustaba venir y brincar sobre el pecho de Taehyung antes de que su despertador se activara, y a pesar de sufrir importantes daños en su parte central, esta era Hiyori, así que difícilmente se podía enojar con ella, dejándole ninguna opción más que levantarse sin quejarse.

Mientras que su estancia aquí con Sorata había sido una concesión que al principio no quería, ahora que había pasado una semana, se encontró cada vez más acostumbrado a su vida aquí. En el baño, junto a un cepillo de dientes de niño, había un cepillo de dientes azul que Hiyori había escogido para Taehyung.

Después de lavar su rostro, Taehyung vagaba en la sala, donde Hiyori se abalanzaba sobre él sosteniendo un cepillo para el cabello en una mano.

—¡Tae, péiname!

—¿Qué será hoy?

—Hmm... hoy tenemos educación física, ¡así que haz una cola de caballo! Oh, ¡y quiero usar esto, también!— en la palma de su mano, Hiyori sostenía una liga para el cabello que Taehyung le había comprado.

Parecía estar muy encariñada con ella y le había estado pidiendo que lo pusiera en su cabello todos los días.

—Muy bien, entonces siéntate.

Taehyung había empezado a ayudarla a peinarse después de haber visto a Hiyori leyendo una revista y preocupándose por querer un lindo peinado como sus amigas. Aparentemente ella había estado
intentado hacerlo ella misma cuando no podía conseguir la ayuda de su abuela, pero desafortunadamente no había sido muy exitosa.

Taehyung siempre había sido hábil en operaciones delicadas, y así pudo fácilmente darle a Hiyori el peinado que quería. Desde entonces, había estado a cargo de arreglar su cabello casi todos los días.

Ella había estado particularmente encantada cuando le hizo una trenza muy elaborada que había sido la envidia de todas sus amigas de la escuela.

—Seguro eres más habilidoso de lo que pareces.

Jungkook miraba con admiración como Taehyung atendía el cabello de Hiyori, el otro aprovechado: Sorata se acurrucó en su regazo.

—Tú eres simplemente inepto es todo. Mínimo aprende a peinar el cabello de tu hija.

El caso de Kim Taehyung. 🍁 KookV.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora