Capítulo 7. "Amargo"

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El pesado ambiente se fue convirtiendo en ecos agotadores a travéz de los pasillos. Miró tensamente el corredor solitario, agudizo su oído y estuvo cautelosa en todo momento, esperando escuchar un sonido vibrador que le indicara que no estaban cerca, o si lo estaban. Una gota de sudor recorrió su frente hasta terminar en su barbilla y gotear silenciosa en su mano, por unos segundos pareció haber escuchado aquel sonido estresante que le puso los nervios de punta y abrió los ojos de par en par, pero tan solo era un insecto pasando a un lado de ella. Respiró ondo y se volvió hacia dentro, cerrando la puerta cuidadosamente.

Cuando se volteó no se sorprendió observar la misma escena desde que habían llegado a aquel lugar. Frunció el ceño pensativa.

Dolió, era la segunda vez que tropezaba por detrás con Koda y Mineta y es que cuando entraron sintió los titiriteos de sus compañeros pero no podía culparlos, apenas y era visible el área donde se encontraban además que no recibía ruido alguno. Ochaco tambien tenía miedo y tenía malas vibras de ese sitio pero no lo expondría en ese momento.

"No debo caer", pensó.

–¿E-sstan s-segúros que es po-por aquí? – Preguntó Mineta tembloroso con el corazón en los pies –Demos la vuelta y busquemos otra entrada. –Susurró aun con la voz miedosa. Ninguno logró escuchar lo que dijo.

Koda tragó tanta saliva que podrían escucharse los gorgojeos hasta el otro lado de la ciudad, permanecía en la esquina oculto sin atraverse a entrar. Bakugo no mostró expresión alguna hasta que se adentró más y llegó hasta el centro del sitio.

–Que lugar tan asqueroso. Huele horrible y no se ve una mierda. – Dijo molesto. Apartó la vista y la dirigió a su mano derecha, de esta brotaron varias chispas hasta que del centro de su palma nació una llama amarillo rojizo, chasqueó la lengua – Además hace demasiado calor, por lo menos tiene algo decente. –Caminó siendo guiado con la luz que emanaba, alejándose de los chicos.

Al ver esto, Uraraka tomó de la mano a Mineta -quien se había quedado anonado con la acción- y a Koda (que este entró al tiempo que la chica lo apresó), trotó lo más que pudo para no perderlo de vista debido a la oscuridad. Al ir tras Bakugo soltó a los dos chicos. Al principio Minoru trató de estar cerca de los muslos de la chica pero cuando la llama de Bakugo se apagaba por momentos debido a las corrientes de aire repentina, este se abrazaba a Koda al igual que el.

–Bakugo-kun, ¿podrías esperarnos por lo menos? – Preguntó la castaña cansada, luego de haberse frotado los tobillos golpeados. Este se limitó a mirarla por breves segundos y apresuró más su paso.

Se maldijo internamente por haberle dicho aquella petición.

–Este lugar parece un maldito laberinto, ¡Apenas subimos el primer piso y no llegamos a ninguna parte! – Gritó.

–Espera Bakugo podrían escucharnos. – Regañó Mineta nervioso.

–¡Cállate no me digas que hacer...!

–Espera Bakugo-kun, –Interrumpió ansiosa Ochaco – Mineta tiene razón. No sabemos que podría haber aquí y tampoco podemos hacernos notar. – El muchacho gruñó.–Cálmemonos. Daré la vuelta en esa esquina para buscar otro camino. Esperen aquí no tardaré – Sin dejar que alguién dijera algo la muchacha salió disparada hacia la dirección que había indicado con su dedo mientras hablaba. Corrió cuidando sus pasos para no producir tanto eco con el tacón de sus zapatos. Al estar cerca de la esquina vió por el rabillo de su ojo una puerta, hechó un vistazo hacia alrededor y quedó boquiabierta al ver a las grandes masas que marchaban al compás.

Supuso que eran los criminales al no ver a otros cerca, eran enormes robots parecidos a los que había combatido durante su examen de admisión solo que estos tenían una lentilla roja en la que se suponía era la cabeza; brazos largos que parecían tubos cubiertos de un material plateado, tenían pinzas como manos y la parte del inferior del cuerpo se sostenía de tres garras similares a las de patas una araña. Su gran altura la anonó e hizo compararlos con el héroe All Might.

DISTANCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora