Capitulo 16. Retorno

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Nota:
¡Este capitulo finalmente ha sido editado y terminado! Disculpa las molestias si estás volviendo a releer😞


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El atardecer estaba comenzando. Ochaco dejó de barrer y llevó su atención a la ventana que tenía a su lado derecho, había estado barriendo por un rato luego de haber limpiado los pupitres uno por uno; sacando las manchas que estaban impregnadas, los rayones debajo de las mesas y tratando de lustrar las paredes (aunque eso fuera algo casi imposible si no es que se pintaran de blanco).

Ella se encargó de dejar impecable cada sitio que le fue asignado, lo cual fue satisfactorio para el final de su día. Después de observar el alegre cielo bañado en oro y naranja, se dejó llevar por lo armonioso que parecía todo aquello en aquel momento. En un rato, sus mejillas se calentaron al exponerse un buen tiempo sobre los incandescentes rayos del sol de inicios de verano. Mientras su rostro se sonrojaba por el sol, inconscientemente acarició las almohadillas de sus dedos llevándola a un solo pensamiento, ¿que entrenamiento le deparaba esta noche? Necesitaba tiempo para descansar, aún estaba exhausta.

Después de examinar que todo estuviera limpio e implacable, Ochaco se retiró junto con Hagakure (quien bailaba alegremente mientras tarareaba una canción popular), Sato y Sero. Los dos chicos charlaban plácidamente, su amiga invisible se unió después a la plática. Era la más animada de los tres. Su amiga trató de unirla con ellos en las incesantes palabras y tonterías que pudieran ocurrírseles a unos muchachos de dieciséis años, pero Uraraka se negaba. No se sentía cómoda al expresar así de una manera que no sentía en ella.

Al tiempo que el sol estaba terminando de ocultarse ellos ya habían llegado al edificio de la UA, donde un bastó banquete les esperaba.

Había arroz frito, brochetas, huevos cocidos y un gran filete bañado en salsas con hierbas finas, cortesía del almacén personal de Sato que amablemente le regaló a Momo. Momo y Shoji habían sido los encargados de que la comida tuviera una pinta y sabor espectacular. Claro que no podría faltar el postre, ¡manju casero! De tres diferentes rellenos: chocolate, calabaza y frijoles dulces. Cada aperitivo fue mejor que el anterior, y era más deleitable con la compañía de sus amigos. Uraraka estaba agradecida de la compañía que tenía, la estaban ayudando a llevar mejor su humor. Mientras hablaba con Jiro y se llevaba un huevo cocido a la boca se percató que Bakugo no estaba en la mesa como lo hacía en cualquier día.

Se acercó a Jiro y le preguntó en voz baja:

—Jiro-chan, ¿dónde está Bakugo-kun?

—Oh, ¿Bakugo? —cuestionó Jiro de nueva cuenta, incrédula que Ochaco se haya percatado que el muchacho no estaba cenando con ellos. Buscó al chico y este no estaba en su asiento y luego miró a Uraraka, para cerciorarse si estaba hablando de la persona correcta. Su amiga asintió—. El cenó primero antes que todos y después se fue a su habitación. ¿Por qué la pregunta, Uraraka-san?

Ochaco se quedó pensativa, si acaso ¿debía haber cenado después? Ó ¿haberlo esperado luego de terminar de cenar?

—No es nada Jiro-chan. Es solo que creí que era un banquete especial y entonces todos nosotros debíamos estar en la mesa —contestó Uraraka no tan convincente.

Como sea que haya sido la dejó con una duda plantada en su mente. Ya no pudo ni siquiera saborear el manju de frijol después de cenar. Jiro también quedó con la incertidumbre de porqué su amiga pregunta de un momento a otro por la persona quien menos esperaba escuchar. No le dio importancia a esto pues, Uraraka se veía mejor que las semanas anteriores. Decidió olvidarse de aquello y recuperar la conversación con Ochaco.

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⏰ Última actualización: Jun 27, 2023 ⏰

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