Seeing Blind |6|

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Seeing Blind/Viendo mal/Voir aveugle

De Rogue creyendo que ve mal.

Los gritos de victoria de mis Asesinos recorren la casa de arriba abajo. Se mueven de un lado a otro en busca de las posesiones de los Ladrones, ignorando los cuerpos que yacen por el suelo. Les emocionan las joyas y las armas, pero al final del día los mejores tesoros estarán en mi despacho.

Mi madre me enseñó a liderar, a ganarme a mis aliados y en lugar de formar un gremio, formé una familia. Ellos saben que yo los protejo y los amo, les doy una mejor vida que cualquier otro jefe de por aquí y eso hace que su lealtad sea pura, no como la de los Ladrones.

—¿Y el informante? —pregunto a Logan, que se ha quedado a mi lado como segundo en la redada—. Quiero verlo.

Él gruñe algo por su comunicador y casi no puedo evitar rodar los ojos, siento su enojo por negarme a matar al ladrón que nos dio vía libre para acabar con nuestro gremio enemigo.

Huelo a Kurt antes de poder verlo, pero cuando mi mirada se posa en su acompañante siento mi corazón dar un vuelco.

Por un momento, creo que estoy viendo mal, pero la sonrisa ladeada que se extiende por el rostro del hombre me lo confirma: es Remy.

Gambito parece más divertido que sorprendido, en sus ojos presencio el momento exacto en el que me reconoce, de cuando éramos jóvenes con el corazón siempre huyendo hasta que hicimos divertido el amor.

Si soy sincera conmigo misma, pensé que nunca lo volvería a ver. Escapó hace años para no tener que lidiar con su padre y lo último que escuché de él fue que estaba haciendo trabajos sucios.

Su mano, la que Kurt no sostiene para evitar su escape, se desvía hacia el bolsillo derecho y me da a entender que aún conserva la carta que le regalé como despedida: la reina de corazones.

Bien.

Ya no soy la niña asustada que llegó de la mano de su madre en busca de refugio con los Ladrones, tampoco la adolescente con la se escapaba de fiesta, ni la mujer que le ayudó a huir porque le amaba tanto como para dejarle en libertad.

Ahora soy la líder de los Asesinos y, aunque me ha tomado por sorpresa, he cambiado tanto que casi espero que lo note, pero apenas acaba de llegar y estoy segura de que está tan desesperado como para vender al que fue su legado.

Quizá quiere dinero o poder, no importa. Él no tendrá nada, pero, por otro lado, yo puedo tener todo lo que quiera.

Está aquí y mi corazón, que no puedo controlar y que sigue latiendo por él, sabe que ahora él es mío.

—¿Qué hacemos con él, Rogue?

Gambito salta al escuchar mi título, reconoce su propio apodo. Sobre todo, reconoce el tono con el que Kurt se dirige a mí.

Sus ojos desenfocan y parece ser él el que cree estar viendo mal. Examina el lugar y repara en los guardias a mis espaldas, en la manera en la que nadie se acerca a interrumpir y los guantes en mis manos, que son negros y pertenecen solo a la realeza de gremios.

—Me gusta su rostro— digo divertida al ver que su sonrisa se ha esfumado—, creo que me lo quedaré.

Tal vez los años no han sido lo suficientemente largos, porque aún es capaz de ver bajo mi fachada de seriedad y sus ojos brillan ante la perspectiva de lo que mis palabras esconden, pero Kurt se lo lleva antes de que pueda hablar.

—Pyro— llamo sin levantar la voz al ver al muchacho acercarse—, quema todo cuando terminen. Los Ladrones han caído.

—¿A dónde vas?

—Tengo un nuevo juguete, me apetece jugar con él.

La sudiste et le voleur [Rogue x Gambit]Where stories live. Discover now