Capitulo 12

212 19 3
                                    

❄Narra Reiji

Mi grito irrumpió la presentación de Shu y llamo la atención de todos.

Todos a mi alrededor miraban asustados el pequeño corte que tenía en mi dedo, de verdad no era nada grave, casi no me dolía, el único problema que tenía era que sangraba mucho, y la sangre siempre alarma a la gente.

-¡Reiji! ¡Tu mano! ¡Debo curarte eso enseguida!- exclamo asustada madre al ver la cantidad de sangre que corría a lo largo de mi mano; pero la quite a tiempo para que no manchara la comida que estaba preparando.

-Estoy bien, tranquilos, no es nada grave, solo es un simple corte en el dedo que sangra demasiado- dije llevándome la mano herida al pecho.

-Vamos debo limpiarte esa herida- dijo madre a mi espalda.

-Ya lo dije, estoy bien, no es nada importante- dije restándole importancia a la herida, mientras mojaba un paño para poder limpiar la sangre de mi mano, pero madre me detuvo y le pregunté,- ¿Qué es lo quiere?

-Yo creo que debes limpiarte correctamente esa herida en el dedo o se te va a infectar y te va a doler demasiado- me explico madre.

-Mmm bueno ya regreso solo falta hacer el arroz, y probar que a la sopa no le falte nada-dije mientras salía de la cocina y me iba al laboratorio, salí rápidamente, sentí como alguien me seguía, iba a ignorarla, pero al girarme vi que era madre la me seguía en silencio.

Al llegar al laboratorio madre se me adelanto y abrió la puerta dejándome pasar, la mira extrañado, pero le reste importancia, luego fue con rapidez hacia los estantes y tomo un líquido desinfectante, algunas bolitas de algodón y banditas.

Madre tomo una pequeña bolita de algodón mientras la remojaba en el líquido,- dame tu mano- me pidió, mientras extendía su mano; a modo de invitación; para poder tomar la mía; se la di con algo de miedo vi como mi mano temblaba, pero hice como si no me diera cuenta.

Madre tomo mi mano y la examino con ojo crítico, supongo para ver que no haga restos de nada de lo que estaba cortando; luego soltó un suspiro mientras me decía,- esto va a arder,- y sin ni siquiera darme el tiempo necesario para procesar sus palabras, comenzó a limpiar la herida, cuando ya estuvo limpia, retiro con cuidado los excesos de piel, no recuerdo que eso fuera tan doloroso.

Sin darme cuenta, sentí como se llenaron de lágrimas mis ojos, por lo que los cerré rápidamente; me negaba rotundamente a llorar y menos frente a ella, a cada segundo que pasaba el dolor en vez de mitigar, aumentaba; extendiéndose por toda mi mano.

Trate de distraerme recitando mentalmente las valencias de todos los elementos de la tabla periódica y eso me ayudo un poco, para distraerme del dolor.

Por unos instantes sentí una ligera presión en mi dedo, pero rápidamente paso.

-Listo- dijo madre, acomodando una bendita en mi dedo, que mire detenidamente y aprovechando que estaba distraído viendo mi dedo, me dio un suave beso en la frente, haciendo que me sonroje ligeramente, pero trate de disimularlo.

Puso en su lugar las cosas que había tomado y boto a la basura las bolitas de algodón, ahora manchadas con mi sangre, salimos del laboratorio y con paso lento regresamos a la cocina; vimos que ya casi terminaban de cocinar y preparar todo, incluso Shu estaba ayudando, cosa rara en él, ya que casi siempre pasaba durmiendo.

-Pongan por favor la mesa- pidió Cordelia al vernos entrar.

-Está bien,- dijo alegre madre, mientras salía al comedor; con agilidad saco varias cosas y las coloco en su lugar.

Trate de encontrar algún error, por mínimo que sea, para corregirla, pero para mí completa desgracia, todo estaba perfecto, así que de mala gana regrese a la cocina y les ayude a servir en los platos.

❤✿❤✿❤✿❤✿ HORAS MAS TARDE ❤✿❤✿❤✿❤✿

La hora de la comida había pasado con gran rapidez; al igual que la tarde, que la pasamos viendo televisión y comiendo golosinas que habían pedido; aunque yo solo comí el helado de chocolate, ya que me gustó mucho; literalmente me adueñé de todo el helado, lo bueno es que nadie se quejó.

Y sin darnos cuenta, la noche había caído rápidamente; cubriéndonos con su manto de oscuridad.

Todos nos habíamos reunido en la sala y oímos como Shu y Laito tocaban el violín y el piano respectivamente.

Hasta el momento habían tocado varias piezas, pero las pocas que recuerdo eran Sonata nº 5, Óp. 24 de Beethoven, Sonata K.301 de Mozart; Sonata No. 21 in E menor, K. 304 de Mozart; Sonata C Mayor, K. 296 de Mozart; a pesar de haber sido pocas piezas, cada una había durado como mínimo 13 minutos; pasando así más de una hora.

Cordelia, Christa y madre escuchaban atentamente, pero mis hermanastros y me incluyo, ya nos había dado sueño; excepto para Laito y Shu que parecían disfrutar y mucho de estar tocando sus instrumentos; y eso no paso por alto a las tres.

Finalmente completaron la última pieza y madre dijo,- Creo que ya es hora de dormir- y miro las expresiones cansadas de todos.

Todos estuvieron de acuerdo y se comenzaron a despedir, para luego separarse e irse.

-¿Quieren dormir conmigo?- pregunto esperanzada madre.

-Por mí no hay problema mientras pueda dormir,- dijo cansado Shu.

Madre le sonrió y luego miro en mi dirección.

-Está bien,- le respondí de mala gana

Madre nos llevó a su cuarto, tomados de la mano; aunque tuvo que pelear un poco conmigo porque yo no estaba dispuesto a estar tan cerca de ella, aunque al final termino ganando.

Al llegar al cuarto, saco de no ser donde pijamas para Shu y para mí, nos las dio y luego nos dejó para que nos cambiemos nosotros mismos, mientras ella se iba a cambiar en el baño.

Junto con Shu nos cambiamos en completo silencio, cada uno tratando de mirar al otro; ni siquiera nos fijamos en el diseño del pijama.

-¡Reiji! ¡Shu!... vengan a lavarse los dientes- dijo madre desde el baño.

El primero en ir fue Shu, que no dudo, pero yo preferí esperar a que los dos salgan; pasaron cerca de siete minutos, pero solo salió Shu, que tenía el rostro completamente limpio y algo espabilada, probablemente porque madre le lavo la cara, y prueba de eso eran las gotas de agua que caían de su cabello hasta el buzo de su pijama.

Segundos después madre me volvió a llamar,- ¡Reiji! ¡Ven!... ¡es una orden!- aunque la última oración lo dijo algo titubeante, como si temiera que me enojara.

Camine de mala gana hasta el baño, incluso arrastre los pies, y al entrar vi a mare esperándome junto al lavamanos, pensé que estaría enojada pero no, pensé que tendría el ceño fruncido, por el contrario, me esperaba alegre.

Madre me extendió el cepillo de dientes y yo me lave con rapidez los dientes, cuando termine madre me detuvo de irme, se mojó las manos y me peino con delicadeza mi cabello, dándole forma y logrando ordenarlos, ya que por alguna razón estaba muy rebelde

Regresamos juntos al cuarto, que ahora solo tenía una luz encendida y vimos que Shu ya se había dormido y se había puesto cómodo en la cama; cosa que hacía con gran facilidad, incluso podía dormir en él piso o en la tierra y no notaria la diferencia.

Pero antes de que me vaya a dormir, madre me detuvo y luego me dijo,- sígueme,- y se dio la vuelta; la seguí hasta su armario de donde saco una pequeña caja, que luego me dio.

La miré extrañada y ella me hizo una seña con sus manos para que yo la abra; lo pensé por algunos momentos y luego la abrí, aunque con desgana y fue ahí que lo entendí todo, eran los lentes que solía usar antes, en realidad era uno de los primeros

-Para que no te duela la cabeza, por esforzar la mirada- me dijo madre con suavidad y yo solo asentí con la cabeza a modo de agradecimientos.

Finalmente nos terminamos acostando en la cama, madre quedo en el medio y nos abrazó a Shu y a mí; la sensación era extraña y preferí darles la espalda, sin embargo, madre nunca me soltó, mejor dicho, me pego más a su lado; lo que me puso incómodo y no pude conciliar el sueño.

Esta iba a ser una larga pero muy larga noche.

Si pudieramos arreglar las cosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora