Perseguida (Damon Salvatore Y Tu)

3. Respondeme (editado)

CATALINA'S POV

Al salir de la mansión salvatore camine un poco, pare un segundo, me sentía observaba.

A velocidad llegaron tres tipos y me acorralaron, estaba siendo agresivos, sabía  bien lo que querían y definitivamente no iba a darselo.

Me defendí y logré matar a dos, pero el tercero me hagarro desprevenida y derrepente todo se volvió negro.

~•~•~•~

Desperté con un inmenso dolor en el cuello, lo reconocía bien ya me habían hecho esto antes.

Mire a mi alrededor estaba recostada en un sillón "salvatore" pense y me senté de inmediato.

Frente a mi, dos pares de ojos, ambos interrogantes y fruncidos.

-¿Qué fue eso?- preguntó serío stefan

-un grupo de idiotas- me levanté para irme, Damon se interpuso en mi camino a velocidad vampirica.

-¿Ocultas algo?- me veía intensamente.

-¿como que?- lo encare con mi frente en alto.

-esos hombres- señalo -te atacaron en manada, si solo hubieran sido unos idiotas, para proteger su hombría lo habrían intentado por separado, además- inclino su rostro -eran vampiros-.

Apreté mis dientes y esponje mi nariz, sosteniendo su mirada y corrí a velocidad hasta la puerta chocando con una barrera invisible.

Ambos llegaron al recibidor -lamento eso, una amiga nuestra nos debía un favor- sonrió con gusto el ojiazul.

-ya que estaremos encerrados un largo rato ¿Por qué no, nos cuentas la verdad?- apoyo stefan.

Desconfiaba, definitivamente debía tener cuidado de lo que fuera a decir, me levante del suelo, recompuse mi postura rígida y me quedé en silencio.

-¿Por qué mientes?- lanzó stefan.

-No les he mentido- afirmé.

El bufó sin ganas y tomo aire levantando rápidamente las cejas -ya no queda ningún familiar vivo de Soon, respondeme- exigió.

Me maldije mentalmente, fue muy arriesgado decir que era su hermana, pero aún necesitaba su cooperación así que...

-estoy maldita- admití -necesito sus cosas para romper mi maldición- ellos se tensaron.

-¿Que más necesitas para romperla?- preguntó el otro chico que se veía molesto y tenso como si temiera la respuesta.

-solo sus cosas y una bruja-.

-¿nada más?- preguntó stefan, ahora tenían un semblante pesado y amenazante.

-si, nada más- era cierto, como dije necesitaba que cooperarán, para ello debía ser sincera pero obviamente no demasiado, no soy tonta -¿Puedo irme ahora?-.

Con el mismo gesto Damon -no es suficiente preciosa, te recomiendo que tomes asiento- la mezcla de seducción irónica, este tipo me pone de los nervios.

Entrecerré mis ojos y los seguí de vuelta a la sala, nos sentamos dónde antes estábamos.

-¿De qué trata está... maldición?- preguntó stefan.

-Atrae a toda clase de criaturas que quieran hacerme daño-.

-¿quien te puso la maldición?- cuestionó el ojiazul.

-una bruja-.

-si ¿su nombre?- dijo Damon.

Apreté los dientes -shalia-.