Me estaba terminando de pintar la línea del ojo cuando mi prima cruzó mi baño gritando, estaba de los nervios, no lo entendía, solo íbamos a beber y a disfrutar, pero ella estaba empeñada como siempre en capturar todas las miradas posibles.
-¡Patricia, rápido! ¿El verde o el agua?- me preguntó alzando dos prendas perfectamente planchadas. El primero era un vestido verde oscuro de terciopelo, largo, con escote terminado en un broche de oro y con una raja en la pierna derecha. El segundo era un mono agua, discreto, de algodón con escote hasta el ombligo y de tirantes.
-El agua, el otro es demasiado arreglado.-sonreí falsamente. Cuando cerró la puerta de mi habitación y hube terminado con mi maquillaje me dirigí a mi inmenso vestidor y cogí un vestido negro, de seda, con escote en pico y bastante corto, este vestido era de mis favoritos, me hacia sentir tan yo cuando me lo ponía... Me lo pase por la cabeza evitando destrozarme las perfectas ondulaciones que adornaban mi pelo. Una vez colocado, saqué unas sandalias doradas con bastante tacón, no muy arregladas pero si lo suficiente, al ser finales de septiembre cogí una americana blanca por si volvíamos tarde y refrescaba. Miré el reloj de oro de mi muñeca, las ocho y veintidós.
-¡Alicia! Nos vamos.- le grité. Cogí un bolso negro discreto y metí mi móvil y las llaves, me puse perfume y me encaminé a la entrada donde espere casi diez minutos a que mi prima llegase. Cuando lo hizo quedé boquiabierta, no se había puesto el mono azul, en vez de eso llevaba una minifalda negra y un top rojo que dejaban poco a la imaginación, se había planchado su pelo rizado y se había hecho un maquillaje sencillo.
-Wow.-Fue lo único que pude decir, estaba flipando, estaba guapísima, claro que iba a arrasar, joder.
-Tú también vas muy guapa Patri, ahora, deja de babear y llama a un Uber o algo, con estos tacones no puedo andar.- bajé la vista y concordé con ella, llevaba unos tacones de al menos quince centímetros rojo pasión, tenían pinta de hacer daño.
Conseguimos llegar a Malasaña sobre las nueve, aunque como era de esperar, ya estaba lleno de gente, andamos por las calles buscando un sitio en algún bar con buen ambiente y cervezas baratas. Tras quince interminables minutos en los que tuve que escuchar las quejas de mi prima acerca de sus zapatos, encontramos un bar, animado y con 2 por 1 en las estrellas galicia. Nos sentamos en las mesas altas de la terraza y noté como empezábamos a acaparar miradas, un grupo de chicos de veintitantos miraba el escote de Alicia con insistencia, pero ella estaba demasiado ocupada ligando con el camarero como para darse cuenta.
-Sí, traenos cuatro estrellas y una de tacos de cochinita.-le dijo Alicia mientras se tocaba el pelo y sonreía coquetamente.
-A mi tráeme un gin-tonic por favor.- el camarero volteó la mirada, como si no se hubiera dado cuenta de que estaba allí, esperando ser atendida. Apuntó el comando en su libreta y nos dijo que invitaba la casa.
-Patri, tía le tengo en el bote, ¡Pedazo polvo!-gritaba Alicia orgullosa.- ¿Dónde está Eric por cierto? Estáis a punto de casaros, ¡debería estar aquí contigo!
-Pero no lo está, así que tú ocúpate de lo tuyo.- le contesté, con las ganas de salir de fiesta me había olvidado completamente de Eric y que me lo recordase mi prima me provocó náuseas, así que aparté la mirada mientras mi prima trataba de reiniciar la conversación hablando de la colección de primavera que modelaría en unos meses.
Eran pasadas las once, llevaba un gin-tonic, varias cervezas y esta era la cuarta ronda de chupitos. Tragué el líquido ardiente y no sentí nada mientras bajaba por mi garganta, hacía rato que Alicia se había ido con el camarero a los servicios y había un chico a mi lado que insistió en invitarme a un copa, pero no hice más que ignorarlo, no necesitaba una copa.
-Necesito aire,-dije a la nada, cogiendo mi chaqueta y bolso.- voy a salir un ratito.
Salí como pude, prácticamente dando tumbos y me apoyé en la pared del local, la calle me daba vueltas, veía personas aquí y allá, empujándome para pasar, gritando y tirando sus bebidas por los aires. Hacía mucho frío, así que como pude me puse la chaqueta y me abracé a ella. Andé un poco, pero fue mala idea ya que me tropecé con una piedra y terminé en el suelo riéndome a carcajadas. Me tumbé y cerré los ojos, relajándome y puede ser que mientras lo hacía, unos ojos verdes se me aparecieran en sueños.
-¿Está muerta?
-¡Qué dices tío! ¿No ves que está respirando?
-¿Cómo lo sabes? ¡Deberíamos llamar una ambulancia!
-Su pecho sube y baja joder, no hay que ser médico.- abrí los ojos poco a poco y pude ver a un par de adolescentes completamente desconcertados.-Te lo dije, está viva.
-¿Estás bien?- preguntó uno de ellos.
-¿Qué hora es?-respondí bostezando, el efecto del alcohol se había pasado un poco y pude levantarme sin caerme de nuevo.
-Pasadas las una.
-Em.. Gracias.
Me alejé de ese grupo de chicos lo más rápido que me permitían los pies y me metí en el bar de nuevo. Ya no hacía tanto calor y parecía haber menos gente, en la barra, en las mesas, bailando... Entrecerré los ojos, ¿Desde cuando el bar estaba plagado de luces rosas? Seguí caminando y note las miradas en mi, atravesando mi ropa, incluso mi ser, penetrantes, la mayoría de presentes me miraban fijamente y no sabía por que. ¿Me preferían a mi? No me lo creía, era como un sueño, por una vez en la vida yo era el centro de atención, y me gustaba... Pero mi momento estrella llegó a su fin cuando alguien chocó bruscamente conmigo, tirándome su bebida encima, ahogue un grito por el susto y levanté la mirada. Enfrente había una chica, la chica más guapa que había visto en mi vida.
-¡Disculpa! Joder, perdona...- exclamó la chica.
-¿Cómo te llamas?-le pregunté envalentonada por el alcohol en mi sangre.
-¿Qué? ¿Mi nombre? Bueno soy Natalia y tú eres...
-Patricia, me llamo Patricia-respondí sonriendo, ella me miró de arriba abajo descaradamente y me sonrojé, cuando alzó la vista me sonrió de vuelta y cogió la mano que le había tendido en forma de saludo y me la besó.
-¿Quieres una copa, Patricia?- me invitó.
-Joder, ¡Sí! Claro que sí.
-Vale, déjame que te guíe a la barra.-dijo con una gran sonrisa.
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Holaaa! Al final ayer se me pasó publicar el capitulo así que hoy subiré dos más, (esta vez no se me olvida os lo juro) espero que os vaya gustando, me encantaría que me digáis que os va pareciendo,
all the love, P. <3
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¿Cómo te pido que te enamores?
Romance-Perdona,-dije alejándome unos pasos.-no me gustan las mujeres. -¿Qué?-respondió ella sorprendida, obviamente después de una noche coqueteando no se esperaba una negativa, pero no tardó en reírse.-A todo el mundo le gustan las mujeres. Se volvió a a...