-Pues eso, mi futuro marido es un capullo.- dije partiéndome de risa.- El muy imbécil se acostaba con mi prima, ¡Ja! Mi jodida prima, menuda hija de puta, se los lleva todos.
-¿Cómo qué futuro marido? ¿No será tu ex?
-Sí, bueno, supongo ¿no? La ha cagado pero bien, aunque no le culpo, es Alicia Rodríguez, todos caen por ella.-respondí tirándome al sofá, el whisky era muy fuerte y estaba empezando a marearme.
-¿Has dicho Alicia Rodríguez? ¡Es una supermodelo conocidísima! Y está buenísima también...
-Como digas.
-Entonces, si ella es Alicia, tu eres...
-Sí, Patricia Rodríguez, soy hija de la fundadora de la marca de ropa "Kleidung."-resoplé, odiaba que la gente conociera mi verdadera identidad, porque pasaban a verme como una niña de mamá, repelente y rica, cuando era todo lo contrario.
-¡Joder! Estarás forrada entonces, madre mía.
-Ajá, estoy forrada y más sola que la una.-dije riendo.- Mi marido me acaba de engañar con mi prima, así que les he perdido a los dos, mi padre nunca ha cumplido su función de padre que digamos y mi madre siempre está demasiado ocupada en la próxima colección y en quienes serán las modelos que contratará.
-¿Has modelado alguna vez para tu madre?- preguntó Natalia bebiendo de su copa.
-Noup.-respondí embobada.- Soy demasiado gorda, bajita y no muy guapa que digamos, las que modelan son mis primas y mi hermana, yo solo controlo el dinero que entra y sale, por eso estudié economía.
-¿Eres licenciada en economía?
-Sí, economía y ADE, ¿Tú?
-Yo estudié bellas artes y actualmente trabajo en un cutre garaje vendiendo obras preciosas y únicas a un precio asequible.
-Tendré que comprarte alguna entonces.-le guiñé el ojo.- ¿Cuantos años tienes por cierto?
-Veintiocho, ¿tu?
-Pareces mucho más joven, yo tengo veinticinco.
-¿Solo? ¿Y pensabas casarte tan pronto?
-Sí, hasta hace unos días, estaba segura de que Eric era el amor de mi vida.-resoplé.- Pero mi prima se ocupó de abrirme los ojos.
-Odias mucho a tu prima, aunque te entiendo.-dijo ella riendo.- Yo también estaría cabreadísima.
-Lo estoy, pero siento que ella no lo tiene muy claro.-me levanté del sofá y me acerqué a la botella sirviendo el poco alcohol que quedaba.- Está durmiendo en mi casa y he salido de fiesta con ella, siempre he sido demasiado buena con ella.
-¿Por qué?
-Ni yo lo sé,-respondí, dándole un trago a mi copa.- supongo que para impresionarla o ganarme su aprecio.
-No necesitas el aprecio de nadie Patricia, te vales tú sola.- Natalia se acercó al sofá donde estaba sentada y se acercó a mi.- No necesitas la aprobación de tu prima, ni la de tu madre, vales mucho.
-Gracias, supongo.
Levante la mirada y me di cuenta que estábamos más cerca de lo que deberíamos, prácticamente su respiración me azotaba la cara, la miré a los ojos y fui bajando la mirada hacia sus carnosos labios, ella sonrió.
-Mierda que sexy.-susurré sin intención de que Natalia lo oyera.
-¿Te parece sexy mi sonrisa?
-Cállate y bésame.-ordené. Ella dudó un segundo, así que fui yo quien la agarró de las mejillas y junté nuestros labios. Al principio nos besabamos lento, húmedo por el alcohol en sangre, ella mordió mi labio inferior y abrí la boca para cederle permiso, su lengua entró en mi boca y sin evitarlo, solté un gemido. Comenzó a mover su lengua al compás de la mía, con movimientos circulares y torpes, agarré su pelo y junté más nuestras bocas. Se sentía genial, era el cielo besarme con Natalia, nos separamos por aire a penas unos segundos, para volver a unir nuestras bocas con un chasquido. Natalia tomó la iniciativa y me subió a su regazo mientras nos besábamos y yo solo movía mis manos por todo su cuerpo, estaba en llamas, y me gustaba.
-Na-atalia,-dije apartando sus labios de mi cuello.- tienes que irte, mi prima llegará y tengo que estar dormida para entonces.
-Sí claro, lo entiendo.-me bajé de su regazo tirándome al lado suya en el sofá.- Ha estado muy bien Patricia, no te diré que me llames porque eres hetero, pero...
-Te llamaré, Natalia.
-Que rápido cambias de opinión.-agarró su móvil y su cazadora y la acompañé a la puerta.-Gracias por el whisky, y por todo lo demás.
-No ha sido nada, conduce con cuidado.-me guiñó el ojo y bajó las escaleras, escuché sus pasos hasta que llegó al portal y cuando salió, cerré la puerta.
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¿Cómo te pido que te enamores?
Roman d'amour-Perdona,-dije alejándome unos pasos.-no me gustan las mujeres. -¿Qué?-respondió ella sorprendida, obviamente después de una noche coqueteando no se esperaba una negativa, pero no tardó en reírse.-A todo el mundo le gustan las mujeres. Se volvió a a...