"Las circunstancias en las que uno nace no tienen importancia, es lo que uno hace con el don de la vida lo que nos dice quiénes somos". Mewtwo.
En donde Kiyomi Arakawa trata de buscar un lugar donde pueda vivir en paz con sus Pokémon o donde es obli...
Cuando escucho la alarma ruedo sobre la cama para seguir cubriéndome con la sabana sino que también la enrollo para parecer un malvavisco, gimo cansada al seguir escuchando el molesto sonido de esta, saco una de mis manos de mi refugio de sueño para apagarla, debido a que no estoy mirando tuve varios intentos fallidos hasta que por fin logre que se apagara, vuelvo a una posición que me ponga de espaldas cuando escucho el sonido de la puerta de mi cuarto se abre. Mantengo los ojos cerrados mientras trato de retener una sonrisa involuntaria mía.
Agarro la pistola al sentir como se acercaba, aún tengo los ojos cerrados pero podía sentir el filo de sus garras moverse por la sabana cuando lo sentí cerca de mi cabeza
—¡Ja! ¡Te gane esta vez, Purrloin! —le grito señalándolo con la pistola de agua.
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Purrloin, el Pokémon malicioso. Tipo: Siniestro. Purrloin engaña a las personas haciéndoles bajar la guardia para robarles. Si se enfada, usa sus garras para contraatacar.
—¡Luego de cinco años por fin te gane, dime, ¿cómo se siente?!
Purrloin únicamente se sacude para quitarse el agua del pelaje al verse que ya no la tenía toda solo me mira, por instinto le apunto con la pistola, sé que si se enoja se lanzara a rasguñarme. Pará mi sorpresa lo único que hizo fue caminar con elegancia hacia la puerta.
—¿Eh? —me digo confundida, bajando la guardia.
Purrloin lo único que hace antes de irse me mira con un brillo travieso en sus ojos y me sonríe pícaramente. Por qué siento que hizo algo malo antes de venir a despertarme.
—¡Mime! ¡Mime!
Me siento en mi cama en un instante al escuchar a Mimey aunque no sonaba molesto podía decir que lo estaría si no le apuraba.
—¡Bajo en un instante, Mimey!
Me acerco a la ventana para abrirla, aspiro el dulce y limpio aire que me da. Otro día, nueva aventura en una nueva ciudad. Es lo que digo dentro de mí al ver el paisaje que me ofrecía el patio. Los Pokémon se despertaban para comenzar un nuevo día, algunos que estaban recostados en los árboles me saludaban se los devolvía con una sonrisa.
El tiempo paso en un parpadeo, fue como si ayer tan solo estaba en esa playa acabando de despertar luego de interactuar con Arceus, me hubiera gustado tener más tiempo para hablar, pero las dudas que tenia se respondieron esa noche cuando volví a tener mi último sueño de ellos, esta vez era con solo Arceus que respondió algunas de mis dudas, no todas lamentablemente.
Era difícil creer que tenía una casa, yo, a la edad de trece años registrada a mi nombre, de hecho, aun no puedo creer que vivo como una adulta desde los ocho.
Pensar en cómo fui recibida en casa fue gracioso, tener a un montón de policías en tu césped delantero, con una mochila en tu espada con cosas sospechosas no fue agradable, por un momento creí que era para llevarme, que habían descubierto —no sabía cómo —que los Pokémon estaban vivos, la realidad fue más divertida de lo que esperaba.
