Omegacember [OS] [Stray Kids]

Día 13: Gargantilla [Chan x Jeong In] [1/4]

Rey de las Bestias

Yang Jeong In pertenece a lo que, a menudo, denomina como «plebeyos», debido a la diferencia que puede hacer algo tan simple como un estatus en la vida de una persona y como percibe las cosas a su alrededor.

Su vida se complica, y la maldice a menudo en su mente, solo cuando se ve obligado a estar en eventos dónde los clanes más poderosos asisten, porque, como omega, se espera que esté buscando siempre cómo encantar a todos, lo que se traduce en buscar un pretendiente que lo corteje.

Incluso si no es su deseo, cumple el de su madre al llamar la atención de una forma que ella dice, es menos llamativa: llevar una gargantilla alrededor de su cuello. Jeong In realmente no está cómodo con ellas, pero, no tiene muchas opciones. A pesar de su disgusto, tiene mucho cuidado siempre con las piezas, sobre todo, con la que le regalo su madre con una sonrisa en el rostro mientras le susurraba secretos.

Por eso, cuando nota que la ha perdido, siente que puede tener una crisis en el evento social en el que está, pero, no se permite a sí mismo gritar, y, no tiene que hacerlo; un alfa que posee una sonrisa que marca hoyuelos lo salva de perder la mente cuando se la devuelve con suavidad en su mirada.

Siente alivio inmediato al tener la gargantilla en sus manos, pero, gracias a ella, ahora un alfa que muchos consideran aterrador, está detrás de él.

Pareja: Chan x Jeong In

Conectado a One-Shot del día 6: Ofrenda y día 7: Ronroneo alfa

El aire entra a sus pulmones de forma lenta, pero, constante cuando inhala con tanta suavidad como puede, siendo que en realidad lo que su cuerpo desea hacer, es soltar un suspiro que intenta contener mientras que los parpados de sus ojos se tocan con el mismo control que vuelve todo lento, dejándolos unidos unos pocos segundos antes de permitirse a sí mismo observar de nuevo su alrededor.

Siente que sus hombros caen ligeramente, dejando de tensar con tanta fuerza los músculos cuando sus iris oscuros se enfocan en la figura que está frente a él, sentada con lo que debería de ser, un aspecto elegante y sereno, pero, que, en cambio, tiene una sonrisa que estira sus labios de centro grueso hasta que sus dientes se muestran, el suave color crema de su piel parece resplandecer con la luz naranja del atardecer que da justo en los puntos altos de su rostro, como lo son los pómulos que algunos describen como afilados, debido a como se marcan.

Junto a ello, él mismo siente que las comisuras de su boca se mueven al verlo, con esa misma luz dando en la punta de la nariz de puente recto, justo en aquella pequeña manchita, además de en el marcado arco de cupido que no es resaltante en ese momento por la sonrisa que vuelve sus ojos, usualmente almendrados, ligeramente más diminutos porque sus pómulos se impulsan hacia arriba, dejándolos ver como medias lunas.