Capítulo 13: vuelas demasiado alto

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Luego de que todos se fueran no hice gran cosa, solo me encerré en mi habitación. Recordé que el protagonista de la película que habíamos visto escribía lo que pensaba o algo así, fui a mi armario y busqué una caja que tenía varias cosas, estaba buscando una libreta azul que tenían unas pequeñas orquídeas del mismo color, cuando la encontré la revisé para ver si había escrito algo en ella, pero estaba intacta. Mi idea era escribir lo que sentía, pero luego se me ocurrió que le podía escribir cartas a la muerte, sé que no tiene mucho sentido, pero, fue lo mejor que se me ocurrió.

Lo primero que escribí fue algo como un trato con la muerte.

Durante el resto de semana no asistí a clases, pero Teo me pasó todos los apuntes para que no quede atrasada.

El miércoles por la tarde Carla me habló para preguntar si el viernes nos volvíamos a juntar todos como el martes, solo que esta vez en algún café o en algún parque, al principio lo dudé, pero finalmente accedí.

- Hija- escuché que mi madre me llamaba

- Estoy aquí- dije bajando las escaleras

- Bien, te vienen a buscar-

- ¿Quién? – pregunté confundida

- Somos nosotros- hablaron desde la puerta, al parecer eran Mateo, y Michael- ¿estás lista chivata? – preguntó Mateo

- Si- contesté-

- Bueno, fue un gusto señora Sorní, le prometemos que la traeremos sana y salva-

- Está bien- respondió ella

Me despedí de mi madre, luego seguí a los chicos hasta una auto gris. Cuando íbamos llegando la ventana del conductor comenzó a bajar, Carla estaba al otro lado.

- Hola, Teo al parecer nos está esperando en la cafetería- dijo ella

- ¿él también ira? – pregunté luego de que nos subiéramos a la parte trasera del auto.

- Claro que ira, ese chico me cae bien, de hecho, creo que podríamos ser mejores amigos- dijo Adán

- Chivata, ¿estas nerviosa por verlo? – preguntó Mateo

- No- respondí - ¿Por qué me dices chivata? – le pregunté al pelinegro

- Porque me pereces tierna-

- Okey-

- Chica, yo te diré Fresita por tu color de pelo- dijo Michael

- Yo de diré Maya- dijo Adán- no tengo mucha imaginación para ponerle sobrenombres a las personas, de hecho, el único sobrenombre que le he puesto a alguien es a mi Azúcar Morena- dijo señalando a Carla.

- Okey- dije con una...

Sonreí, guao, es lindo sentir que una parte de mí, por más pequeña que sea, está volviendo a ser feliz.

Irem manejó hasta la cafetería, cuando entramos Teo ya estaba en una de las mesas.

Él y Adán se saludaron con un extraño saludo con palamas y puños.

- ¿Cuándo inventaron eso? – preguntó Irem

- Ayer – respondió Teo- hola Maya- me saludó

- Hola- saludé

Cuando todos estábamos sentados, llegó una chica a preguntar qué era lo que pediríamos, la chica se quedó observando un poco más de tiempo a Adán, cuando la morena se dio cuenta, se giró a su novio e hizo que esté la mirara para que así ella le diera un romántico beso en los labios, la chica al ver eso se puso igual que un tomate y se fue.

No Solo La Muerte Enamora A Una Suicida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora